La Batallona, probablemente una trail incomparable....
Llegué a Somiedo la tarde del sábado, casi “in extremis”, porque a pesar de tener inscripción y reserva de alojamiento desde hace mucho tiempo realizada, las circunstancias sobrevenidas de última hora me hicieron viajar sin mi “supporter” habitual, y eso ya me trastocaba un poco el plan de fin de semana lúdico-deportivo previsto, que a su vez había conseguido salvar retrasando unas horas un viaje inmediato que estaba en mi agenda.
Después de unos meses dedicado al asfalto y sin carreras que tuvieran un componente de emoción y belleza como lo ha tenido esta, tenía muchas ganas de llevarla a cabo por todas las buenas referencias que ya traía.
Una vez allí, la única “tortuga” que está alojada también el sábado es Víctor con su familia, al cual además no conocía y pronto, y con botellas de sidra de por medio, confraternizamos rápidamente y estuvimos juntos hasta la hora de retirada, en agradable compañía de su mujer e hijas (las cuales me corroboraron que no les gusta el running; arregla eso, Víctor, por favor).
La previsión meteorológica era la esperada, amanece cerrado, gris y como no, lloviendo, ¿mejor, no?, pues sí, porque estas carreras en estos parajes, al igual que ocurrió en Balboa, el factor lluvia le dan un componente épico importante, donde parece que el esfuerzo se refleja aún mejor, y la concentración es más exigente porque cada pisada es determinante.
Llegados al punto de salida en los autobuses que te suben hasta el alto de la Farrapona, el ambiente ya es total, quiero destacar esto, porque ha sido admirable no sólo la actitud de todos los voluntarios, sino de y entre todos los corredores, con muchísima comunicación y reinando una actitud alegre y positiva que yo personalmente jamás había visto. Esta claro que la afinidad y entendimiento entre Asturias y León son enormes y sobre todo el sentimiento de afecto y buena vecindad que quedó patente entre los dos equipos.
El perfil altimétrico de la prueba engaña y mucho cuando lo ves y te parece una suave bajada y nada más lejos, pues te encuentras con tramos, para mi nivel y creo que el de la mayoría , que resultan técnicos y que con las condiciones de lluvia habidas, quizás aún más.
En la parte alta tenemos muchos tramos con niebla que nos “tapan” la enorme belleza de un entorno, el cual yo no conocía, y he venido realmente impresionado con ganas de repetir sitio.
Al final en la línea de salida, estamos cuatro “torturgas” preparadas para la hazaña, ya que por diferentes imprevistos, ha habido bajas de última hora. Víctor, Diego, Edu y un servidor estamos con la camiseta de guerra de León para darlo todo y Carlos Reinoso en la retaguardia para darnos ánimos en los momentos críticos, porque al final no ha corrido.
Es un acierto limitar la participación al máximo en este tipo de carreras, primero por el impacto en el entorno y segundo porque es muy difícil encontrar momentos de tráfico, lo cual te permite correr con márgenes de seguridad necesarios sobre todo en los tramos críticos.
Por mi parte, realizo el recorrido dentro de lo previsto sin sobresaltos salvo algún corte por las rocas y ramas y las únicas molestias vienen de los dedos de los pies por tantos kilómetros de bajada, pero no te queda una sensación de agotamiento como cuando tienes desniveles positivos de miles de metros.
Cuando llegamos a Valle de Lago, admirablemente, a pesar del barro y la lluvia, la gente ha salido a animar, con ganas, con afecto y te sientes reconfortado a tope; pero eso sólo es el comienzo, porque llegando ya a Pola de Somiedo, desde dos kilómetros antes, todos los voluntarios y miembros de la organización, que son gente del pueblo probablemente, estaban animando uno por uno a cada corredor que pasábamos, incansablemente, implicados al máximo con el evento, poniendo de su parte y transmitiéndonos toda su ilusión de ver su entorno totalmente impregnado de ese espíritu deportivo que hemos traído cada uno de los corredores y sus familias o parejas.
La entrada ya al centro del pueblo hasta encarar la recta de meta, era total la aclamación por parte del público y voluntarios, entregados a la carrera y los corredores, organización perfecta, buenos detalles , buen hacer y sobre todo una gran lección de buen carácter, de gratitud y amabilidad manifiesta, que curiosamente nos han demostrado que se da al otro lado de la cordillera, tan cerquita de aquí. Buena lección, tomemos nota. ¡Puxa Asturias!, hasta el próximo año Somiedo....
Fdo. Juanjo
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