Hoy hablaremos de alimentos que podemos incluir en nuestro día a día para minimizar las temidas lesiones.
No hay duda de que para cualquier deportista, independientemente del nivel que tenga, y de la disciplina que practique, la palabra “lesión” sería la candidata número uno para ser eliminada del diccionario.
Hay ciertos hábitos como el entrenamiento, el calentamiento, el descanso correspondiente, una alimentación equilibrada, y una buena hidratación, que nos ayudan a mejorar el rendimiento y a tener una buena recuperación, pero… ¿sabías que hay alimentos que además de esto nos ayudan a prevenir las lesiones?
PRIMER PLATO
Verduras de la familia de las crucíferas (coles, brécol) acompañadas de ajo, cebolla, puerros, o ajetes. Nos aportaran entre otras cosas MSM, fuente de azufre natural que estimula la producción de glucosamina en la articulación.
Legumbres: al ser ricas en calcio y magnesio son esenciales para activar adecuadamente nuestros músculos a través del sistema nervioso y para facilitar la contracción i la relajación muscular. Además ayudan a evitar la aparición de calambres y la debilidad muscular y a mantener la capacitad de resistencia.
SEGUNDO PLATO
Pescado: al ser rico en ácidos grasos Omega-3, ayuda a acelerar la curación de los ligamentos que hayan sido dañados. Además aporta vitamina D, magnesio y fósforo. Entonces recuerda incorporar a tu dieta pescados ricos en estos ácidos grasos como el atún, salmón, caballa, las sardinas, y arenque.
Carne de ternera, conejo o cerdo, mejillones, berberechos y almejas: son alimentos ricos en proteínas, por lo que al contener todos los aminoácidos necesarios, ayudaran a construir los músculos y los tejidos blandos. Previenen y ayudan a reducir el tiempo de recuperación de las lesiones. Además de su contenido en proteínas destacan por la cantidad de hierro y zinc. El zinc es un mineral que promueve el crecimiento de los tejidos en general y ayuda a reparar las lesiones porque activa las enzimas necesarias para la síntesis de colágeno, y el hierro es fundamental para mantener unos niveles adecuados de glóbulos rojos.
¡SAZONEMOS CON ESPECIAS!
Siempre que podamos sazonemos nuestros platos aprovechando así las propiedades de algunas especias como es el caso del jengibre, indicado para reducir la inflamación, el clavo y la pimienta cayena con efecto analgésico sobrelas articulaciones, y el azafrán capaz de aliviar el dolor y actuar como anti inflamatorio natural.
Y DE POSTRE…
Piña y papaya tiene: ricas en bromelina y papaína respectivamente. Ayudan a disminuir la inflamación, porque digieren las proteínas de los tejidos dañados y estimulan la síntesis y reparación de nuevo tejido.
Kiwi, fresas, y frambuesas: por su alta dosis en vitamina C, es un potente antioxidante imprescindible para la producción y el mantenimiento del colágeno, estimula la cicatrización de las heridas, reduciendo el tiempo de recuperación después de una lesión.
Frutos secos, en especial las almendras, las avellanas, los pistachos, las nueces, ricos en magnesio y calcio.
Y todo esto…regado con agua ¡O incluso con una copita de vino!
Un músculo mal hidratado tiene más riesgo de lesión, contracturas y calambres mientras que un músculo bien hidratado es más flexible y resistente, por tanto menos susceptible a lesionarse. Un buen nivel de hidratación es una de las máximas para mantener las articulaciones sanas durante toda la vida. Una buena hidratación permite que todos los nutrientes que ingerimos se muevan correctamente para alimentar nuestros tejidos y den la capacidad al cartílago articular para soportar la presión y recuperarse después de las cargas.
A parte del agua, una copita de vino puede ayudar a estabilizar las fibras del colágeno, mejorar el sostén articular y tener efectos antiinflamatorios debido a que contiene unas substancias llamadas procianidinas con las propiedades anteriores.
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