La carrera consistía en tres etapas:
1er día: 13 km y un desnivel de 350 positivos
2º día: 25 km y un desnivel de 1200 positivos
3er día: 42 km y un desnivel de 1900 positivos
Mi tiempo fue de 1:15 y súper contento pero creo que di más de lo que debiera haber dado ya que las patitas lo notaban, así que directo al masaje diario y a por las cervecitas de rigor para recuperar. Al tercer tiempo se añadió Mar que venía de currar. Charlamos hasta que arrancamos para poder dormir lo más cerca de la salida del día siguiente en Nalda. Gracias Jaime y Mar por vuestro tiempo con nosotros, siempre es un placer y animo en Valvanera. Y ahí ya nos apuntamos una siguiente posible ruta…. Todo se andará… jajajaja. Llegamos ya de noche y tarde a Nalda y encima se nos olvidó parte de nuestro avituallamiento para estos días en el frigorífico, jajajaja, vaya cabeza. Todo queda solucionado en el bar de al lado con una buena y rica cena (entre otras cosas unas alcachofas de la tierra fritas que estaban de muerte) y a dormir a la furgo. Eso sí, antes de dormir hacemos la broma: ¡Ya tengo ganada la boquilla de mi bota de vino finisher! Ahora sí…Zzzzzzzzzzzzzzzzz
Nos despertamos con mucho ruido y jaleo, resulta que tuvimos tanta suerte por la noche al aparcar que lo hicimos a escasos 20 metros de la plaza de donde se tomaría la salida de la segunda etapa de 25 kilómetros y como contaban los corredores, “ la más dura de las tres”.
Ya con la ropa tortuguil y el dorsal nos damos una vuelta para ver el ambiente y se ven caras conocidas del día anterior, jajajaja y entre ellas a Luis Alberto que se hace fotos con todo el que se lo pide y claro yo no podía ser menos. Mónica sale fuera del pueblo para grabar la salida fulgurante y yo en el redil de los corredores, jajaja. 25 kilómetros me quedan y las piernas con cosquillas. Salimos y bajada buenísima pero toca ir suave ya que en breve toca subida hasta la Peña Bejanza y vaya subida, uffff, bajadas muy divertidas y largas para volver a coger otra vez una buena subidita y todo esto con un sol de justicia. Ya los gemelos se van quejando y en el kilómetros 8 ya tengo los primeros calambres que no presagian nada bueno. Toca tirar de cabeza y eso que tengo muy poca, jeje, y con mi mente puesta en el tramo final que es el temido cortafuegos. Ya en el kilometro 17 todo se va haciendo cuesta arriba y eso que empieza la bajada. Mónica va a mi encuentro hacia el cortafuegos y yo con las piernas muy justitas me da un poco de respeto. Me pasan bastantes corredores antes de la bajada pero me gusta lo que veo así que toca disfrutarrrrr a tumba abierta que voy hasta que me pegan otro aviso los gemelos, me toca parar y pasa Vanesa, una tía majísima que me da ánimos y dice que estire un poco. Se escapa como la espuma por el río, la hago caso, paro y estiro con bastantes dolores pero pienso que queda poco me vengo arriba y a correrrrr, si es que ya digo yo que de cabeza tengo poca, jajajaja. La cosa me va muy bien y ya oigo a Mónica con sus gritos, bueno yo y todos los demás corredores, jajajaja, que grande es la tía. Creo que he recuperado algo y en el largo cortafuegos voy pasando a muchísima gente que va con muchísimo cuidado y entre ellos a Vanesa y Jorge, otro tío con el que pasaría bastantes kilómetros en la última etapa. Vamos que bajo como un tiro y ni pienso en las piernas hasta que llego abajo y toca llanear hasta la línea de meta, no sin antes un buen beso de mi churri. Bajada alucinante que me acabo de cascar y pena de en el primer tramo quedarme sin piernas, pero es duro, empinado y largo cortafuegos que recordaremos durante mucho tiempo.
Voy directo a apuntarme para coger mi turno de masaje, eso sí, antes toca una buena duchita con agua fresquita, pero tan fresquita que hasta me dolía la cabeza, uffffff. Subo para ver mi turno de masaje y ya se me ha pasado, normal, paramos para tomarnos una buena cervecita por el camino, jajajaja, me vuelvo a apuntar y como queda gente todavía delante de mí, decidimos comer pasta, bollo preñau, vinito, etc. que nos da la organización. ¡Qué ricoooo! Ya con la barriga llena vuelvo al masaje y como podréis imaginar, se me volvió a pasar el turno, jajajaja. Vuelvo a apuntarme y esta vez ya me quedo hasta que me toca el turno, hay que recuperar para el día final de mi reto que será duro y largo, sobre todo pensando en cómo voy teniendo las piernas...
Un saludo muy especial antes de terminar a todo mi equipo que me han dado tanto ánimo en estos tres días y que tanto necesitaba. GRACIAS!!.
