Crónica y fotos de mi primer Ironman
¡¡¡ Lo conseguí, lo conseguí y lo conseguí !!!
Ufff... Seguramente ayer viví uno de los días mas duros de mi vida, para acabar con uno de los mayores momentos de felicidad en mis 32 años…
Todo empezaba temprano. A las 4:30 mis nervios y mis
intestinos me levantaban de la cama para ya no volver. A las 05:00, cuando sonó el
despertador, nos vestimos y poníamos rumbo desde Ferrol hasta As Pontes, donde
se realizaría la prueba.
Al llegar, frío, aire y mezclas de sensaciones… Paso a
cambiarme. Al final, al ser la natación en agua dulce, me decido por el mono,
ya que el experimento de Lisboa, no me gustó en exceso. Más vale no
correr riesgos con según qué cosas...También decido no utilizar los compresores,
porque me da lo mismo que la transición sea lenta y prefiero nadar sin generar
tensiones innecesarias.
Todo transcurre rápido, cuando me doy cuenta ya son las
6:45h. Efectúan la cámara de llamadas y nos conducen a la playa para la salida
en un cajón de unos 30 m de ancho.
Con la salida, los más pros deciden entrar al agua al más puro estilo de los vigilantes de la playa, la inmensa mayoría, despacito y buena letra, poco a poco, zambullida y camino a la primera boya. El circuito, rectangular, a dos vueltas, en el que se saldría entre vuelta y vuelta para que el chip pudiera efectuar la lectura. La primera, transcurre muy relajada y sin un solo golpe, se nota que aquí cada uno viene a competir consigo mismo y para ello no tiene que pasar por encima a los demás... La orientación es bastante buena y voy directo de boya a boya.
En la primera salida a la playa hay muchísima gente animando, entre la que puedo distinguir perfectamente la voz de Laura animando. El corto trayecto lo hago andando y aprovecho a relajar brazos y cuello. Vuelta al agua y a por la segunda vuelta! Aquí para no variar la preparo y cuando me doy cuenta estoy nadando yo solo. Levanto la cabeza y veo que estoy bastante distanciado del grupo, meto la cabeza, doy 20 brazadas corrigiendo la trayectoria y cuando creo que ya estoy, me he alejado aún más… Decido ir a mi bola y dejarme de hacer y deshacer.
El sol empieza a despuntar pero el frio se empieza a notar. Brazada a brazada y sin querer cargar demasiado las piernas, afronto el último giro y fuera, 1h. 22´con 4100m recorridos. Algo cargado de hombros, pero primera disciplina terminada.
Al entrar en el box coincido con Justo. Tanto entrenar juntos, hace que clavemos los tiempos. Un abrazo y a cambiarse. Lo hago muy tranquilo. También he decidido apostar por cambiarme de calcetines respecto a los que pondré en la carrera, así como utilizar el casco normal, que es mucho mas cómodo y ventilado.
Cuando me doy cuenta estoy montado en la bici y comenzando a pedalear los 180 km que restan. Tres vueltas de 60 km, que comienzan con una subida de unos 4 km al 4%, tipo Portillo, que al final se hacía larga. Para luego culebrear 8km más, subiendo más que bajando. Rotonda y rectas, con sube-bajas, del tipo a la carretera de carrizo. Todo con un aire que, vuelta a vuelta, se hacía más insoportable. En estos momentos el papel de los voluntarios resulta vital. Sin dejar de animar y aplaudir ni un solo momento. Al llegar al km 27, avituallamiento, y regreso. Aquí mejor, aunque los subes ahora son bajas y viceversa. El aire de culo se agradece bastante, momento bueno para comer y beber, aunque mi estomago está cerrado. No tengo excesivo calor, y las sensaciones no son del todo buenas.
Llega la bajada del principio y con mucho cuidado, medio frenado por un par de sustos con el aire, bajamos un grupillo de 3 ó 4. Al entrar en el pueblo, zaaaaasssss!! Oigo un ruido y acto seguido caída del compañero que me seguía. Enseguida acude un voluntario de Protección Civil, así que no me detengo. Al volver vi una ambulancia, que le estaba atendiendo. Se había roto la clavícula.
Segunda vuelta y nada que añadir, en esta ni la siguiente. Disfrutando del paisaje y buscando los cambios de dirección para saludar a Justo y a nuestras chicas en la zona de As Pontes. En el kilometro 150, hartito ya de la bici, vuelvo agradeciendo a los voluntarios su excelente labor. Casi al final y antes de empezar a bajar, soy consciente que voy a terminar la bici y mi mecánica no ha fallado. Mi cuerpo ha respondido y aguantado las embestidas del Dios Eolo! Me emociono un poco más de la cuenta y 6h 30´ después de montar, afronto la bajada final a la playa. Me descalzo y cuando voy a bajar, escucho una voz más que conocida, ahí estaban Beto y Raquel, que por sorpresa, no quisieron perderse la ocasión de apoyar. Hilario también estaba! Subidón total de adrenalina y recarga de energía. Me cambio de calcetines, más crema, pañuelo a la cabeza y a correr.
