UA-51285685-1 Equipo leonés de Trail Running : TORTUGAS TRAIL LEÓN: CORRIENDO ENTRE VIÑAS: CORCOS DEL VALLE

miércoles, 18 de octubre de 2017

CORRIENDO ENTRE VIÑAS: CORCOS DEL VALLE

Estamos en el puente de la Hispanidad. En condiciones normales nos habríamos ido los cuatro días a conquistar algún lugar de nuestra fantástica geografía, pero Aitor viene arrastrando una bronquitis, está con antibiótico y un poco desganado, así que decidimos quedarnos en casa y recuperar energías.


Estamos tirados en el sofá cuando de repente nos damos cuenta que por estas fechas se celebra la serie “Corriendo entre viñas”, cinco pruebas que tienen lugar en distintos pueblos de Valladolid y que cuyo denominador común es el vino y que correr entre sus viñedos. Total que vemos que el domingo es la prueba en Corcos del Valle. Las inscripciones se han cerrado… cachis la mar… no nos damos por vencidos y hablamos con la organización. Finalmente han decidido ampliar el plazo de inscripción, así que genial. Hay dos modalidades, 5 y 10 km. Nosotros pensando en la que se avecina (Ibiza, Lanzarote, Almería…), los dos nos vamos a la larga.


La predicción del tiempo es de agua y nubes. Nos levantamos el domingo, desayunamos, y nos vamos a Corcos. La temperatura es agradable, y alguna media gota cae, pero ya…. Hay un gran ambiente y mucha gente por el pueblo. Cuando llegamos ya está todo preparado, y eso que aún falta un buen rato para empezar. Nos preparamos y nos disponemos a calentar un poquillo (no demasiado no siendo que nos cansemos…), y vamos hasta la línea de salida.




Los primeros metros hasta conseguir salir del pueblo se convierten en un pequeño tapón, pues las calles son estrechas y te ves bloqueado por los corredores de adelante. A medida que vamos avanzando en la carrera el grupo se estira y cada cual va cogiendo su posición.


El ritmo impuesto, desde mi punto de vista es muy alto, bueno, supongo que lo normal en este tipo de carreras. Hago lo que puedo por no quedarme demasiado atrás. Voy mirando el reloj, y en varias ocasiones veo que vamos a cinco y poco. Sé que para la mayoría de atletas es muy asumible, incluso se trata de un paseo, pero yo voy echando casi casi lo higadillos. Llegamos al desvío de los 5 km. Dios cuantas veces en estos pocos kilómetros me he preguntado por qué no me habré apuntado a la corta, pero enseguida yo misma me digo Lanzarote – 23km, así que a seguir corriendo.


Voy asfixiada. Muerta de calor. Vaya narices con la predicción de tiempo. Un sol de justicia que nos hace a todos sudar la gota gorda al cuadrado. Me voy acordando de mi mochila de trail (creo que siento mochilo-dependencia), quiero agua y no tengo. Sigo aguantando, sigo mirando el reloj y sigo a un ritmo muy por encima de lo que yo acostumbro. Levanto la cabeza, veo rectas interminables llena de corredores. Y me digo: “¿y hasta allí tengo que llegar?” Los kilómetros parecen no avanzar y así me presento en el km 5. Aguaaaaaaaaaaaa ¡Un avituallamiento! ¡Menos mal! Si no, creo que habría muerto en el intento….

A partir de aquí y hasta el final, el recorrido tira hacia arriba (al final salen 140m positivos). Sigue el sol de justicia, y los km van haciendo mella. Más o menos voy todo el recorrido con una pareja y en estos momentos me van animando porque estoy un poco de capa caída…. Por fin y aunque todavía está a tomar por saco, distingo el pueblo. Miro el reloj, llevamos unos 10kms. Entro por las calles del pueblo y allí está Aitor, chillando como un loco “Vamos Tortuga”. Me alegro de verle, aunque no soy capaz de articular palabra. Ya sé que la meta está ahí. Toma, toma. Una vez la cruzo, me dan mi botellita de vino, una braga y como un litro y medio de agua o más jajajaja.



Allí está Aitor de nuevo, para darme ánimo y cuidarme. Reviso el reloj, al final 11,7 km a 5’37’’. Para muchos será una patatuela, pero yo tan orgullosa de ese resultado, y más sabiendo que voy realmente justa de entreno… Según vamos al coche para cambiarnos, nos dan un pincho de panceta y un vinito del pueblo. Todo rico, rico. Por supuesto que repetimos porque ahora ese piscolabis, sabía a gloria.


Ya más relajados toca tomar el vermú y ver la carrera de los más pequeños.

Tarde de relax en el sofá… Eso sí, a pesar de ver a gente conocida, echamos mucho de menos a nuestras tortugas y estamos deseando que llegue la siguiente en la que podamos coincidir con ellos.

¡¡GO TORTUGAS GO!!

Mónica


No hay comentarios :

Publicar un comentario