CARRERA DE LA SALCHICHA 2018

Miércoles, tomando el café y leyendo el periódico, me encuentro en las noticias que se celebra el jueves, Día de todos los Santos, la carrera de la salchicha en Zaratán. Lo releo y la mando un was a Mónica: “¿quieres entrenar mañana que es fiesta unos kilómetros antes del trail de la Raya??” Y me contesta que sí, oleeeeee, genial, pues la vuelvo a contestar que nos apunte a la salchichada de Zaratán, jajajaja… la volví a engañar.

Nos levantamos sin madrugar mucho ya que la salida era a las 11, recogemos el dorsal y de charleta con gente conocida. Nos acercamos al coche a ponernos la ropa de romano con un poco de fresquito, aunque el sol está arriba brillante y parece que al final calentará, como así fue. Este viaje sí que calentamos un poco más de 2 minutos, jajajaja. La carrera se anunciaba en los carteles con una distancia de 6,5 kilómetros pero ya en el cajón de salida nos tenían guardada una sorpresa… resulta que finalmente serían 7,5 kilómetros, tomaaaa que contentos se pusieron todos los participantes. La bolsa de corredor consistía en una camiseta y la comida post-carrera: el típico bocadillo de salchichas de Zaratán y agua, claro que se podía repetir, como así hicimos… si es que las carreras dan mucha hambre, jajaja.

Unos 800 participantes entre niños y mayores. En categoría absoluta 350 corredores y digo corredores porque madreeee mía como se va en estas carreras cortas y a primera vista, llanas.

El speaker se encargó de explicarnos que la primera mitad del recorrido (unos 3,7 km) eran para arriba y después todo para abajo por el mismo circuito. Yo que pensaba que sería rápida y llana decido salir a mi aire y Mónica al suyo para probarnos.

Nos colocamos de la mitad para adelante en la salida y salimos raudos y veloces por las calles del pueblo, que claro es todo con cuestas hacia arriba, llegando a la zona de camino, lo que llaman el “tren burra”, antiguo ferrocarril Medina de Rioseco – Palanquinos, que asciende por la ladera sur de los Montes Torozos, cual amplio balcón sobre el valle, ofreciendo bonitas panorámicas de los cambiantes campos de cereal.

Otras veces hemos entrenado por esa zona pero siempre mas despacito y charlando, pero en este caso no hay tregua y eso se nota en la respiración y en las ganas de no perder al de adelante y no le pierdo pero me van pasando más atletas y se meten por medio, vamos que al final sí le pierdo de vista, jijiji.

Todo suave subida hasta que se gira 360 grados y toca bajar por el mismo camino que hemos subido y con unos bolos por el medio para hacer la separación entre los que suben y los que bajan. Mi sensación es de ir bajando fuerte pero ¿qué pasa? Si me sigue pasando el personal, pufff ¡Qué desánimo me entra! En eso que veo a mi Churri que sube y la animo con un “vamos tortugaaaaa!!” Y ella creo me dice, “vamossss” en un leve tono porque anda justita de fuerzas en la subida, pero es alucinante ver como lo da todo.

En la bajada voy hablando con un corredor y finalmente le tengo que decir que tire que puede más que yo y así lo hace, jajajaja, me deja solo, no se me va mucho y no quiero perderlo de vista pero llegó lo inevitable… se fueeeeeeee. Voy contando los que me van pasando y cuento hasta 12 ufffff ¡Qué mal! pero ya entrando por las calles del pueblo recobro algo de fuerza sabiendo que me queda kilómetro y medio y aprieto, aprieto tanto que me como a cuatro corredores, oleeeee por mí, jajajaja, eso sí, entro en línea de meta sobrecalentado pero con alegría y animación de nuestro amigo Gerardo, que no se pierde una, GRACIAS!!

Entro en 35,10, un buen tiempo para mí, ¿Qué más puedo pedir? Ahora me toca esperar a mi Churri. Voy en su busca y la veo que viene en bajada y a full, aunque los pros son mucho pros pero yo la doy sus ánimos para que apriete más y hace una entrada muy buena y con la carita de no dejar nada de fuerza en su cuerpo. Entra en línea de meta en 38,58 y novena de su categoría, ¡¡bien corcho, bien!!

La verdad es que es sencilla la carrera pero depende del ritmo que quieras poner, se puede hacer dura, nosotros echamos de menos alguna subidita dura, pero estamos en la meseta, jajajaja.

Después de cambiarnos de ropa y abrigarnos, nos fuimos a dar buena cuenta de las riquísimas salchichas de Zaratán, un buen bocata y encima encontrar a buenos amigos para charlar. Tanto nos esforzamos en la carrera que tuvimos que repetir de bocata de salchichas, jajaja.

Recién terminada la carrera ya pensamos en que el domingo llega el trail de la Raya en Alcañices y además vamos unas cuantas tortugas… ¡qué alegría!

Saluditos y nos vemos en las próximas crónicas.

Aitor.