Me recupere bastante bien de la bioesfera, así que me apetecía volver a pisar monte ya que desde entonces poco más o menos que me he dedicado a algún trote dominguero de poca importancia. Pero qué necesario es ese descanso, ya no sólo físico si no mental, correr si te da la gana y si no para el sofá (que en mi caso tampoco es que lo pise mucho con las dos fierecillas que tengo en casa), que ya volverán antes o después las ganas de entrenar.
Y así fue, me planté en Ciñera a eso de las 15:30 de la tarde, más sola que la una ya que ninguna tortuga me acompañaba en esta carrera. Javi y Alfredo se habían tirado a la distancia grande que se disputaba por la mañana, así que nada, con más pocas ganas pero con mucha voluntad me apunté. No me seduce mucho ir a estos saraos sola, pero me lo tomé como un entrenamiento de calidad. Yo sola no me voy a meter a correr por la montaña así que esta ocasión era buena para hacerlo con seguridad. Pero una tortuga nunca está sola. Nunca correrás sola! Cuando acabo de recoger el dorsal y me voy camino del coche, en la plaza me encuentro a Ana y a Sani tomando café! Que no tenían nada que hacer y se vinieron a Ciñera a pasar el día y animar a los que corríamos. Desde por la mañana hasta por la tarde, joer que alegría! Ahora si que la carrera me la planteaba de otra manera. Tener ahí a tu gente es un plus que no se puede explicar. Y también estuvieron ahí esperando después de las 6h y 30 minutos que tardamos en completar la bioesfera, solo puedo decir una cosa… Gracias gracias y mil gracias!
Nos vamos a la salida, poco más de 70 personas un sol de justicia y la peña sin chalecos de hidratación ni nada, yo flipo! Algunos “locos” que se habían quedado con ganas de más kilómetros de la carrera de por la mañana, estaban en la salida para hacer eso de “soltar pierna” en serio, creo que hay gente que no es de este planeta…en fin, yo a lo mío. Pistoletazo de salida y comenzamos! La gente sale alegre, en la misma dirección que la biosesfera, pero cuando llevas mas o menos el primer kilómetro te desvía a la derecha y ya vas sendereando a las faldas del Sardonal. Recorrido muy bonito pero que pica para arriba. Consigo ir corriendo todo el rato y voy adelantando a unos cuantos. Cruzo un reguero y meto la pierna entera hasta la rodilla en un lodazal aaagggg! Casi queda la zapatilla allí abajo pero bueno, me sacudo como puedo y sigo hacia delante disfrutando del entorno. Hace mucho calor y bebo cada poco. Se nota que he comido ligero y el cuerpo pronto me empieza a lanzar señales de flojera, y como está carrera en principio era corta, pues tampoco llevo mi cargamento habitual de “magia”, no pasa nada , en breve aparece el avituallamiento y me como un plátano que me pone otra vez a tono. A continuación aparece una pared importante, no me da miedo, he de decir que se me da mejor subir que bajar! Pasito a pasito todo se hace y si te cansas, pues paras y respiras. Echas un vistazo alrededor y disfrutas del entorno, aunque con las bullas que siempre lleva la gente para llegar un minuto antes que el contrario creo que se pierde parte del encanto de este deporte. Atravesamos un pared de caliza muy chula pero difícil. Había cuerdas ancladas a la pared así que eso me dio la idea de ir con tranquilidad, ya que una mala pisada tenia una caída complicada. Cuando de repente te encuentras las bajadas y piensas “ venga, aquí ya me dejo caer y recupero” pues no! Las bajadas de estas carreras son una putada! En mi opinión, mucho más difíciles que las subidas, yo no veía por ningún lado la posibilidad de correr con seguridad y la gente se tiraba para abajo sin conocimiento ninguno! A todos los que pasé subiendo, me merendaron bajando y me sacaron un cacho que ya no les volví a pillar jajaja! En fin es lo que hay, yo aprecio muchos mis tobillos y no tengo prisa por llegar, pero si que me gustaría que algún día me enseñaran como lo hacen.
A partir del kilómetro 6, el recorrido coincide con el principio de la prueba corta de la bioesfera pero a la inversa. Coronas el Alto de la Campa, y bajas a través del mítico Faedo con su bruja Haeda animándote con su escoba.
Última bajada complicada (muy muy complicada!) y encarrilamos línea recta hacia la meta. Sendero ancho y cómodo, de los que a mi me gusta y de los realmente corribles para una dominguera como yo jajaja!
Llegada a meta con una sonrisa de oreja a oreja con mis tortugas animadores en la meta!
Importantísimo momento de rehidratación cervecero que da la vida y recupera el cerebro.
GO Tortugas GO!
Laura.
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