XXXIV Carrera de la Ciencia
Debido a un evento familiar que me hace estar en estas
fechas por Madrid, que coincide siempre con esta prueba, la carrera del CSIC es
probablemente una de las que más veces corrí, y la mejor manera de quemar los
excesos gastronómicos de la celebración…
Una carrera de 10 kilómetros de las más clásicas del
asfalto madrileño, que va ya por su trigésima cuarta edición. Bien temprano el
domingo estaba por las proximidades del Ramiro de Maeztu y el CSIC en la calle
Serrano, para recoger el dorsal y el chip, ya se empezaba a notar la
aglomeración de gente, pero se barruntaba un día perfecto de climatología y una
temperatura excelente para correr.
A las 9 en punto se da la salida para los alrededor de 5000 corredores, en
la calle Serrano, a la altura del polideportivo Antonio Magariños, tres minutos
tardo prácticamente desde el pistoletazo de salida hasta que paso por debajo
del arco, el principio se hace muy cómodo, poco más de dos kilómetros de bajada
por la calle Serrano, que hace que mucho corredor se embale y pagué después el
ritmo acelerado, hasta casi la Puerta de Alcalá, en la calle Recoletos se gira
formándose un poco de embudo para tomar la Castellana, por donde estaremos algo
más de 4 kilómetros picando hacia arriba, que poco a poco van desgastando las
fuerzas. Aquí ante la falta de sitio y el tumulto de gente, hace que un buen
rato esté subiendo y bajando hacia la acera, no puedo ponerme a ritmo, pero se
compensa con el placer de ir corriendo por sitios emblemáticos madrileños...Plaza
de Colón, Nuevos Ministerios, Bernabeú (donde cojo un poco de fuerzas extras con
el recuerdo del subidón que me dió el gol de Arda Turan y la victoria
colchonera en recientes fechas…), hasta la Plaza de Cuzco donde saldremos de la
Castellana y tomaremos la calle Alberto Alcocer, el Alpe D’huez de la carrera,
una cuesta pronunciada donde hay que quemar las fuerzas hasta casi la reserva,
aquí se empieza a oír ya muchos resoplidos y bocanadas de aire, pero una vez
alcanzado el punto más alto, ligera bajada hasta la plaza de la República
Dominicana donde cogeremos aire y piernas para afrontar el final de la carrera,
que tras un breve paso por la calle Príncipe de Vergara nos lleva de nuevo a la
calle Serrano, donde en pendiente hacia abajo nos lleva en un cómodo final a la
meta, situada dentro de las instalaciones del CSIC.
Al final hago un tiempo neto de 45’ 42”, en una carrera un poco engañosa que con un inicio y un final en cuesta abajo puede hacer pensar en carrera cómoda, pero que con una Castellana picando hacía arriba muchos kilómetros y la gran cantidad de gente que me hace imposible ponerme a ritmo, no puedo nunca exprimirme mucho, pero es una de esas carreras con un gusto personal especial e intento no perdérmela ningún año…..
por Marcos
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