Son varios los motivos por los que esto de correr por el monte y hacer este tipo de
carreras se ha convertido en una de mis pasiones. Al menos para mí (y supongo
que también para muchos compañeros de fatigas montañeras), hacer carreras como
la de Carpurias es de las cosas que te mantienen enganchado a este deporte.
Carrera con encanto, con un ambiente cercano, casi casi familiar, de las que la
organización se lo curra para hacernos disfrutar y para que, los que sólo conocíamos
hasta donde alcanza la vista mientras circulas por la A-66, nos sorprendamos
con un circuito de auténtico trail running (18 km y 1.400 metros acumulados) por los
montes que rodean Morales del Rey (@SierraDeconocida), próximo a Benavente y
Manganeses de la Polvorosa donde, por cierto, se hacen los mejores panes del
país.
Aunque la carrera tiene la salida prevista para las 10:30, Víctor, Nacho y yo quedamos
a las 8:30 para ir en el mismo coche. A Víctor y a mí, que lo de madrugar nos
cuesta poco, nos gusta ir con tiempo suficiente para aparcar sin problemas,
recoger el dorsal y, sobre todo, tomar un té en el bar del pueblo y tener un
rato para charlar con los colegas del club. Me encantan estas costumbres que
casi son ya un ritual (me gustan tanto o más que la carrera en sí). Y esta vez
además nos juntamos unas cuantas tortugas, a los ya mencionados, allí estábamos
Laura, Calili y los niños, Mariló, Monica, Aitor y Javi y su chica. Por cierto,
también es ya casi tradición que Nacho nos diga: ¿pero, dónde coño vamos tan
pronto?!... Bueno, esta vez he de reconocer que casi no se quejó, jeje.
En fin, a pesar de llegar
con tiempo, siempre nos pasa lo mismo, nos liamos dándole a la lengua y al
final corriendo al coche a cambiarse “a la que te”, y casi sin calentar,
directos a zona de salida a seguir cumpliendo más tradiciones de las buenas:
fotos, bromas, risas y círculo con arenga/discurso de Laura y más risas!
Nos juntamos con el resto de los corredores para la salida (con unas amables
palabras dirigidas hacia el club por parte del speaker) y Nacho, sin dudarlo,
se pone en primera fila y empieza hacernos señas y a guiñar el ojo para que le
acompañemos. ¡Ni de coña que te conozco! jajajaja, que eres el Jim Walmsley de
las tortus (bueno, Turras también es otro envenenado de la velocidad) y mi
cuerpecito de veterano necesita unos cuantos kilómetros para empezar a
engranar, así que, me quedo camuflado entre el grupo.
Dan la salida y ya en las calles del pueblo perdemos a Nacho de vista. Víctor y yo
salimos juntos y tras los primeros kilómetros nos separamos, no sé muy bien si
en el primer camino que sube a una zona de bodegas y en la siguiente subida que
va desde el cementerio donde está el primer avituallamiento, el primero de unos
cuantos! Para mí, demasiado pronto para tomar nada, así que pasamos volando
para afrontar la siguiente rampa.
Voy disfrutando el recorrido que transcurre tal y como nos habían contado los compis que lo
hicieron el año pasado: senderos en bosque de roble, monte bajo y pistas
forestales, y siempre con mucha piedra suelta. Muy corrible, muchas subidas en
las que se puede mantener la carrera, aunque sea a ritmo bajo, y bajadas de
tirarse a saco, con algún tropezón que otro por las piedras, pero por suerte
sin llegar a caer: súper divertido.
La primera parte de la
carrera voy corriendo solo en muchos momentos, tratando de que un grupo
de corredores que llevo a delante no se me escapen demasiado ya que siempre es
mejor correr en compañía. Voy haciendo la goma, mientras me sirven de
referencia para mantener un ritmo que, en algunos partes, no estoy muy seguro
si seré capaz de mantener hasta el final. La verdad es que las bajadas permiten
recuperar bastante bien, así que no les llego a perder de vista en ningún
momento.
Así llego a los 5 kilómetros finales. Parece que he sabido guardar un poco para
poder subir corriendo, a ritmo diésel, las últimas rampas, lo cual me permite
adelantar a algún corredor e incluso llegar a ver a Nacho en el último repecho.
Superado este, ya sólo queda bajada final divertida, a tope con algún que otro
derrapaje hasta llegar a las calles del pueblo, que con una ligera pendiente
favorable nos lleva a buen ritmo hasta el arco de meta, donde Nacho acaba de
entrar. Victor entra algo más tarde a unos 10 minutos, y Aitor y Javi llegan a
meta con una diferencia de 25 y 50 minutos respectivamente respecto de Nacho.
Lo importante que llegamos todos bien, salvo algún que otro percance como el huevo
en el tobillo de Nacho.
He de reconocer que la etiqueta @SierraDesconocida es muy acertada, y que
sorprende para bien al conocerla. Además la carrera está impecablemente
organizada, muy bien señalizada, circuito muy divertido, con muchos
avituallamientos, y hasta te invitan a comer. Estoy seguro que Tortugas Trail León
volverán a Morales del Rey!
Alfredo
Club de running, trail running, duatlón, triatlón, ciclismo, natación en aguas abiertas y todo lo relacionado con el deporte, desde la amistad y el buen rollo, porque aunque llegues el último en una prueba, siempre tendrás por detrás a los que no se atrevieron a correrla.
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