EL GRAN DILEMA PARA ALGUNOS
Muchos de nosotros en breve estaremos de vacaciones y el gran dilema de todos los corredores es este: ¿Sigo corriendo en vacaciones?
Si eres de los que tiene como objetivo un maratón en otoño en agosto te tocará darte buenas ‘zurras’, supongo que a primera hora de la mañana para evitar el calor y para no interferir con las obligaciones familiares y sociales que todos tenemos en vacaciones. Dejarlo para última hora con la caída del sol no es recomendable ya que habrás acumulado cansancio y suele ser la hora en la que cumplir con los arriba citados. Pero si no tienes una competición a corto plazo y, más aún, si no sueles competir, en agosto puedes seguir en forma haciendo muchas más cosas que correr.
En el resto de meses el poco tiempo libre lo dedicas a correr y no encuentras hueco para otras actividades deportivas. O aún teniéndolo las evitas porque ves riesgo de lesión o no encuentras gente para practicarlas. En cambio en vacaciones se abre un abanico de posibilidades que te mantendrán activo, te servirán para pasártelo bien y para no tener cargo de conciencia si cometes excesos con la comida o la bebida, ya que los quemarás.
Es el momento de salir a correr sin pensar en el crono, ritmo ni pulsaciones. Adentrarte por caminos de campo o montaña de los que no conoces el final (ahora con los teléfonos multifunción es difícil perderse, pero anda que no me he metido yo en emboscadas cuando sólo se llevaba el reloj, salías conque a una horita y acababas haciendo tres al haberte despistado por no decir perdido) o llegar hasta el final de una playa, cruzar a la siguiente y también acabártela. Y si es con el agua por las rodillas mejor, que así estarás fortaleciendo las ‘patas’. O de echarte ‘piques’ con hijos, sobrinos o amigos jóvenes en distancias cortas, lo que te obligará a emplearte a fondo y despertará una chispa apagada por tantos rodajes. O de esos deportes de raqueta o balón con cuñados o vecinos. En los que si no eres muy hábil te hincharás a correr pero serás derrotado por gente más mayor o gorda que domina la técnica.
O coger la bici, algo que te dará fondo y fuerza además de diversión y posibilidad de llegar mucho más lejos que corriendo. Si eres muy ‘picón’ –es decir de los míos- necesitarás una de calidad para poder ir con gente de cierto nivel; pero si lo que buscas es diversión y hacer ejercicio vale casi cualquiera que cambie y frene bien, que no se te vaya a desmontar por el camino. Y por supuesto, estando en verano, lo suyo es nadar. Si ya lo haces durante el año –algo muy recomendable aunque no te entrenes para triatlón– en vacaciones puedes dedicarle más tiempo. Dado que el corredor medio no suele tener buena técnica es el momento de cogerla, ya que es un deporte en el que por mucha fuerza o fondo que tengas no te cundirá si no la aplicas bien. Evidentemente tomando precauciones si nadas en aguas abiertas, ya sea mar, lagos o ríos: cuidado con alejarse de la orilla, las corrientes, las olas, las barcas, las medusas o las rocas.
En fin, que algo seguro que haces, porque se supone que el deporte para ti no es una obligación como el fichar en el trabajo y por eso entiendo que no estás deseando que llegue agosto para holgazanear. Corre con menos rigor, sin plan, sin sufrir para mejorar: pero corre, salta, nada, pedalea, escala, surfea, chuta o da raquetazos. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán cuando haya que volver a la rutina.
Fuente: www.runners.es
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