Marruecos, un lugar diferente

Tras pasar varias semanas en Melilla, parecía que mi ilusión de salir por Marruecos en bicicleta, se complicaba. Tras contactar con el grupo BTT 3 Forcas, me incluyeron en su grupo de whatsapp, para informarme sobre las salidas y quedadas, parecía que era imposible el concertar una quedada por el país vecino, las incompatibilidades de horarios, una mala caída por mi parte, vamos que lo daba por perdido. En el último momento, un mensaje de un componente del Forcas, me da un rayo de esperanza, al ponerme en contacto con Ricardo (blog rutas por el Rif cercano), el cual tiene planeada una ruta con dos amigos para el sábado. Nos ponemos en contacto y me explica donde quedamos y la hora (me dice que este a las 07:45 en la frontera, vamos madrugón).

 

Me levanto y me dirijo a la frontera de Beni Enzar, pues es la única donde se puede sellar el pasaporte no siendo residente Melillense, he de reconocer que los nervios hacen presencia en mi cuerpo y al llegar a la frontera la patata se acelera, sigo las explicaciones, paso sin saludar a nadie como si estuviera acostumbrado al trámite y me dirijo a la ultima caseta donde sellan pasaportes, al llegar me dicen que cubra un papel, y mi sorpresa es que el funcionario no está dispuesto a dejarme un bolígrafo para cubrirlo y menos a ayudarme, pues está en varios idiomas pero ninguno el nuestro, aparecen varias personas que mediante una pequeña gratificación te dejan un boli y te ayudan a cubrir el dichoso papel, a lo que me niego rotundamente, suerte que cerca de mi hay una pareja española que me deja el bolígrafo y me ayudan. He de reconocer que el trato de los funcionarios en España es buenísimo, y el de la policía correctísimo, aquí la policía te trata como si no existieras, y cuando se dirigen a ti los modos..., bueno dejémoslo ahí.
Consigo pasar y me toca esperar sobre 15 minutos, la verdad es que es digno de ver, contrabando, sobornos, mafias, todo a simple vista, vamos otro mundo.

 

Tras la espera veo aparecer a mis tres compañeros de viaje, salimos  para arriba, pero para arriba de verdad, 20km de subida y 1.000 de desnivel, la verdad que los primeros kilómetros se me atragantaron, me costó mantener el ritmo,  a medida que el tiempo pasaba me encontraba mucho mejor, las vistas increíbles, y la compañía, ayudan a superar la subida, Ricardo, que es un gran conocedor de la historia local y Juan, me van contando las diferentes batallas que sucedieron en los alrededores del Gurugu, me enseñan los diferentes castillos y como no todo esto mientras seguimos subiendo. La subida es tranquila vemos algún negro que mira Melilla como el que estudia una estrategia para llegar, también vemos policía y militares marroquíes, todo ello acompañados por un día espectacular de sol y temperatura muy agradable.

Durante la bajada nos suceden varias anécdotas, la primera es ver bastantes negros a pie de carretera pidiéndonos comida, me explican que algunos vecinos les traen comida y la dejan en el borde de la carretera para que estos coman, también vemos a lo lejos los campamentos donde viven, donde están organizados por etnias, y tienen montado una especie de comedor e incluso peluquería. En la bajada nos encontramos con unos monos, a los que me indican como acercarme, para sacar una foto, se que a mis hijos les encantará. Cuando acabamos la bajada deciden para a tomar un té, pero acabamos desayunando pues yo estaba sin comer nada, que la hora que habíamos quedado estaba todo cerrado, y solo decir, pedazo desayuno que nos metimos y todo por menos de 2€ por cabeza, tras una risas e historias varias, volvemos a la frontera, de nuevo trámites burocráticos y por fin a Melilla de nuevo, el grupo se separa y yo vuelvo a mi habitación más contento que unas maracas, una nueva experiencia vital que me apunto. Solo decir gracias compis, ruta guapísima y mañana súper enriquecedora. Hasta la próxima.

 

Fdo. Hila