VALVANERA CAMINA 2019

En el mes de enero me operaron por una hernia intrabdominal , me dijeron que no podría hacer mucho esfuerzo físico durante al menos unos tres-cuatro meses, y después de esos meses tendría que ser moderado, por lo que empecé a dar paseos a principios de marzo y a trotar un poco a finales del mismo mes, así como a dar laaaaargos paseos tipo jubilado..


En abril ya me veía yo medio bien y es por lo que me ilusioné con VALVANERA CAMINA, 63 KILÓMETROS DE ENTUSIASMO, el año pasado y recién llegado a estas tierras riojanas ya me llamó la atención pero no pude hacerla.

Como mi entrenamiento había sido más que nada caminar pues ya el nombre de la prueba me venía bien y tenia excusa para anunciarle a la superioridad que me iba a inscribir en una prueba en la que solo se camina, aun no le había dicho cuántos kilómetros eran.

La prueba consiste en peregrinar desde Logroño hasta el Santuario de la Virgen de Valvanera, Patrona de La Rioja, recorriendo una distancia total de 63 kilómetros a través de diversos municipios de la Rioja, con salida a las 20:00 horas del día 4 de mayo, por lo que estaríamos toda la noche caminando.

Los más aguerridos y fuertes hacen los últimos 15 kilómetros corriendo, que después de 48 km
ya está bien.

Bueno pues con estas referencias y con mucha ilusión decidimos inscribirnos Mar y un servidor
a la prueba.

A Mar le encanta andar y me acompañaba en muchas de mis caminatas post operación pero sería la primera vez que se enfrentaba a un reto de estas características, con tantos kilómetros, tantas horas de noche y además con la cadera un poco tocada, por lo que todo podía pasar durante la prueba.

Bueno pues a las 19:30 nos encontramos en la línea de salida con muchísima gente, unos 500 según la organización, debíamos ir durante toda la caminata con un chaleco amarillo que daba la organización ya que la mayoría del recorrido es por carretera.

A las 20:00 salida tras unas palabras del Prior del Santuario de ánimo y aliento a los que allí nos encontrábamos. Sensación rara ya que nunca tras una cuenta atrás para el empezar una prueba, al llegar al cero nadie sale corriendo como pollo sin cabeza, todos andando.

Pues ahí que salimos las dos tortugas y, como no podía ser de otra manera, nos ponemos en la
parte delantera del pelotón a caminar a ritmo alegre.

Salimos de Logroño por el Camino de Santiago hacia el pueblo de Navarrete que está a unos 13 kilómetros y allí está el primer punto de control. Todos tenemos que llevar una cartilla donde van sellando por donde vamos pasando para al final del recorrido acreditar que has pasado por todos los puntos. En el avituallamiento un acuarius y a seguir.

A la salida de Navarrete ya se nos echa la noche encima y nos ponemos el frontal, el personal ya esta mas esparcido, ya no hay pelotones de gente y la hilera se estira cada vez mas.

Entre Navarrete y Nájera nos comemos dos sándwiches que llevaba de casa que nos supo a gloria bendita porque en los avituallamientos que habíamos pasado solo daban acuarius y agua.

Pasamos Nájera, donde nos sellan la cartilla y nos dirigimos a Tricio, donde unos chavales antes de llegar al pueblo nada más vernos nos dicen “33 y 34” supongo se referían a los kilómetros que llevábamos.

Entramos en Tricio sobre la media noche, el pueblo estaba en fiestas, nos recibió un grupo de chavales entre 8 y 13 años mas majos que las pesetas, nos dijeron que éramos los 33 y 34 que pasábamos por allí, así que a eso era a los que se referían los anteriores, kilómetros llevábamos unos 28.

Estuvieron con nosotros unos cuantos metros, preguntas, risas y nuestros correspondientes selfies con ellos que nos animaron un montón. Nos abandonaron porque decían que andábamos muy rápido jajajajaja, así que llegamos a la pista de frontón del pueblo donde sellamos de nuevo y nos llevamos unas peras para seguir con la marcha.

Salimos de Tricio para dirigirnos a Arenzana de Abajo donde nos comemos un yogur, sello y a
continuar hacia Baños del Rio Tobia.

Desde Arenzana de Abajo hasta Baños del Rio Tobia quizá sea la peor parte del recorrido porque hay una recta larguísima donde vez las luces del pueblo pero se hace interminable, aunque llevamos una alegría porque vimos el primer cartel “Santuario de Valvanera-33” ya teníamos hecho casi la mitad.

