Unas cuantas horas de viaje y llegamos- Por fin se ve desde la entrada del pueblo de Gavarnie, la cascada más grande de Europa. Impresiona el paraje y eso que el pueblo solo tiene tiendas, restaurantes y hoteles, vamos, un sitio muy turístico. Paseamos entre sus calles y recordamos otras veces que hemos estado, no sin tener un nudo en el estómago ya que se acerca el día y en este caso se da la circunstancia de que esta maratón la correré solo, sin ninguna Tortuga a mi lado, solo estará mi churri que la veré en los avituallamientos, a lo que se suma la cosa de no poder hablar con nadie ya que la mayoría de corredores son Franceses y yo ni papa de idiomas, jajajaja, y por último el tiempo no es muy favorable y las previsiones tampoco…. vamos que se me va a hacer bola la carrera… pero, ¿quién dijo miedo? ¿Qué somos, leones o huevones? jajajajaja
Datos de la carrera: 45 kilómetros y un desnivel de 3000 metros positivos, 1000 corredores en esa distancia y 9 horas de máximo con 5 avituallamientos, ¿problema? La climatología que daban era pésima: lluvia, tormentas y avisos de alerta naranja, de hecho al final se acortó la de 45 a 36 kilómetros y los de las distancias de 75 y 110 las tuvieron que detener en un cierto punto, montar a los corredores en buses y traerlos a la llegada por precaución. Creo que acertaron ya que llovió toda la noche como si no hubiera un mañana, rayos, truenos, relámpagos y claro, estas condiciones no son lo mejor para andar corriendo por esas alturas.
Fotos de rigor en la noche y creemos que ya toca colocarse para la salida porque vemos a la gente que sale de debajo de la carpa (recordemos que llueve) y en eso que voy a colocar los bastones a mi altura y uno de ellos parece que no va, que no se bloquea, madreeeee que nervios y yo a punto de salir. La gente en bloque se vuelven a meter debajo de la carpa, falsa alarma, con eso de no entender el francés no sabemos lo que pasa. Mónica me dice que hay más bastones en el coche, pero lo dejamos lejos aparcado, ya no da tiempo y yo sin los necesarios bastones, pero mi churri es mucha churri, sale rauda y veloz a por el bastón y yo muerto de nervios de que se da la salida, no me he despedido de ella porque creo que no la da tiempo y encima sin bastón, vaya trajín, uffffff. Finalmente mi súper-churri llega a tiempo, jajajaja, muchísimas gracias bombón por ese carrerón a tiempo, vaya sudada que me trae, jajajaja, pero se lo agradezco con un abrazo y un beso.
Se da la salida y creo que salgo atrás de todo pero luego
viendo los videos me doy cuenta de que no, que hacia la mitad, pero es que
había muchísimaaaaaa gente. Salgo nervioso y muy despacito, damos una vuelta
hasta el puente, vemos la cascada, giramos y entramos en el pueblo para empezar
a subir y subir, eso sí muy despacio ya que somos muchos y el sendero muy
estrecho, aunque mejor, así voy muy a gusto y reservando fuerzas. El camino es
un senderito con mucho barro, si la subida es dura y cansada, la bajada es peor
ya que no es barro, es chocolate, uffff… veo delante de mí como 200 caídas,
todas sin ninguna importancia pero eso hace que vaya con más precaución. La
verdad tengo que decir que hay algunos corredores que por adelantar un puesto
son capaces de tirarte y pasar por encima de uno, ¡¡¿¿pero no saben lo que es
la distancia de seguridad??!! Yo a lo mío, jajajajaja, llego al primer
avituallamiento y noto que me ha faltado más subida y al final sería verdad ya
que la cosa estaba muy mal en la primera subida y decidieron recortarla. Llego
al segundo avituallamiento y oigo las voces de mi incansable seguidora y
charlamos un poco, cuento mis sensaciones, que por cierto no eran nada buenas
ya que sentía los cuádriceps muy pesados y no me dejaban ir en condiciones. Lleno
mis botellas de agua, pero agua con gas que a mí me encanta. ¡¡ERROR!!
jajajajaja, ¿por qué?, pues porque al correr se hinchó la botella hasta el
punto de casi reventar y al querer beber se me metió el aire por las narices y
lo pase de risa, jajajaja, así que fui cada dos por tres deshinchando las
botellas… no iba a tirar el agua, jajajaja.
Comenzaba la segunda subida del día y ya notaba que no iba en condiciones pero siempre en mi cabeza tenia a mis Tortugas y a mi churri que es lo que hacía que tirar hacia adelante. Llovía y llovía durante la carrera pero no quedaba otra que correr y más hacia arriba hasta la estación de esquí de Gavarnie. Subida suave y noto que no llego hasta arriba del todo y eso me vuelve a hacer pensar que han recortado la ruta, como así fue. La verdad es que lo agradeces pero también fastidia ya que te has hecho a una idea y no mola que te lo cambien, pero es lo que toca, y la seguridad de los corredores es lo primero. Veo a Mónica en la estación, me pregunta que tal y vaya, no voy nada a gusto. Vuelvo a recargar las botellas pero esta vez de agua sin gas que no quiero más risas, jajajaja. Me pasan el chip por la maquinita y a correr para coger a los corredores que tienes como punto de referencia. Subida larga pero que la hago muy bien, bajamos al valle y recorremos unos tres kilómetros llanitos hasta llegar al avituallamiento que era donde empezada la subida final. Aquí ya no pude ver a Mónica ya que era un sitio donde no se podía subir con los coches, recargo agua y cañaaaaa, bueno no tanta caña, jajajaja, ya que empecé muy bien hasta un collado pensando que quedaría poco y al dar la vuelta en una piedra vaya sorpresón!! no había subido nada comparado con lo que quedaba ¡y que altura!
