Soy amigo de escribir escuchando música y que esta, me inspire en mis letras, pero en esta ocasión, con el titulo, la canción que la acompañaría me viene sola a la cabeza.
Y es que allá donde se cruzan los caminos, en alguna parte entre el Órbigo, la Maragatería y los 4 valles, se cumplieron este pasado sábado ya X ediciones, en los que los compañeros y amigos del Triatlón León cargados de energía, fuerza, trabajo e ilusión, nos acercan una prueba de mucho calado a la puerta de nuestras casas.
En esta prueba, muchos hemos conocido el deporte que a día de hoy nos apasiona y donde nos la hemos marcado como primer objetivo serio, un olímpico sin drafting. Es sitio, como diría la canción, donde regresa siempre el fugitivo, cuando parece que igual no tiene caché suficiente para nosotros y tenemos que apartarla de nuestras cargadas planificaciones competitivas , para, años después, ver que lo que hay fuera, dejémoslo en que es difícil que sea mejor y Villameca se convierte en un día marcado en amarillo en el calendario.
En muchos momentos de la prueba, por ser centro neurálgico de nuestros entrenamientos, y sentirnos tan a gusto, es donde dejamos correr la mente, el deseo viaja en ascensores, y empezamos a pensar en la palabra tabú que empieza por I y termina por “man”, aunque sea la mitad…
Y siempre tiene un denominador común, y año tras año, me dejo la vida en sus rincones, que dura es esta prueba. El oleaje que golpea en el muro lo hace corto, rápido y constante y genera un meneo digno del mismísimo Cantábrico que te hace salir de medio lado. En la bicicleta, siempre te pega el aire, a pesar de tener un asfalto muy bueno, hay veces que es imposible acoplarse y hacer subir el velocímetro a la 3ª decena… El inicio de la carrera, cuesta abajo, hace que salgas con las piernas cual columnas trajanas, y te sea difícil realizar una transición decente.
Gracias Don Joaquín. Con esta pequeña introducción, hasta allí nos desplazamos mi compañero incondicional de batallas Pedrito y yo, acompañados de un autentico Espartano que decidió acompañarnos a ver que es eso de lo que tanto hablamos.
La prueba comenzaría a las 16:00, pero estábamos citados a las 12:00 con gran parte de mi querido equipo de natación, ya que participarían como organizadores y voluntarios.
Con todo ya casi colocado, faltan los detalles, y marcho con mi compañero Oscar a dar una vuelta con la moto, ya que sería el encargado de llevar a uno de los Jueces, luego a medir la distancia una vez colocadas las boyas con gps en patinete… El agua está caliente, mucho… Al salir le pregunto a uno de los jueces que salía de medir el circuito nadando con el neopreno y me dice que a falta de confirmación, se nadará sin neopreno, primera alegría del día.
Mucha gente conocida del mundillo y charlas varias con Roberto, Ilde, los compañeros de MTB Runners, Fran… Aprovechamos para hacernos una foto con los logos del Reto en el que está Inmerso nuestra Tortuga Hilario, y la pasamos al grupo para ver si le llega y le podemos dar algo de fuerza que a estas horas y tras 14 horas pedaleando, seguro que no le sobran...
Con mi “excelente” pretemporada, que nos quiten el neopreno, me beneficiará en el primer sector, y luego a dejarme morir, con la única motivación de que no me pille el de la guadaña.
Cámara de llamadas, todo correcto y al agua, al salir por el arco, ánimos de Juan Ramón e Iván. Laurita con la cámara haciendo las veces de fotógrafa. Llegó a la salida del agua y sujetando la cinta, Justo…si es que juego en casa… Es la primera vez en los años que llevo haciendo Triatlón, que voy a apretar en el agua, a ver que pasa… Bocinazo y a lo loco… respiración cada 4 y muy encajonado. La verdad es que no siento excesivo agobio, a pesar de ir completamente encerrado. Por detrás algún iluminado que se piensa que me va a poder pasar por encima, o que me voy a parar para dejarle pasar, y al tercer golpe en los riñones, toca defender la posición, como si tocara hacer 25m con tabla de pies fuertes… problema resuelto. Sin darme cuenta llega la primera boya, la dejamos a izquierdas, segunda a unos 150 metros, y al arco de meta para dar la segunda vuelta. No me adelanta nadie y si que vamos “pescando” a alguno, para en un pis pás llegar al arco de salida.
Miro hacia delante y veo que está saliendo Ilde, y escucho a mis Pececillos animarme, miro el reloj y veo 18´… madre mía! Subidón total, a por la bici! Al no tener que quitar el neopreno, transición rápida, y a pedalear…
Sabía que se me iba a dar mal, pero las sensaciones pésimas, incapaz de acoplarme, iba como si fuera de paseo en la fixed, y con el corazón en la boca incapaz de bajar el pulso, continuos adelantamientos que te frustran demasiado cuando eres incapaz de hacer lo más mínimo por evitarlos y no sería por ánimos… Adri, Manu, Henar… Justo antes de llegar a la zona de entrada, me pasa Pedrito y aún con dos vueltas por dar, me reciben todos los pececillos a lo loco… menudo griterío! Quien se para! hay que apretar los dientes y darlo todo…
Mucho mejor la segunda vuelta, aunque siguiera el goteo de adelantamientos, consigo aguantar en la lejanía a varios ciclistas, y eso me ayuda a seguir tirando, casi sin darme cuenta, 30 km, y al poco, ya me estoy desabrochando los velcros para iniciar la T2.
He corrido en vacaciones, pero la verdad que nunca vacío después de andar los 40 km en bici, desde hace casi un año, así que a ver que pasa, la primera vuelta se hace horrible, otra vez el pulso descontrolado, medio flato, un calor terrible, las gafas echas un asco, y las piernas como si fueran dos corchos, mal muy mal, y eso que desde la salida, Beatriz, Oscar, y Manu me llevaron en palmitas en cada cruce, llego a Hugo y ya me ofrece la Momia del Mes, que a ver que pasa… me saca una sonrisa, y llego hasta Inma, Antonio, Raquel, Justo, Alejandro, Karol… no creo que tenga una carrera así en la vida… que pena no poder ofrecerles mi mejor versión…
Con un recorrido distinto, más bonito desde mi punto de vista, y tras una rampa, llegas a un alto donde escuchas la megafonía y ves el pantano…la primera vuelta se acaba… Al final, una de mis pececillos favoritas, Elia, e Iván, pulsera acreditativa de que has completado 5 km, y a por la segunda… Antes de terminar, esponjas, donde está Conchita, la mujer de Oscar, Adri… Venga que ya está casi… poco a poco cojo algo más de ritmo y ya puedo vacilar con todos mis amigos que voy encontrando en cada esquina y en cada cruce, GRACIAS!, INFINITAS GRACIAS! No sabéis como se agradece…
Solo me faltaban mis dos chicas, pero esta vez no ha podido ser, para la próxima, os necesito cerca que si no, no voy!
El tiempo, que al final es lo de menos, 2;39´ bajando 11´mi mejor marca aquí, así que no está nada mal…
Al finalizar, una cosa está clara, el año que viene aquí estaré, no se puede faltar, ¿y tu? ¿Te lo vas a perder?
No podría finalizar la crónica sin mencionar a dos de los motores de este Tri, Conchi y Mila, y al resto de compañeros del Triatlón León y voluntarios, no he querido dejarme a nadie, y si lo hice, ha sido sin querer
MIL GRACIAS OTRA VEZ!
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