Entre los días 22 y 25 de este mes de agosto he podido retomar mi
peregrinación hacia Santiago, desde donde lo había dejado el pasado mes de
julio, Logroño, para recorrer el tramo
del Camino de Santiago hasta la primera gran ciudad de Castilla y León, Burgos
con una distancia de 122 kilómetros.
El día antes de salir ya sentía nervios y ansia porque tocara el
despertador para comenzar a andar y así volver a sentir el espíritu del camino
que me tiene hechizado. Tenía ganas y curiosidad de ver multitud de detalles,
paisajes y gentes que paso a paso surgen de manera espontanea a lo largo de
esta aventura, y es que el camino no defrauda nunca por lo que cada día es diferente ya que esta atmosfera
aporta sensaciones y momentos únicos e inolvidables.
En la crónica diaria que a continuación vais a leer os pongo una pincelada
de cada etapa, que escribía a la finalización de la etapa dando buena cuenta de
una cerveza bien fría para recuperar el cansancio y la fatiga acumulada por los
kilómetros. Espero que os guste.