La noche estaba cerrada y empezábamos a sentir la bajada de temperatura, en Baños nos
dieron una caldo caliente que entró de maravilla.

Mar iba marcando el ritmo, no íbamos nada mal, iba con dolores desde hacía muchos
kilómetros pero forzaba lo justo para que no fuera a mas, una maquina.

E iban pasando las horas y los kilómetros, entre risas, silencios, frío, y unas pequeñas gotas de lluvia que de vez en cuando caían pero sin llegar a ser preocupantes.

Sorprendentemente llegamos muy enteros a Anguiano, último pueblo y último punto de
control.

Anguiano está a 15 kilómetros del Santuario, nuestra meta. Una vez allí ya sabía que lo íbamos a conseguir, desde la salida pensaba que si llegábamos a Anguiano lo teníamos hecho, como
así ocurrió.

Pero sorpresa!!!!!!, debido al ritmo descomunal que había marcado Mar, habíamos llegado a Anguiano a las 03:30 con el resultado de que, según los pronósticos de la organización el punto de control no abría hasta las 04:30. Encima en ese avituallamiento creo que daban chocolate caliente, cagon to con el frío que llevábamos.

Entre que hablamos con los demás participantes que estaban en nuestra misma situación y personal de Cruz Roja que estaban allí, decidimos no esperar una hora porque después sé que no íbamos arrancar ni por asomo, los músculos hubieran hecho off y no hubiera habido manera de subir lo que nos quedaba.

Aun así salimos del pueblo a las 04:00 y justo a la salida había una furgoneta de la organización, ni corto ni perezoso le dije que me sellaran, que no podía ser que no abrieran hasta las 04:30, y gracias a Dios me selló y pudimos continuar con nuestra cartilla rellena, pero sin chocolate caliente y las piernas ya muy mal por la media hora parados.

Por lo visto entre nosotros y el ultimo había unos 10 kilómetros de distancia, que este año los primeros habíamos subido muy rápido, bien por un lado ya que da alegría ser de los primeros pero jodido por otro ya que te corta todo, encima nos dijeron que nos tomáramos con calma la subida a Valvanera ya que hasta las 06:30 no habrían allí la meta.

Es verdad que si hubiera salido este último avituallamiento correcto, teníamos fuerzas para ir al trote cochinero durante bastante tiempo, pero con el parón ya nos fue imposible correr.

Después de Anguiano, restaban 15 kilómetros, 10 de subes y bajas muy llevaderos, y los últimos cinco de cuesta hasta llegar el Santuario.

Ese parón nos jodió pero bien y fuimos a un ritmo bastante más tranquilo de lo que habíamos hecho durante el resto de la prueba, ya pesaban los kilómetros, el frio, el sueño y las piernas que tardaron en arrancar de nuevo bastante tiempo.

Cartel de desvío a Santuario de Valvanera, 5 kilómetros de subida y fin. Empezamos a subir tranquilos nos pasan 5 personas, en esta ultima cuesta hay una Cruz que indica que llevamos la mitad y desde donde, por primera vez se divisa el Santuario. Ya esta amaneciendo y a Mar le entra el ansia de llegar o no sé qué cojones le entra y empieza a subir como alma que lleva al diablo, madre mía que final me dió, yo callado porque si hablaba me quedaba, pero la tiparraca esta no paraba, adelantamos a los que nos habían adelantado y a otros tantos mas, que parecían walking dead, últimos 200 metros súper empinados y la chica que no afloja y por fin arriba.

Llegamos a las 06:30 de la mañana, diploma acreditativo, un vaso de vino, otro de caldo y un bocata de chorizo.

Por supuesto foto con la Virgen de Valvanera y misa a las 07:00, el Santuario espectacular y una vez ya amanecido se puede ver que la zona donde está ubicado es igualmente extraordinaria.

En cuanto al recorrido tendremos que repetirlo de día porque durante la noche no vimos
nadita.

Como colofón a mi crónica he de decir que Mar me ha sorprendido una vez más, ha completado una prueba larga, exigente y dura y encima muy bien llevada, muy orgulloso de ella y de cómo me ha llevado durante todo el recorrido, mención especial a esos últimos kilómetros que me he sacado las bielas.

Fdo. Triki.