Cafecito y un bollito de chocolate, no me entra más, todo el parking lleno y ya con la ropa de guerra ponemos rumbo al monasterio para tomar la salida. Para no variar siempre sale algo mal y en este caso cuando estoy llenando los botes de agua, uno pierde por un agujerito pequeño, pero nada que un coletero de Mónica no lo pueda solucionar, jajaja. Que ambientazo, ufffff. Quedamos los mejores, jajajaja, eso me digo yo, porque además hoy, sólo somos corredores que hemos hecho las tres etapas anteriores. Mónica coge sitio para grabar y animar y yo solo desde el cajón, vuelo en mi mente, ¿dónde? Ya en meta y feliz, pero antes tenía que darlo todo.
Salida emotiva y nerviosa ya que me quedan por delante 40 kilómetros con desnivel duro y no estoy bien de forma, creo que eso me pasará factura, como así fue. Kilómetro 6 y toca pararme en las primeras rampas para vomitar y soltar lo poco que había desayunado. Malas sensaciones, sin piernas y desmoralizado, llamo a Mónica y se lo cuento ya que quedamos en ir informándonos de cómo estábamos ya que ella hoy también vendría a mi encuentro. Me da ánimos. Llego al primer alto y avituallamiento, solo cojo la bebida azul, jajajaja, no me entra nada en el cuerpo. Bajada muy larga por pista que hace que algo recupere de malestar, voy viendo ya a corredores de otros días y todo es camaradería de la buena. Ya toca subir hasta el kilómetro 22. Me junto a dos madrileños y un vasco con los que voy haciendo la goma, entre fotos, paradas y demás se me escapan casi casi al llegar a las pistas de esquí. Levanto la vista y… Guauuuuu que vistas y que paisaje, es alucinante y eso hace que recupere mi estado de ánimo que no era muy bueno ya que me dolían los cuádriceps, la espalda, los gemelos, el estómago… y no presagiaba nada bueno. Hago foto para el grupo de Tortugas y hablo con Mónica, me dice que se me nota la voz distinta, más animado, oleeeeee. Toca 22 kilómetros de bajada entre pistas, senderos y para finalizar con otra trampa: joeeee con los cortafuegos de marras, jeje. Voy más despacio que deprisa viendo el paisaje a la vez que me emociono a oír los mensajes de mi churri y más sabiendo que lo voy a conseguir, uffff. Me coge Vanesa y voy con ella varios kilómetros de charla a la vez que comentamos nuestras vivencias en más carreras. Último avituallamiento y a por el cortafuegos. Me dice Vanesa que va a dar lo que la queda y se va mas rápido, yo sin piernas soy incapaz de seguirla y me queda tela que cortar. Empiezo la bajada y parece buena pero gira y de repente un camino de piedras grandes sueltas que no te dejan pensar donde poner un pie y luego el otro sin meterte un galletazo, jajajaja, así que ese tramo decido bajarlo andando y que bien hice, adelanto a dos hermanos que van un poco peor que yo y veo una figurita a la lejos de verde y dando voces, jajajajaja, es mi churriiiii, madre mía que sensación de alegría, ya tengo el reto en mis manos, pero queda todavía y voy sin nada de nada, vamos, voy fulminado!!
Vamos tortugaaaaa una y otra vez me chilla Mónica, se me hace eterno llegar hasta donde esta ella, me duele todo pero ya no puedo echarme atrás. No puedo ni hablar cuando llego a su encuentro pero estoy muy feliz. Los últimos kilómetros eran preciosos por unas sendas a la sombra y sobre todo de bajada, jeje. Mónica viene corriendo conmigo. Cruzamos el rio (qué fresquita está el agua pero que me viene de maravilla para mis pies recalentados jajaja). Entramos ya por las calles del pueblo. Se adelanta Moni para hacerme fotos y me paro a escondidas de ella para que no me vea y me eche la bronca, jajajaja, voy reventado. Coloco la bandera en el bastón y hago los últimos metros por las calles del pueblo como si fuera el primero, dios mío que emoción. Al entrar en meta un niño me pone mi premio finisher en el cuello, ahora ya sí, tengo mi gran bota de vino al completo, tengo MI RECOMPENSA!!
Toca emocionarme solo de pensar en lo que he hecho mientras recibo mi último masaje.
Nos manda un gran saludo el campeón de la Rioja Ultra Trail, Luis Alberto Hernando a las
Tortugas Trail León que me levanta el ánimo. GRACIAS!!
¿Volveré? …………………….. Seguro que sí. Y si no este, otros retos caerán. Esto es pura vida.
Gracias a todo mi equipo y amig@s por todo vuestro apoyo.
GRACIAS MÓNICA. TE DEDICO ESTA CARRERA.
Aitor y Mónica
RETO SUPERADO!!
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