Salimos desde las pistas de atletismo del polideportivo municipal, en el cajón de salida me pongo hablar con otro participante que al verme la camiseta me dice que es de León, nos ponemos a charlar de las carreras de montaña por el Reino....cuando de repente oímos...¡La salida en 3, 2, 1 ....! me pilla despistado al final del cajón, me acomodo todo con rapidez y partimos a correr por los alrededores de Guadalix.
Rápidamente salimos del núcleo urbano y entramos en faena, recorrido de monte con continuos subes y bajas, bosque, me encuentro cómodo y disfrutando del entorno, cuando en el segundo control de chip me pasa algo que nunca me había ocurrido hasta ahora, el chip era de muñeca y cuando la voluntaria me va a leerlo...estiro el brazo...y tatachachán...no está, me recorro el brazo con la mirada por si en mi desesperación se me hubiera subido....pero nada, en ese momento la cabeza a la que aún no la ha llegado el oxígeno, duda entre volver para atrás a buscarlo o seguir como me aconsejo la voluntaria y que me fueran apuntado en los diferentes controles según pasaba....pero apenas pasados unos 30 segundos en mi incertidumbre, apareció mi ángel de la guarda, llega otro participante y nos pregunta si hemos perdido un chip, que se ha encontrado uno...no tengo palabras para agradecérselo, me lo vuelvo a colocar en mi muñeca derecha, le doy infinitamente las gracias, y tras el sofoco y el disgusto, arranco eufórico como un auténtico jabalí cuesta arriba.
Mi cabeza ahora con el paso de los kilómetros se centra en el siguiente paso significativo de la carrera que ha llegado a mis oídos, una bajada con cuerda y un paso de río, bajada interesante, con una cuerda de escalada con nudos, pero la acumulación de participantes agarrados a ella hace que se mueva como si soplase un huracán, un poco de cuidado ya que los pies van por libre, y llegamos a la parte baja, donde estaremos sin duda en la parte más bonita del recorrido, la cascada del hervidero, donde hay que atravesar un riachuelo, veo las piedras bastantes mojadas, así que decido ante lo poco que cubre atravesarlo directamente, con los pies helados subo por una escalera de piedra y retomamos el ritmo por una pista.
Entre los helados que llevo los pies y el peso de estar mojadas, en vez de zapatillas parece que llevo las botas de Astrako, continuamos con unas subidas y bajadas interesantes, con ya la localidad a la vista, unos últimos kilómetros muy corribles, se deja notar el viento, las vallas de los últimos metros antes de llegar al polideportivo se encuentran todas volcadas, atravieso el arco de meta en dos horas justas con algunos segundos para los 19 kilómetros que me ha dado el GPS.
Me voy a saborear una Coronita nada más llegar, ya que el catering final es proporcionado por una franquicia de restaurantes mexicanos que es uno de los patrocinadores, y rápidamente a ducharme y cambiarme, ya que aunque se ha quedado el sol, hace un frío "do Caralho"....
Ahora ya con los dos retos que me he propuesto definidos para 2018, en abril los 101km peregrinos y el Gran Trail de Peñalara en junio, mi cabeza centrada en planificarme todo para llegar a estas dos citas en la mejor forma posible, y con mucha hambre de montaña...
Go Tortugas Go!!
Marcos
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