y llegó la Trascandamia...

Y llegó la transcandamia, la primera gran carrera del año y la primera carrera de larga distancia para mí; atrás quedaron varias sesiones de entrenamientos que desgraciadamente dejaron fuera de la carrera a Trape, y Pedrito que por motivos laborales no pudo acudir.

Llegaba el día de la carrera y cierta sensación de ansia y nerviosismo se apoderaba de los corredores, de hecho, a varios de ellos les costó conciliar el sueño la noche anterior, y sino que les pregunten a Jose, Víctor o a Calili, que debido a un proceso gastrointestinal pasó en vela media noche.

Nos reunimos como siempre en el Viejo Reino, donde Luis nos atendió con mucho mimo para estar listos para la carrera; allí ya estaban Triki y Carlitos, Jose, Calili (convaleciente de su desafortunado proceso gastrointestinal), Víctor y  Carlos poco a poco se fueron incorporando Oscar y Eugenia, Henar, Santi y Ana, Tei…

Sobre las 9 AM, nos pusimos en marcha hacia las lomas, el día no acompañaba para nada, frío, niebla, humedad, un día nada apetecible para correr ni para contemplar la carrera, pero había ansia y esta se reflejaba en las caras de los participantes. Poco a poco, nos fuimos preparando y comenzamos a calentar, siempre acompañados de los ánimos de el resto de miembros de las tortugas que ese día no corrían, pero que desde primera hora estaban acompañándonos, animándonos y siempre dispuestos a apoyarnos en todo, muchas gracias a todos ellos (Oscar, Eugenia, Henar y Ana). Encuentro con Kiri , Turrinas, Edu y Jony…



Una vez preparados nos fuimos acercando a la zona de salida y pudimos contemplar el gran ambiente que se respiraba, es entonces cuando Triki, nos impartió la ya habitual charla y en la que nos comentaba la dureza de la prueba y recalcaba que lo más importante era el compañerismo. Tras el grito de “ 1-2-3! TORTUGAS!, ya estábamos preparados para afrontar nuestra particular “aventura sobre el barro”.

Y el reloj dio las 10 y con ello vino el bocinazo de salida, la carrera comenzaba con un suave descenso, el nutrido pelotón se desplazaba por la pista central de los pinos sonando como alguno describía, a una manada de ñus corriendo por el Serengueti. De este modo se completo el primer km, todo parecía coser y cantar pero aún no sabíamos lo que nos esperaba; y llegó el primer repecho, este se sorteó sin mayores complicaciones y una vez coronado, se formó un gran atasco para poder descender por la estrecha vereda. A partir de este momento el nutrido pelotón se iba fragmentando en pequeños grupetos y así sería hasta el final. Las veloces liebres, Kiri, Santi y Jose tomaban los puestos de cabeza de carrera, mientras que el resto de los “normales” luchábamos contra nosotros mismos. En estos momentos entrabamos en un autentico terreno rompe piernas en el que se enlazaban vertiginosas ascensiones, con escalofriantes descensos, en los cuales, se podían observar las distintas técnicas empleadas por los participantes para sortearlos, unos elegían la técnica del culo-barro (versión del culo esquí), otros optaban por la técnica de  chiquitorrr (y alguno se le oía exclamar el famoso “no puedor..”) y otros saltaban cual corzo por la pradera. De todas ellas hay un amplio documento fotográfico.

A pesar de estar indispuesto y de pasarlo realmente mal, ahí seguía Calili , cual jabato embravecido, luchando y entregándose a tope en la carrera, pero los síntomas en lugar de ir mejorando, iban acentuándose y desgraciadamente en el km 12 tuvo que abandonar la carrera; grande Calili, demostraste la raza que llevas dentro.

Y de aquí al final, se sucedían sin cesar duras ascensiones (los leñadores, el mirador, los perros…) y escabrosos descensos, siempre con un denominador común, el barro.

En los últimos km, la organización se vio obligada a recortar el recorrido, debido a un sabotaje de la prueba, en la que ciertos desaprensivos eliminaron las cintas indicativas del recorrido. Aún así nos quedaba el descenso por el cortafuegos y el ascenso por la temida “animalada”, la cual estaba provista de una gran aliada, que sin ella se hubiera endurecido aún más la prueba, la verdad que nunca nos alegramos tanto de tener una soga abrazando nuestra piel y en la cual nos pudimos ayudar para trepar esta ascensión. Multitud de gente estaba animando durante esta ascensión y como no, no podían faltar los compañeros tortuguiles que allí estaban ayudando para levitar la famosa “animalada”, una vez superada solamente quedaban unos 100 metros para la línea de meta, 100 metros para disfrutarlos, 100 metros para alcanzar la gloria.

Mención a nuestro Tortuboy, que como siempre lo dió todo en la "trascanboy" dejando muy alto el pabellón!

Muchas gracias a TODOS, ya que esto es mucho más que un club

Sois muy grandes, ahora a plantearse nuevos retos

Fdo. Diego Fisio