Justo cuando los del Cross acaben la prueba, nos abrirán los controles y la jaula de salida nuestra, veo llegar a Santi y Aitor en unas excelentes posiciones, unos máquinones, y quiero aprovechar a dar la enhorabuena a Aitor por su pódium, segundo en su categoría, oleeeeeeeee.....
Paso el control de material y me introduzco en la jaula, la verdad que en estás carreras largas se me van quitando los nervios según se aproxima la hora de salida, es más la ansiedad de meterme ya en el "fregao", de no esperar más, de ponerme al lío. Me encuentro a un compañero del barrio de Madrid que también va a correrla con el que converso, y hablo con Sonia que está al otro lado de la valla, mientras se consume el tiempo de espera....
23 horas 30 minutos, Alea jacta est, pistoletazo de salida, 116 kilómetros por delante y 5100 metros + y 5100 metros-, ahora toca disponerse a enfrentarse a la primera batalla, la noche bajo la luna llena.....a los 500 metros veo a mis tortug@s que me animan sin cesar y tras callejear un poco, nos adentramos en La Barranca donde afrontaremos la primera cima de la jornada La Maliciosa....
Primeros kilómetros, vamos calentando y acostumbrándonos a la luz del frontal, que será nuestro faro y guía al menos durante 7 horas, rápidamente empiezan las primeras rampas que suben hacia la Maliciosa, es un espectáculo ver la serpiente de luces en la oscuridad absoluta por la montaña con las luces de Madrid en la lejanía...en este tramo de subida vamos bastantes juntos y estirados todos los participantes..
Llegamos a la cumbre de La Maliciosa, kilómetro 9, empieza a meterse la niebla, viento y frío, del lado de cara norte se ve mucha nube, ahora toca una bajada complicada, lo bueno de haber pateado todas estas montañas desde chaval, es que me conozco el recorrido como la palma de mi mano, llevamos muy poco, queda muchísiiiiimo....así que me tomo la bajada con mucha precaución y calma, veo unos cuantos esguinces y caídas, a algún que otro participante se le acabo la carrera ya....
Llegamos al primer avituallamiento de la jornada, kilómetro 18 en Canto Cochino, ya hemos bajado a La Pedriza, mi cabeza se dice así misma, ya hemos rebasado la barrera de los 100 kilómetros countdown, después de una pequeña parada, nos toca un recorrido pedricero, pasamos por el hueco de San Blas, la pradera del Yelmo, empieza hacerse larga la noche, sobretodo el estar en todo instante concentrado en la luz de nuestro frontal, con cualquier despiste se puede acabar con los huesos en el suelo, como me ocurriría un poco más adelante en una zona de bosque cerrada, que en un momento de búsqueda del camino correcto por una distracción, me pegue un hostiazo como un campano, golpeándome la espinilla con una piedra, me levanto la observo y veo que el daño es superficial, solo el golpe que pica, nada que impida continuar con mi "obsesión"....
El recorrido se dirige hacia el puerto de La Morcuera kilómetro 42, donde calculo que justo va amanecer, y comenzará una segunda fase de la batalla, la calma previa a las cumbres de Peñalara, llega el sol y el calor, así que en este tramo aprovecho a galopar, siguiente parada Rascafría kilómetro 57, donde me he enviado una mochila, me cambio de camiseta y calcetines, y aprovecho a comer contundentemente, comienza el rock n roll y hay que llevar las fuerzas al máximo...
Llega la parte de más desnivel positivo, el puerto del Reventón se hace muy largo y anodino, con su curva tras curva....va quemándome sobretodo piscológicamente, pero al llegar a la parte alta, ya puedo divisar en todo su esplendor el top de la jornada, el Pico de Peñalara y el risco de los Claveles, que los participantes del GTP pasaremos dos veces, ya que tenemos que ir a la cima al control de chip, para desandar nuestros pasos hasta donde se coge el camino de bajada hacia La Granja.
En este tramo me adelanta el primer clasificado del TP60, que salieron a las 8 de la mañana desde Miraflores de la Sierra, es un gustazo ver su ritmo y frescura, un auténtico máquina, llego hasta la laguna de los pájaros y afrontamos la subida a Peñalara, el recorrido parece la Gran Vía, con corredores yendo en los dos sentidos de la carrera, nos cruzamos los que ya coronaron con los que subimos, paso el risco de los claveles con precaución entre los canchales de piedras y llego a la cima de Peñalara, entre un vendaval de viento y un poco de rasca, es el punto más alto de la carrera y se nota, tras pasar de nuevo la mole bloques de piedra desordenados del risco de los Claveles, y descender un poco, llega el tramo de bastante bajada hasta la Granja de San Ildefonso, el otro avituallamiento que me había marcado clave, es el kilómetro 85, donde tomar fuerzas de nuevo.
