UA-51285685-1 Equipo leonés de Trail Running : TORTUGAS TRAIL LEÓN: MI PRIMER MARATON DE MONTAÑA: IBIZA TRAIL

domingo, 5 de noviembre de 2017

MI PRIMER MARATON DE MONTAÑA: IBIZA TRAIL


¿Miedo? Pues un poco ya que era mi primer maratón de montaña y me apunte, como a todo… sin cabeza… si es que soy de calentarme muy rápido, jajajaja. Pero estaba súper emocionado y contento y después de haberlo terminado más todavía, sin importarme en absoluto el tiempo y por su puesto con una alegría fuera de lo normal, aunque también he de decir que sufrí de lo lindo.


Semanas de entreno y entreno y por fin toca coger el avión y salir hacia las islas Pitiusas. Es muy temprano. Llegamos a eso de las 11 y primera visión desde el avión es que hay algunas nubes oscuras pero eso está muy bien ya que a mí me gusta correr con menos calor, incluso con agua... Aterrizamos, coche y al alojamiento, que por cierto estaba a 5 minutos andando de donde se daría la salida. En el avión vemos a gente que, por su físico, Mónica y yo pensamos que también van a correr y acertamos de pleno, jajajaja. Les preguntamos y algunos van a la media y otros a la maratón. Nos comentan que no es muy difícil pero sí un rompe piernas. En eso que nos preguntan de dónde venimos al vernos la Tortuga y les decimos que de León, entonces nos dicen: “bahhh!! Si venís de León está chupado para vosotros”, jajajajaja.

Distancia 42.600 metros, desnivel 2.012 positivos y 2.012 negativos, mucha humedad y preciosas vistas. La bolsa de corredor consistía en un bote para el agua, una toalla, una preciosa camiseta, barritas, geles y bebidas.


Por el cansancio y madrugón del día anterior, la noche antes de la carrera caigo en los brazos de Morfeo hasta que el despertador suena a las 6 y media, ufffff que madrugón. Un cafecito y dos cruasanes, la mochila y ropa de correr preparada del día anterior, así que no se me tiene que olvidar nada. Llevo sales y geles para probarles antes de la Ultra de Almería, aunque luego os cuento como me fue la cosa, jajajajaja. Nos vamos acercando a la zona de salida y nos hacemos unas fotos con el mar de fondo. Qué raro se me hace, ya que por aquí somos más de secano, jajajaja. El estómago ya va haciendo de las suyas y eso si que son nervios, ufffff. Me despido de Mónica y entro en el cajón después de que nos revisaran todo el material obligatorio: cortavientos, el chip y el teléfono móvil. Todo ok!! así que para adentro y a coger sitio, aunque ya se cual es el mío, jajajajaja.



La piel de gallina al oír la traca de salida (pero literal, de las de petardos…) y la cuenta atrás. Me faltan esos abrazos y palabras de ánimo entre mis compis Tortugas, jooooo, PERO VENIS EN MI MENTE!!. Salida y primeros metros corriendo por las calles de Sant Antoni de Portmany y ya oigo a Mónica dando sus primeras voces de ánimo, VAMOS TORTUGAAAAA!!, esto hace que me venga arriba, la saludo e intento cuadrar mi cabeza y controlar la carrera en lo que pueda. Cada 10 kilómetros un gel y cada hora una pastilla de sales. Ritmo suave y cabeza, ya que los primeros 21 kilómetros eran más fáciles y corribles y la segunda parte era más técnica y con unas bajadas llenas de piedras y con riesgo de alguna lesión, así que me parecieron mejor las subidas que las bajadas, uffff.