Al salir, me paro a repartir besos y abrazos de agradecimiento, necesitaba fuerzas para los 42 km restantes. Tres vueltas en un entorno precioso. Con una solana importante y el pantano a nuestra vera. Una rampa dura nada más empezar. A subirla andando y luego marcando mini-retos. En el primer avituallamiento encuentro a Justo, que lo está pasando muy mal, e intento animarlo. Compartimos unos kilómetros juntos, pero tiene que parar. Lo animo a seguir aunque sea andando, pero que no se rinda... Continuo mi camino solo con un dolor de estómago brutal. Me encuentro muy mal, la sensación es parecida a cuando tienes un hambre extrema y no metes nada al estomago. Los geles están haciendo de las suyas y creo que va a tocar sufrir mucho. Al finalizar la primera vuelta estoy destrozado, paso por meta y casi no me doy cuenta de los ánimos que me dan los míos o el resto de la gente, y todavía quedan 28 kilometrazos por delante, uff...
Al llegar al “Rampon dos Muros” en el km 1, está esperando Hila. Me mete en la carrera justo cuando más lo necesitaba. Lo sube conmigo. Mientras me lee la cartilla para darme fuerzas, sus ánimos generan el aplauso de un grupo de chicas que allí había. Hay que terminar la segunda vuelta, y punto. Sea como sea. Una zancada más, otra, no te pares, y como me habían dicho el día antes, “... Latido a latido...” y “ ...Tú como en el curro, siempre adelante...”.
Cada vez que me cruzo con Rubén de Trileón, Ilde y Alberto de Legiotri, los compis del MTB Runners, o un paisano de León nos animamos y damos fuerzas. Cuando lo hago con Justo, intento transmitirle toda mi energía, menuda lección de sufrimiento y raza que dio ayer…
Con la salida, los más pros deciden entrar al agua al más puro estilo de los vigilantes de la playa, la inmensa mayoría, despacito y buena letra, poco a poco, zambullida y camino a la primera boya. El circuito, rectangular, a dos vueltas, en el que se saldría entre vuelta y vuelta para que el chip pudiera efectuar la lectura. La primera, transcurre muy relajada y sin un solo golpe, se nota que aquí cada uno viene a competir consigo mismo y para ello no tiene que pasar por encima a los demás... La orientación es bastante buena y voy directo de boya a boya.
En la primera salida a la playa hay muchísima gente animando, entre la que puedo distinguir perfectamente la voz de Laura animando. El corto trayecto lo hago andando y aprovecho a relajar brazos y cuello. Vuelta al agua y a por la segunda vuelta! Aquí para no variar la preparo y cuando me doy cuenta estoy nadando yo solo. Levanto la cabeza y veo que estoy bastante distanciado del grupo, meto la cabeza, doy 20 brazadas corrigiendo la trayectoria y cuando creo que ya estoy, me he alejado aún más… Decido ir a mi bola y dejarme de hacer y deshacer.
El sol empieza a despuntar pero el frio se empieza a notar. Brazada a brazada y sin querer cargar demasiado las piernas, afronto el último giro y fuera, 1h. 22´con 4100m recorridos. Algo cargado de hombros, pero primera disciplina terminada.
Al entrar en el box coincido con Justo. Tanto entrenar juntos, hace que clavemos los tiempos. Un abrazo y a cambiarse. Lo hago muy tranquilo. También he decidido apostar por cambiarme de calcetines respecto a los que pondré en la carrera, así como utilizar el casco normal, que es mucho mas cómodo y ventilado.
Cuando me doy cuenta estoy montado en la bici y comenzando a pedalear los 180 km que restan. Tres vueltas de 60 km, que comienzan con una subida de unos 4 km al 4%, tipo Portillo, que al final se hacía larga. Para luego culebrear 8km más, subiendo más que bajando. Rotonda y rectas, con sube-bajas, del tipo a la carretera de carrizo. Todo con un aire que, vuelta a vuelta, se hacía más insoportable. En estos momentos el papel de los voluntarios resulta vital. Sin dejar de animar y aplaudir ni un solo momento. Al llegar al km 27, avituallamiento, y regreso. Aquí mejor, aunque los subes ahora son bajas y viceversa. El aire de culo se agradece bastante, momento bueno para comer y beber, aunque mi estomago está cerrado. No tengo excesivo calor, y las sensaciones no son del todo buenas.
Llega la bajada del principio y con mucho cuidado, medio frenado por un par de sustos con el aire, bajamos un grupillo de 3 ó 4. Al entrar en el pueblo, zaaaaasssss!! Oigo un ruido y acto seguido caída del compañero que me seguía. Enseguida acude un voluntario de Protección Civil, así que no me detengo. Al volver vi una ambulancia, que le estaba atendiendo. Se había roto la clavícula.