Esta parte de bajada se me hace muy pesado, he pasado de tener fresco a bastante calor, se me agota el agua, y voy con unas ganas enormes de llegar a la Granja, donde haré una parada en boxes...
Nada más entrar en La Granja, me está esperando Sonia, me da aire y energías, en estos momentos como se agradece cualquier detalle extra que puedes tener, unos gritos de ánimo te hacen olvidar por unos momentos la destrucción que se lleva encima.
Por fin en el avituallamiento de La Granja puedo comer algo de pasta y recuperarme bien, hay una animación increíble y tras despedirme afronto una de las partes que me daba mala espina en la previa a la carrera, la subida desde La Granja hasta el puerto de la Fuenfría, conozco mi organismo, y sé que estas partes que parece que no subes, pero pica hacía arriba ligeramente, poco a poco, no me van....y se confirmaron mis pensamientos....noto que no arranco, voy muy castigado, vamos a la orilla del río y entre árboles, con la gente de picnic y un sitio muy agradable, pero voy con el ancla...
En esto que entre las curvas y los árboles, oigo unos gritos....¡¡¡Vamos Tortuga!!!! oteo a lo lejos y veo a Mónica, Aitor, Ana, Santi y Sonia cruzando el río, ufffff, no puedo describir lo que sentí en esos momentos, iba totalmente puteado y mi estado de ánimo se cambia radicalmente, me animan a muerte, hablo con ellos, respiro, y me invade la alegría, me queda la última batalla, y ahora es cuando tengo que sacar fuerzas de donde sea. Marcho mientras me despiden, hasta la casa de la Pesca que será el siguiente avituallamiento, me pongo el automático, que sé que de aquí al Puerto de la Fuenfría, vienen unas rampas de órdago...
El último kilómetro antes de la Fuenfría, es brutal, unas rampas de echar los higadillos, tipo cortafuegos, pero es lo que me gusta y donde me siento más cómodo...me pongo a ritmo y cuando llego al control de chip, tras respirar, me doy cuenta que estoy de vuelta, es como si volviera a la vida, me queda el camino schmid hasta el puerto de Navacerrada y después la bajada de la tubería y La Barranca hasta la meta....
El camino Schmid, llevo haciéndomelo desde que era niño, me lo conozco perfectamente, y ya voy en modo burreras, no siento nada, ni cansancio, ni dolor, ni sueño, lo tengo a mi alcance, ya he pasado la cifra de los 100 kilómetros...llego al Puerto de Navacerrada, esta Sonia esperándome y dándome la arenga final de la batalla, ya no me detiene nada, me acompaña al avituallamiento, donde me atienden los voluntarios de 10, no, de hiper 10, espectacular toda la jornada el trabajazo y el trato que nos han dado...me hidrato, me como mis últimas gominolas y tras ascender un poco para alcanzar el camino de la tubería, bajada un poco delicada, que me tomo con cuidado, llego a la pista de la Barranca, siento las piernas como si acabase de empezar, es cuesta abajo y me lanzo a toda pastilla, último control de chip, me indican que me faltan 4,5 kilómetros para meta, solo oigo en mi cabeza los bufidos de búfalo que voy metiendo...
Entro en las calles de Navacerrada, saco de mi mochila mi bandera de León que llevo cargando durante 116 kilómetros, oigo aplausos y gritos de ánimo continuamente, justo antes de entrar en línea de meta veo a Mónica y Aitor que me animan incesantemente, me puede la euforia, enfilo la alfombra azul, y ante la mezcla de sensaciones y pensamientos, lo único que me sale es gritar....
Recojo la medalla y el regalo de Finisher que me entregan, cuando compruebo que he conseguido dos pequeños retos personales que me había marcado, aunque si algo he aprendido en este tipo de carreras, es que el verdadero objetivo es finalizar, bajé de 20 horas por 8 minutos, 19 horas 52 minutos y quedar entre los 100 primeros, el 99, por los pelos, pero esto es secundario, lo importante es haber llegado a meta y haberse dejado la carrera que la disfrutara cada segundo que estuve en ella....
Ahora mientras preparo todo para premiar a mis piernas con una visita al Caúcaso, ya me empiezan a llegar los cantos de sirena desde La Palma, Ronda, Pirineos, Mont Blanc, etc....el futuro se verá lo que me tiene preparado
GO TORTUGAS GO!!
Marcos
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