Salimos del casco urbano y llegan las primeras subidas por senderos pequeños y estrechos así que todos en fila india y con unas nubes negras a lo lejos que tenían muy mala pinta, de hecho ya en las primeras bajadas por unas barranqueras empezó a diluviar (mira que lleva mucho tiempo sin llover y lo tiene que hacer el día de la carrera… cawennnn). El caso es que la temperatura es baja y a mí me viene muy bien. Mojado entero y lloviendo a tope, vamos disfrutando. Llegamos a una bajada en la que hay cuerdas instaladas… se hace tapón ya que resbala muchísimo y mas con el agua. Corremos cuales gacelas agachándonos entre arboles y saltando entre piedras. Me encuentro con un grupo muy majo que me van haciendo de spoiler de la carrera. Comentamos de donde somos y nos caemos muy bien, de hecho ya me llaman Tortuga, jajajaja, en eso que oímos un golpe y chillidos, por delante nuestro se ha resbalado un corredor y se ha quedado en posición fetal y chillando de dolores, nos da que pensar y continuar mas despacito, pero antes hay que ayudar y socorrer al corredor. Algunos preguntan si necesita ayuda pero continúan, pero yo NO!! Unos meses atrás agradecí toda la ayuda de los demás corredores que me socorrieron y me ayudaron en el trail de la Transvaldeónica, así que hoy soy yo el que tiene que estar ahí, y me quedo con él. Le animo y me dice que llame a la ambulancia pero que continúe que no quiere entorpecer mi carrera y yo le digo que eso es lo de menos que no voy a ganar. Él sigue con dolores y no puede caminar, todavía queda bastante hasta un camino donde pudiera entrar el vehículo, así que le digo que se suba a mi espalda que yo le subo a caballito (no puedo dejarle allí lloviendo a raudales y con frío). Primero se niega y sigue en lo suyo de que siga mi camino, pero cazurro que soy, jajajajaja, le convenzo y entre otros corredores le suben a mi espalda, empezamos muy suave y con tacto ya que la subida esta resbaladiza y no quiero hacerle más daño. Salimos a una pista grande y ancha y me dice que le baje para ver que tal puede andar. Parece que algo mejor pero va agarrado a otro corredor y a mí y va cojeando pero pensamos que no es una rotura como él pensaba inicialmente. Eso nos da un alivio, uffffffff Le dejamos en buenas manos y continúo mi carrera después de sentirme bien por haberle ayudado. Me emociono. Nos saludamos con un abrazo y nos cogemos los números de los dorsales para, al llegar a meta, poder preguntar por su estado. Toda la carrera estaría en mi mente aunque en ciertos momentos pensara en ir pisando bien y disfrutar de las bonitas vistas. Al poco de dejar al chico socorrido me encuentro bajando entre la lluvia y oigo las emocionantes voces de Moni animando bajo la capucha, jajajaja, la que estaba cayendo, madreeeeeee Lo primero que me dice es que si estoy bien, que ha oído que alguien se ha caído y ha pensado que era yo otra vez, jajajajaja, que noooooooo que esta vez no me ha tocado, TODAVÍA!!, jajajajajaja. La saludo la cuento lo que ha pasado y a correrrrrrr. No paro ni el primer ni el segundo avituallamiento, quiero coger al grupo con el que iba muy bien, pero siempre con cabeza. Poco a poco voy pasando a corredores hasta que a lo lejos veo a mi grupo que entre unas cosas y otras me sacaron 15 minutos, pero antes en la recta del pueblo de Santa Agnés, vuelvo a escuchar los sonidos de VAMOS TORTUGAAAAA!! jajajajaja los que van por delante de mí y de enfrente a Mónica alucinan de los ánimos y se dan cuenta que les estoy cogiendo. Me animan y me uno a ellos… oleeeeeee. Que machote estoy hecho, jajajaja. El ritmo es lento, tanto que a Mónica le da tiempo a venir corriendo conmigo y hacerme fotos. Llegamos al tercer avituallamiento y paro lo justo, dejo a mi grupo que seguro que me cogen luego. En la primera hora me tome mi primera pastilla de sales, pero luego ya no pude tomarme más, ¿que me paso?, pues como se puso a llover tuve que meter el móvil dentro de la bolsita de las pastillas y ellas mismas se desintegraron, jajajaja Así que fui chupando el bolso de la mochila de vez en cuando para sacar algo de sales, jajajaja. Pero los geles me vinieron muy bien y sin notar nada raro en mi estómago, eso sí, son un poco espesos para mi gusto, pero la prueba fue buena (gracias Calili por esa info que nos distes para seguir en buena dirección a la Ultra de Almería). Ni que decir tiene que la mallas amarillas (mi color preferido), no me dieron buena suerte y eso que las di más de una oportunidad, jajajaja. Cuatro salidas y cuatro días malos y esta no iba a ser menos… en una de las bajadas con mucha piedras le digo a un corredor que le voy a pasar y justo cuando se quita, me tropiezo y caigo al suelo de morros, pongo la mano con el consiguiente raspón y herida en la mano, doy una vuelta, rodilla con raspones y sangre, geles por el suelo y un agujero enorme en las mallas justo en mitad de la raja de mi culo, jajajaja ¡qué casualidad! me levanto y todo dolores pero sin nada que me obligue a retirarme, así que recojo todo, me limpio y a correr otra vez, eso si me quedaría toda la mitad de carrera corriendo con medio culo al aire y con las risitas y comentarios de la gente que me pasaba o yo pasaba, así que imaginaros al entrar por las calles de la ciudad… todo un espectáculo, jajajaja, pero lo que he sacado en claro a sido que no volvieron conmigo las mallas, se quedaron en Ibiza, chaoooooo!!


