Ya hacía tiempo que no tocaba carrera de asfalto, así que era momento de desempolvar las zapatillas y enfundarse la indumentaria para dirigirse a San Marcos, de donde saldría la carrera. Una vez allí, acompañado de mi fan número uno que es mi madre, me encuentro con Alfredo y familia que también iban a realizar una de las modalidades de la carrera, y dando una vuelta más, me encuentro también con Raúl (las tortugas nunca fallan).
Me preparo para correr, caliento lo justo para no cansarme antes de tiempo...y directo a la salida. Me coloco en el medio y en cuanto se da el pistoletazo de salida empiezo a trotar. La primera parte transcurre por la condesa en dirección a Guzmán, allí damos la vuelta y otra vez a San Marcos, dejándolo a mano izquierda vamos bordeando y llegamos al edificio de la junta, para girar a la izquierda y pasar por debajo del puente de la rotonda del avión, por el paseo del río.
Seguimos por el paseo hasta llevar al instituto de Eras, donde salimos y tenemos un tramos de carretera hasta la residencia Orpea, donde toca dar la vuelta y cruzar el río por uno de los puentes de la zona, el tramo de la otra orilla es corto ya que enseguida hay que volver a cruzar para regresar al tramo del paseo por el que habíamos venido antes, pasando por debajo del puente otra vez y saliendo de nuevo a la junta, donde el último tramo pegado a San Marcos nos hacía llegar de nuevo a la meta.
Éste era el final para los de las carreras de 5 kilómetros, pero como yo estaba en la de 10 tocaba volver a repetir el recorrido. No llegaba a hacerse duro y solo había un tramo con una pequeña cuestina.
Al final acabé con un tiempo mas que aceptable y con buenas sensaciones. También cabe destacar que Alfredo animaba cada vez que nos cruzábamos en el recorrido, lo cuál era de agradecer, y los ánimos de Raúl en la meta, a recuperarse pronto que hay que volver a las carreras. Con todo ello fue una buena tarde de deporte y encima por una buena causa, no se puede pedir más!!
Juveta
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