Llegamos a la Plaza Mayor, mi amiga Isabel y Jose a muy buena hora ¡Un café y a calentar venga! Que pueblo tan chulo me sorprendió para bien...
Nos hemos liado con el calentamiento y ya oímos la salida en un minuto, me noto perezosa, el cambio de hora,y un poco de molestia en la parte más inferior de la espalda.
Espartanos! Auh,auh...vamos a la guerra. En los primeros kilómetros así lo parecía por el polvorín que íbamos levantando; campos de cereal, viñas, graveras, Cañada Real, este sería nuestro itinerario junto con 5 puntos de avituallamiento.
Estoy en el kilómetro 6 algo no va bien, mi ritmo saleroso se va tornando en pesado y un poco doloroso, la pisada no es tan eficaz y el spoas derecho canta por burlerías...
Lo dejo, aún me queda bastante y este ritmo no lo puedo mantener, empecé a adaptarme a las circunstancias y el ánimo fue subiendo, los kilómetros bien señalizados pasaban y la molestia se podía soportar. Llegada a la meta, una niña que me recordó a la mía me entregó una medalla y la organización una pedazo de bolsa del corredor impresionante. Mi amiga ya había llegado así que a cambiar la ropa y a tomarnos la recompensa; caña y pincho de tortilla.
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Belén
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