Bueno pues me levanto temprano, los peregrinos que inician no madrugan.
Empiezo a andar y salgo de Sarriá, como no puede ser de otra manera, al cruzar la vía del tren y empezar a subir la cuesta, recuerdo las veces que pase por ahí en los caminos precedentes, una vez con Conde compañero de trabajo que abandonaría al poco porque le dolían las piernas, otra con Mar y mi cuñado Carlos y otra con mi hermano Antonio.
Aún es muy temprano y no veo muchos peregrinos.
Se pasan por muchos pequeños pueblos típicos de Galicia, la jornada va siendo llevadera aunque la pierna derecha me da problemas por el hinchazón con dolor de ayer que aún me dura.
Hay muchísima niebla y no deja apreciar bien el puente tan chulo que hay para entrar a la población.
Yo no entro a Portomarín ya que continúo mi camino hacia el final de mi etapa particular.
La salida de Portomarín también me recibe con una cuestona muy salerosa. Y a partir de ahí ya se convierte el camino en una auténtica romería. Empiezo a pasar a multitud de peregrinos, no menos de 150, que hacen la etapa desde Portomarín hasta Palas de Rey. Hay de todo, familias con niños, grupos de amigos y amigas, matrimonios, muy poca gente sola. Vestimentas muy peculiares, desde chicas que parecen van de fiesta, otros con chándal largo, vaqueros, mochilas de plástico con cuerdas para colgárselas y un largo etc!! Un espectáculo.
He visto más peregrinos hoy que en todo el camino.
Un cantautor italiano me ha amenizado la caminata un poco cantando ópera y lo hacía muy bien.
A un par de kilómetros antes de mi destino iba por la carretera adelantando a mucha gente y uno de ellos, un armario empotrado, se pone a mi rebufo y le oigo respirar, me doy la vuelta y le miro y me dice que quiere ir a mi ritmo que llevaba 12 kilómetros y le quedaban unos 15. Para mi que se ha picado pero bueno.
Le he dicho que venía de Sarria y que ayer hice 40 km y ya me ha dejado tranquilo.
Llego a mi albergue y el mismo modus operandi de todo el camino, ducha, lavar ropa, tenderla y cerveza, hoy con Carlos el Vitoriano con quien también he comido.
En este pueblo no hay nada, solo 2 albergues y 4 casas.
Como peculiaridad nos ha contado la camarera que en la iglesia de este pueblo se sella la credencial con el sello más antiguo del camino. Que si viene el cura por la tarde lo podríamos sellar. Ya se verá.
Ahora a descansar un poco y cuidar mis piernecitas.
Triki
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