Luego recuerdo ir a ratos bien y a ratos mal pero todo subiditas y bajaditas suaves hasta que llegas a los primeros 21 kilómetros y todavía me quedan otros tantos, ufffff, pero mi cabeza dice que todo lo que viene es ir restando, así que a continuar. Tardé en hacer los primeros 21 un tiempo de 2 horas y 45 minutos, así que eche cuentas y pensé que terminaría el maratón en unas 6 horas, pero no contaba con que lo peor estaba por llegar...



Empieza la segunda parte del trail. Es mucho más cañero: todo subidas y bajadas y lo peor, peor, eran las grandes bajadas con muchísimas piedras afiladas así que más de una tuve que hacerla andando. Te bajaban hasta la misma mar y luego otra vez hacia el punto más alto para volverte a bajar a una preciosa cala que en este caso, no me pude bañar. En uno de los avituallamientos vemos a un perrito de patas cortas que se esta haciendo el maratón con su dueño, (madreeeee mía, que pasada y encima llegó antes que yo). Pierdo a mi grupo por culpa de las fotos y los vídeos que voy haciendo, pero no importa, así tengo un gran recuerdo de lo que para mí, es una proeza. Unos preciosos acantilados por donde corrimos con unas cuerdas por donde tuvimos que bajar y los voluntarios ayudar en algunos casos. Calas preciosas por donde corrimos por sus blancas arenas y sus gentes mirándonos y seguro que preguntándose, “pero que hacen estos locos, jajaja. Cuando ya crees que está casi todo hecho de repente te ves con dos cuerdas por donde subir… “A estos se les va las manos”, pienso jajajaja. Pero todo con alegría y sabiendo que ya lo tengo hecho. En otra cala vuelvo a ver a Mónica y me anima como poseída, jajajaja y de repente también escucho un VAMOS TORTUGAAAAAA!! son las voces de uno de mis compis de grupo que va delante de mí y me ha visto a lo lejos, jajajaja, ¡Que ilusión hace que te animen! y eso que solo nos conocemos de ir corriendo juntos, ¡graciasss compi! Saludo a Mónica y me pregunta que tal lo llevo. Me anima y me dice que ya me queda poco, unos 7 kilómetros más o menos. Voy pasando avituallamientos y ya se ve el paseo central y sus calles. En eso que me pasa una pareja de franceses y la chica tropieza y se cae, uffff que sonido. Se levanta llorando de dolor, las manos y piernas ensangrentadas. De nuevo toca socorrer. En esta ocasión le doy mi papel limpio para las manos. Otro corredor que está cerca de mí y que le acababa de pasar me mira y dice: “si está sangrando, va con dolor y corre… nosotros no tenemos ninguna escusa para ir andando”, jajajaja, así que a correr se ha dicho.


Corro por las calles y veo la recta final a lo lejos. Me emociono y más todavía al ver que esta Mónica con sus ánimos y fotos. Es increíble. No puedo dejar de creérmelo, estoy terminando una maratón trail en un tiempo que para mi será lo de menos, 6:41:00. Que orgulloso estoy… oleeeee!! Mereció la pena venir a Ibiza. Quiero dar las gracias a Mónica por cederme su dorsal que la toco en un sorteo en la Transgrancanarias y a tod@s los que me siguieron y dieron ánimos desde la distancia.


¡¡¡Otro reto conseguido!!!

Ahora a esperar el siguiente que será con Mónica y algunas Tortugas más en Lanzarote.

Mil gracias y espero que os haya gustado mi experiencia en mi primera maratón trail.

Aitor.


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