Es un auténtico lujo tener este carrerón a escasa media hora de la ciudad de León. Tres
ediciones ya de la Gordón Trail y por lo bien que lo están haciendo, y viendo la participación y
la respuesta de la afición, creo que no me equivoco si digo que esta carrera se ha convertido ya
en un fijo para muchos de los que nos gusta correr por el monte, y lo va a seguir siendo
durante muchos años.
La organización ha vuelto a ser casi perfecta: voluntarios en muchos puntos de carrera
ayudando en las zonas más complicadas, muy bien señalizada, muchos avituallamientos. Es de
las carreras que se aprecia que hay mucho trabajo detrás para que el corredor la disfrute,
donde se nota que la gente de estos pueblos está apoyando al máximo para que “su carrera”,
la de sus valles y sus montañas, salga a la perfección. ¡Y doy fe que lo han conseguido!
Este año, por diferentes circunstancias, sólo hemos podido venir dos tortus a la carrera de 24
km, Javi y Alfredo, participando nuestra compañera Laura en la carrera 10K de la tarde (parece
ser que la Biosfera le supo a poco...).
Después de las dos ediciones anteriores con lluvia, frío, nieve, granizo…este año sí, la
climatología nos es favorable y podemos disfrutar de un sábado perfecto de sol y temperatura
muy agradable. Y tras los preparativos de rigor, a las diez en punto, Depa da salida al pelotón
desde Ciñera, lanzando palabras de ánimo y subiendo pulsaciones al personal. También tiene
un detalle hacia Tortugas Trail León, comentando que todos días desayuna con la taza que
nuestro club le regaló.
Salimos del pueblo rápidamente y afrontamos una pequeña rampa que da acceso a un sedero
corrible para llegar en pocos minutos a la primera subida fuerte hacia la cruz de Ciñera y
continuar un cresteo divertido entre rocas teniendo que echar las manos en algún paso. Es la
primera carrera que uso el cinturón de Hoko, y he de decir que me ha funcionado muy bien y
ha sido muy útil poder guardar los palos atrás y tener las manos libres en estas zonas.
Tras la primera de las bajadas complicaditas hasta el valle, avanzamos corriendo por un camino
hasta el primer avituallamiento próximo a Villar del Puerto y en seguida afrontamos la segunda
de las subidas fuertes hasta la cota 1.400. En estas primeras rampas no se acumula demasiado
desnivel (en torno a los 250 m positivos en cada una), pero se hacen duras porque tienen
“mucha chicha”, vamos que tienen unos porcentajes importantes donde los bastones son unos
muy buenos compañeros. En esta primera parte de la carrera, el recorrido avanza en las
inmediaciones de la mina a cielo abierto cuyas vistas desde las partes altas me siguen
impresionando cada vez que las contemplo.
El recorrido es complicado en muchas partes de la carrera y eso para mí es sinónimo de
diversión. Las pendientes de subida exige ir ajustando el esfuerzo para mantener un buen
ritmo sin llegar a pinchar, y las bajadas, muchas de ellas muy técnicas, requieren concentración
y ajustar bien la velocidad para no perder el control.
En el ecuador de la carrera afrontamos la subida al Cueto San Mateo, salvando un desnivel de
algo más de 500 metros desde el avituallamiento del kilómetro 10. Disfrute rápido de las vistas
desde la cima (este año al fin el tiempo nos lo permitió) para pasar a continuación a una bajada
de las que gustan a los rebecos de la carrera.
Tras la bajada que nos lleva hasta el valle por donde corremos para aproximarnos hasta el
cuarto avituallamiento tras cruzar el Bernesga próximo a Santa Lucía. Desde aquí, afrontamos
la última subida hasta el kilómetro 20 aproximadamente, por caminos y senderos de
inclinación más moderada que las anteriores, lo que me permite mantener un buen ritmo de
caminata.
Tras coronar, última bajada técnica seguida de una pista que permite correr a buena velocidad
hasta La Vid. Se cruza el pueblo y tras un pequeño tramo de carretera, se accede al sendero
que nos enfila ya hacia la meta de Ciñera. Y antes de llegar, ¡grata sorpresa final!: las tortugas
Ana y Santi, animando en las calles del pueblo (¡gracias chicos!).
Llego a meta en solitario tras cuatro horas y media, muy contento por muchas razones: el
recorrido es una maravilla, la señalización, los avituallamientos y sus voluntarios otra, y
también contento por haber podido terminar sin las molestias en las rodillas que me han dado
guerra las últimas semanas.
Eso sí, una pena que Javi no pudo pasar el corte del kilómetro 15 por muy poco, pero como él
dice, eso es motivación extra para el año próximo!
¡Vamos tortugas!
Alfredo
Club de running, trail running, duatlón, triatlón, ciclismo, natación en aguas abiertas y todo lo relacionado con el deporte, desde la amistad y el buen rollo, porque aunque llegues el último en una prueba, siempre tendrás por detrás a los que no se atrevieron a correrla.
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