Segunda vuelta y nada que añadir, en esta ni la siguiente. Disfrutando del paisaje y buscando los cambios de dirección para saludar a Justo y a nuestras chicas en la zona de As Pontes. En el kilometro 150, hartito ya de la bici, vuelvo agradeciendo a los voluntarios su excelente labor. Casi al final y antes de empezar a bajar, soy consciente que voy a terminar la bici y mi mecánica no ha fallado. Mi cuerpo ha respondido y aguantado las embestidas del Dios Eolo! Me emociono un poco más de la cuenta y 6h 30´ después de montar, afronto la bajada final a la playa. Me descalzo y cuando voy a bajar, escucho una voz más que conocida, ahí estaban Beto y Raquel, que por sorpresa, no quisieron perderse la ocasión de apoyar. Hilario también estaba! Subidón total de adrenalina y recarga de energía. Me cambio de calcetines, más crema, pañuelo a la cabeza y a correr.
Al salir, me paro a repartir besos y abrazos de agradecimiento, necesitaba fuerzas para los 42 km restantes. Tres vueltas en un entorno precioso. Con una solana importante y el pantano a nuestra vera. Una rampa dura nada más empezar. A subirla andando y luego marcando mini-retos. En el primer avituallamiento encuentro a Justo, que lo está pasando muy mal, e intento animarlo. Compartimos unos kilómetros juntos, pero tiene que parar. Lo animo a seguir aunque sea andando, pero que no se rinda... Continuo mi camino solo con un dolor de estómago brutal. Me encuentro muy mal, la sensación es parecida a cuando tienes un hambre extrema y no metes nada al estomago. Los geles están haciendo de las suyas y creo que va a tocar sufrir mucho. Al finalizar la primera vuelta estoy destrozado, paso por meta y casi no me doy cuenta de los ánimos que me dan los míos o el resto de la gente, y todavía quedan 28 kilometrazos por delante, uff...
Al llegar al “Rampon dos Muros” en el km 1, está esperando Hila. Me mete en la carrera justo cuando más lo necesitaba. Lo sube conmigo. Mientras me lee la cartilla para darme fuerzas, sus ánimos generan el aplauso de un grupo de chicas que allí había. Hay que terminar la segunda vuelta, y punto. Sea como sea. Una zancada más, otra, no te pares, y como me habían dicho el día antes, “... Latido a latido...” y “ ...Tú como en el curro, siempre adelante...”.
Cada vez que me cruzo con Rubén de Trileón, Ilde y Alberto de Legiotri, los compis del MTB Runners, o un paisano de León nos animamos y damos fuerzas. Cuando lo hago con Justo, intento transmitirle toda mi energía, menuda lección de sufrimiento y raza que dio ayer…
Después de la charla con Hila, cambio a la Coca Cola y la
alterno con agua y sandía, buscando que me asiente en el estomago. Lo consigo. Al llegar a la segunda vuelta estoy muy cansado, pero motivado al sentir esos ánimos increíbles. Beto se ha hecho con el público y les incita que me animen como que fuera el mismísimo
Noya. Empiezo la tercera vuelta con una fuerza inmensa, lo voy a conseguir, esto no
se me escapa, y dejo de arrastrar los pies para sentir la brisa en la cara. Con
ritmos cercanos a los 5´/km subo las rampas corriendo, y llego al km 35 para
dar la vuelta. Las vueltas de 14 km se hacen largas... Aquí me engancho
con Bruno, un compañero del Triatlón Ferrol. Sin conocernos de nada
compartimos un paseo de 4 km, entre risas y cachondeo. Coincidiendo en que no
sabemos si volverán a vernos en una de estas…
Los últimos 2 km arrancamos a correr para afrontar la
recta de meta y dejar salir las emociones. Es el momento de soltar toda la
tensión y disfrutar. Fundidos en un abrazo, la sensación de alegría
es inmensa. ¡Por fin, somos Finisher!
Entramos la carpa de recuperación. Allí había pasta, tortilla, sándwiches, fruta, un grifo de cerveza a criterio, ¡de todo! Cojo algo para reponer y vamos a la meta a esperar al gran Justo. Llega un rato después. Pero lo importante es que lo consiguió.
Este reto no ha sido duro. Duro no, lo siguiente! Pero después de mucho entreno, lo hemos conseguido.
Entramos la carpa de recuperación. Allí había pasta, tortilla, sándwiches, fruta, un grifo de cerveza a criterio, ¡de todo! Cojo algo para reponer y vamos a la meta a esperar al gran Justo. Llega un rato después. Pero lo importante es que lo consiguió.
Este reto no ha sido duro. Duro no, lo siguiente! Pero después de mucho entreno, lo hemos conseguido.
Mención especial a los Organizadores, por la excelente
planificación y ejecución. Con todos los detalles cuidados al máximo,
avituallamientos, elección de circuitos e información. Los voluntarios de 10. Mi
calificación final es de excelente para todos ellos. Estoy convencido que este Tri, se convertirá en una prueba
de referencia en el mundo de los Ironman.
Fdo. Calili
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