Hablar del Trail
Villalfeide no es sólo hablar de una carrera, es hablar del pico Polvoreda, una
montaña mágica, que te atrapa como un imán. La senda que lleva a su cima, es el
campo de entrenamiento en la que muchos locos del Trail, afinan sus piernas,
para ir un poco más deprisa, para llegar un poco más alto.
En su décima edición
el Trail Villalfeide se ha convertido en algo más que una carrera, ha alcanzado
el nivel de imprescindible en el calendario de carreras de montaña y no sólo
por la magia del lugar por donde discurren sus tres categorías (Trail, Le Petit
y kilómetro vertical) sino también por su organización, el ambiente que la
rodea y por la gente de Villalfeide, ver cómo un pueblo entero se vuelca para
colaborar en la realización de un evento como este es, simplemente, increíble.
Con todos estos ingredientes no se puede decir que no a correr una carrera como
esta, pero en esta ocasión me inscribo en la categoría Le Petit. Hace algún
tiempo que me di cuenta de que lo mío son estas carreras sin tanta carga de
kilómetros ni de desnivel, pero en las que, desde el primer metro, sales al 100
% y en las que no reservas nada para el final.
El sábado bien entrada la noche,
Ana y yo nos presentamos en Villalfeide para pasar la noche, comprobando que no
somos los únicos locos furgoneteros. Con las primeras horas del día se comienza
a escuchar la llegada de los participantes de la categoría Trail, entre los
cuales se encuentran nuestras tortugas Laura, Alfredo y Pablo. Ana y yo nos
enfundamos con nuestra equipación tortuguil, bueno, ella con el polo de
postureo y yo con la camiseta de Trail, je je je, desayuno y a la línea de
salida para animarles, en unión de la tortuga Diego que acaba de llegar y que,
al igual que yo, va a correr la Le Petit y de Belén, que se ha acercado para
animarnos. Viéndoles salir la piel se te eriza y los nervios se meten en el
estómago, deseando que llegue el momento de ser tu el que esté recorriendo los
primeros metros de la carrera.
Toca mi calentamiento
para soltar las piernas y apaciguar los nervios y a la línea de salida. La
previsión meteorológica preveía lluvia pero por suerte en esta ocasión se
equivoca y el día nos regala un tiempo inmejorable para correr. Cuenta atrás y
a correr!!! Por delante nos esperan algo más de 11 kilómetros con 800 metros
positivos. Desde el principio la carrera pica hacía arriba, trato de mantener
un ritmo pero me doy cuenta que todavía no estoy recuperado de la carrera de
Molinaseca, así que me pongo en modo “apretar los dientes” y para adelante. En
el kilómetro 2 nos juntamos con los corredores del Trail y juntos afrontamos la
primera parte del Polvoreda, por delante tenemos un muro de un kilómetro de
distancia salvando 300 metros positivos. Empiezo la subida y trato de animar a
los corredores del Trail a los que voy adelantando, aunque en el fondo lo que
hago es animarme a mí mismo, la subida a cada metro se va haciendo un poquito
más dura. Levantó la cabeza y veo a unos 100 metros a Laura y no puedo dejar de
gritar: Vamos Laura!! Vamos Tortuga!!! A lo que ella responde con otro: Vamos
Tortuga!!.
A falta de algo
menos de medio kilómetro para llegar al punto en el que las dos pruebas se
separan, la alcanzó y aunque ella me deja pasar decido seguir juntos. Queda
poco para coronar, pero voy justo, hasta el punto de tener que parar durante unos
instantes para recuperar el aliento. Me despido de Laura con otro vamos
tortuga!!!, a ella todavía le queda otro “repechito” para coronar pero
transmite muy buenas sensaciones. Casi un kilómetro de falso llano, en el que
poco a poco me voy encontrado mejor, antes de la bajada técnica, en la que, en
un par de ocasiones, me veo en el suelo y en las que me viene a la mente la
imagen de Aitor en la Transvaldeónica…. Así que decido tomármelo con
tranquilidad. Kilómetro 5 y la bajada se suaviza, cada vez me encuentro mejor y
en esta zona disfruto corriendo e incluso adelanto a tres corredores que me
habían pulido en la subida. Me vengo arriba y me digo a mi mismo, “que no te
pase nadie, aprieta”.
Comienzo la penúltima subida de la prueba y me encuentro
realmente bien, me adelantan un par de corredores del Trail y decido seguirles
el ritmo, lo consigo durante la subida, pero en el siguiente tramo de bajada
los pierdo, cómo bajan….!!! Ya solo queda la última subida, un tramo de 600
metros con 150 metros positivos. Corono y veo al fondo el pueblo de
Villalfeide, miro hacia atrás y no veo a nadie, ya solo queda algo más de un
kilómetro para disfrutar. Ya en el pueblo me quito el chaleco de hidratación,
la elástica tortuguil tiene que verse en todo su esplendor. Cruzo la meta,
donde siempre esta esperándome con una sonrisa y con un beso mi mayor fan, la
que siempre me acompaña en estas locuras: Ana. Juan Carlos, el speaker me recibe con un: ”Aquí llega una
Tortuga…”
Me acerco al
ordenador del cronometraje y me dicen que he llegado el duodécimo y me digo a
mi mismo Olé!!! Buen resultado. Voy a la ducha y cuando vuelvo a la meta para
esperar a las tortugas del Trail me encuentro con Rafa, un granadino que he
conocido justo antes de la carrera y que, aprovechado sus vacaciones por el
Reino, no ha podido resistirse a la llamada del Polvoreda. Comprueba mi nombre
en la aplicación de la carrera y me dice que he quedado segundo en mi
categoría!!!
Magnífica carrera,
con un podio inesperado, que dedicó a Ana y a todas las tortugas, coronada con
muchísimas risas y muy buenos momentos.
GO TORTUGAS GO!!
Santi.
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