Comenzaba la segunda subida del día y ya notaba que no iba en condiciones pero siempre en mi cabeza tenia a mis Tortugas y a mi churri que es lo que hacía que tirar hacia adelante. Llovía y llovía durante la carrera pero no quedaba otra que correr y más hacia arriba hasta la estación de esquí de Gavarnie. Subida suave y noto que no llego hasta arriba del todo y eso me vuelve a hacer pensar que han recortado la ruta, como así fue. La verdad es que lo agradeces pero también fastidia ya que te has hecho a una idea y no mola que te lo cambien, pero es lo que toca, y la seguridad de los corredores es lo primero. Veo a Mónica en la estación, me pregunta que tal y vaya, no voy nada a gusto. Vuelvo a recargar las botellas pero esta vez de agua sin gas que no quiero más risas, jajajaja. Me pasan el chip por la maquinita y a correr para coger a los corredores que tienes como punto de referencia. Subida larga pero que la hago muy bien, bajamos al valle y recorremos unos tres kilómetros llanitos hasta llegar al avituallamiento que era donde empezada la subida final. Aquí ya no pude ver a Mónica ya que era un sitio donde no se podía subir con los coches, recargo agua y cañaaaaa, bueno no tanta caña, jajajaja, ya que empecé muy bien hasta un collado pensando que quedaría poco y al dar la vuelta en una piedra vaya sorpresón!! no había subido nada comparado con lo que quedaba ¡y que altura!
ufffff, 2300 metros. Hago una parada para la foto y me armo de fuerza para subir poco a poco, claro que todo tiene su recompensa, al llegar arriba es impresionante las montañas llenas de nieve, por eso acortaron las otras subidas, guauuuuuuu que bonito. Alucino con las vistas. Me recreo y empiezo la bajada corriendo por la nieve unos tres kilómetros, luego se acabaría la nieve y a correr por agua y hierba con peligro de torceduras ya que se escondían agujeros peligrosos, así que hubo ratos de más precaución e ir andando. Se bordearía toda la montaña ya corriendo por senderos pero llano, bueno llano, llano tampoco, pero muy llevadero el bajo ritmo mío. Último avituallamiento y lo reconozco, ya que el día anterior Mónica y yo lo vimos en un reconocimiento de la ruta, así que eso quiere decir que me va quedando menos, jajajaja. Voy rellenando las botellas y solo veo carteles con muchos números y muchas flechas, así que con mi caída de ojos le digo a una chica que cual es el camino a seguir de la distancia de 45 kilómetros, no quiero confundirme e ir a la de 75 o peor a la de 110 kilómetros, jajaja, que no sería la primera vez que me pasa, jajaja. Me indica bien y solo queda rematar la faena, así que poco a poco y con las piernas que no me responden como yo quisiera sigo adelante ya con vistas del circo de Gavarnie y su pueblo. Bajadas suaves y de repente otra subida con la que no contaba, las piernas dicen que pasan, que se quedan, pero al final quejándose arrean un poco más y no me defraudan, se oye la megafonía aunque no sé lo que dicen, jajaja, estos francesesssss…. En eso que veo un voluntario que me dice en un Español raro, jajajaja, due kilometres meta!!, tomaaaaaaa ya lo tengoooooo. Pero esos dos kilómetros son larguísimos, sube y bajas que te hacen morir y en eso que un corredor por no llamarle de otra manera y ya quedando apenas 200 metros, bajando por un senderito chungo me pasa y casi me tira para el lado chungo, creo que me entendió lo que le dije aunque no supiera Español, pero que poca educación y ni siquiera miro para atrás. ¿A estas alturas de la carrera iba a pagar un incendio? ya le vale… en fin…. ya casi por las calles del pueblo pego dos silbidos para que Mónica me oyera y estuviera al loro de mí y así controlaba donde estaba ella, pero no hizo falta más, allí estaba ella con su cámara y sonrisa animando mis últimos pasos, dolorido pero muy feliz de mi carrera.
El tiempo y la distancia fue lo de menos, terminé cansado, sufriendo pero maravillado de las vistas y el lugar tan bonito.
Quiero dar las gracias a las Tortugas por sus ánimos aunque
las eché de menos y muy en especial a mi CHURRI con mayúsculas.
Gracias por tus ánimos y por aguantarme en estas locuras… ya
sabes, ahora toca Riaño Open, jajaja.
Aitor.
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