EL SIL NO PERDONA
Último fin de semana del invierno, y eso en León es mucho decir. En contra de todas las previsiones de nieve, rayos y centellas, amanece en Páramo del Sil con un día poco menos que primaveral. Desayuno completo con café solo largo, sin azúcar por favor, y donuts de chocolate; había que cargar el cuerpo con calorías, nos harían falta más tarde. No conocía esta zona de la provincia y la verdad que me resultó bastante sorprendente, ya que me la esperaba un poco más oscura y cerrada. Después de vestirnos para la ocasión y tomar otro café de activación, nos dirigimos al punto de salida para ir respirando el ambientazo que había. Música, gente, mucha gente, calentamientos antes de salir, speaker animando a todo trapo… en definitiva, esa adrenalina y esas mariposas en el estómago ya estaban ahí. Arranca la carrera pueblo a través, grupo unido y buscando las primeras sensaciones. Giro a la izquierda y empieza el festival. Por delante nos esperaban 8 kilómetros de subida hasta llegar a La Campona donde estaba situado el avituallamiento. Marco ritmo constante y no muy fuerte para ir encontrando mi sitio. Subo muy a gusto los primeros minutos de carrera, charlando con los compañeros de al lado y sin descolgarme en ningún momento. Con muchos tramos corriendo y otros andando a buen ritmo nos acercamos a coronar el punto más alto del día. Después de 800 metros positivos en apenas 8k las piernas necesitaban chicha. Coronamos La Campona y tomamos las maravillosas viandas que nos ofrecían las amables gentes que allí nos esperaban. Educación y amabilidad de 10, sin palabras. Unas gominolas, un plátano y un poco de agua. Mi habitual petición de un bocadillo de cecina en los avituallamientos de carrera todavía no ha sido atendida, esperemos que haya más suerte la próxima vez… XD .