Como titula mi admirado Iván Ferreiro uno de sus discos, no puedo por menos que plagiar su título para iniciar una serie de confesiones, o artículos de opinión en los que iré reflejando mis pensamientos más íntimos en los que , al deporte que en este momento practico.
La temporada 2013 es una temporada clave en lo que al triatlón y a mi persona se refieren.
Hace ya algo más de un año, en el que me inicié , por problemas de salud articular , a nadar. Nunca pensé que me gustaría, y no es que me guste, si no que ahora me encanta. Si como triatleta, tuviera que definirme como nadador, ciclista o corredor, sin lugar a dudas optaría por la primera disciplina, y no porque se me de mejor, ya que no destaco en ninguna de las tres , si no porque a la par de disfrutar, el reto es continuo y este no desaparece.
Tras unos primeros entrenamientos por libre, en la SS del 2012, en los que intentaba apoyarme en mi amiga Bea para que me diera algún truquillo, al final tuvimos que optar por no entretenernos demasiado y contar con la ayuda de un profesional, en este caso, un súper clase, Peter Chico, ya que no se veía la luz. Peter, El artífice de cambiar a "robocop" , mote con el que me bautizó en las primeras clases, un deportista sin flexibilidad ni técnica ,que apenas conseguía hacer dos largos seguidos, a un nadador, mejor o peor, pero un nadador en esencia.
A nivel competitivo, los tiempos hablan por sí solos, de 29' que casi me cuestan la descalificación , a la par que la vida, en el TRI sprint de las series ITU de la casa de campo de Madrid en mayo del 2012 a los 34' en la travesía de 1900 m de Moaña( Pontevedra) este verano.
Pero el verdadero triunfo no está en los tiempos, si no en las sensaciones, no será por veces que me lo haya repetido Peter, no se puede nadar sin sensaciones, sin sentir fluir el agua a lo largo de tu cuerpo, sin ese frío intenso que atraviesa tus sienes al principio de cada travesía, para tornar en una agradable sensación cuando la " caldera" de tu cuerpo arranca. Parecerá una bobada, pero cuando " sientes", nadas. Esa sensación, invita a estirarte, a fijar las caderas y dar acompasados movimientos de pies, a sólo sacar media boca y un ojo, para respirar, todo cuenta y todo vale para no perder esa sensación de velocidad que te acerca a la costa rápidamente proporcionándote un placer inmenso al conseguir superar tu reto personal.
Atrás, mucho cloro en la piscina de la Casa Asturias, largos y más largos entre series de tablas , palas y pies. Piques con Hugo, o intentos de charla con Manu, hasta que el Mister corta la conversación para seguir entrenando, pero esta claro que el esfuerzo tiene su premio, y el mío esta a punto de llegar, en 12 días afrontaré el reto deportivo más grande al que me he enfrentado, sólo queda disfrutarlo.
Fdo. Calili
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