TRAIL DO LOR: ¿DE ESCOBAS? Y DE RECOGE-BALIZAS QUIROGA TRAIL CHALLENGE

No sé si empezar por el principio o por el final ya que estuvo todo el finde de maravilla.

Llegamos Mónica y yo el sábado sobre las 13:30 a Quiroga. Todo el fin de semana había distintas carreras con sus respectivas modalidades, desde andarines, pasando por distancias medias, Maratón y hasta Ultra, eso para el Trail Do Castelo que se disputaba el sábado. El domingo tocaba el Trail Do Lor, con sus modalidades de 15 y 27km, y hasta podías hacer combinadas, sábado y domingo… uffff, qué estrés jajajaja, con lo cual el pueblo estaba lleno de corredores (más de 800), pero también de voluntarios.

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Para empezar vamos directos a la ventanilla del albergue donde tendríamos la bolsa de voluntario y nos dirían qué tendríamos que hacer. Ya nos sorprendieron con la bonitas camisetas y con una buena comida… no les faltó nada de nada. De hecho pensábamos ayudar en lo que fuera y ya estaba todo súper organizado por Blas, que control, que serenidad y que confianza en los voluntarios y eso que sobre las 21:00 todavía había corredores con frontales corriendo en la noche, yo estaría nervioso, pero él como perro por su casa, jajaja.

Pasamos la tarde por Quiroga, viendo y animando a tod@s los corredores que nos encontrábamos por el camino, incluida a Ana, que la tía se había animado con la Ultra, y al día siguiente repetía con la de 27 claro. También nos encontramos con Oli y Susan, unos amigos gallegos con los que ya hemos coincidido otras veces y que también se habían animado en esta ocasión… por cierto, una de las carreras de montaña más duras (…o la más) de Galicia.

Cenamos pronto y a dormir a la furgo, eso sí, ya con todo preparado para no perder tiempo al día siguiente y hacer esperar al personal. Dormimos más o menos bien ya que Mónica tenía en la cabeza los destrepes por las cuerdas, los pasamanos, el cruzar un río que según decían te llegaba hasta la cintura, desbalizar y que todo saliera bien. Desayunamos y a la furgo que nos llevaría hasta el pueblo de Xestoso. La prueba eran 27 km pero nosotros solo haríamos los 15 últimos recogiendo todas las balizas, carteles, banderines, cintas, ufffff, ¡Madre mía! No sabes lo que es, hasta que no lo haces….

Llegamos a Xestoso y nos pusimos a colocar el avituallamiento para que no faltara nada para los corredores. Estuvimos de charla con Toño Lobo que se acercó a ver la prueba (él ya había hecho la maratón el día anterior). Ya sobre las 13:00 nos tocaba a nosotros dar el do de pecho, eso quiere decir que pasaron los últimos corredores y se hizo el cierre de carrera. Ya vestidos para la ocasión con nuestra ropa Tortuguil nos despedimos y a correr…. ¿dije correr? Uffffff no sabíamos la que nos esperaba, jajajaja.

Nosotros pensábamos ir detrás de los últimos corredores cerrando la carrera pero al ir desbalizando se perdía mucho tiempo y no corrías nada de nada, además estaba a las mil maravillas señalizado, si alguien se llega a perder es por negado, jajajaja.

Como dice la canción de Mecano “cinta aquí y cinta allá, maquíllate maquíllate”, jajajaja. 20 metros y para Mónica para recoger cinta, yo no paro para coger la siguiente, cruce y 6 señalizaciones, con varillas, banderines, cintas, vamos que nos tirábamos un montón de tiempo parados, cuando llegaba una pista que podías correr, pues otra señalización, jajaja.

¿Problema que tuvimos? Pues que eran muchísimas balizas y no nos entraban en las mochilas de correr, así que las llevábamos en las manos, pero llegaba un momento en que no podíamos con todas ellas. Suerte que a los 5 kilómetros estaba el último avituallamiento y se lo pudimos dejar todo, pero todavía nos quedaban 10 kilómetros y ya no había ningún avituallamiento mas, no sabíamos como lo íbamos a gestionar, pero lo íbamos a hacer bien y punto.

Seguíamos corriendo y quitando cintas entre zarzas de las buenas, jajajaja y empezaba la bajada por una zona de barranco junto a un río. Los que la han corrido ya saben como es, pues imaginaros con las manos llenas de banderines y una bolsa de basura grande llena de balizas…. bajar, resbalar y salir intactos, era nuestro principal objetivo… Se nos iba dando bien… jajaja.

En uno de los momentos hablando entre nosotros dijimos que no había nadie que estábamos muy solitos, jajaja y de repente en un caminito nos sorprende un flashazo de un fotógrafo, jajajaja, qué ilusión y qué sorpresón… ya que no esperábamos a nadie, ¡¡éramos el cierre!! Joooo que alegría nos dió ya que llevábamos unas 2 horas solos y nos quedaban otras 2 aproximadamente. Posamos un poco jajajaja y salimos para abajo por las cuerdas que luego no fueron tan chungas como la gente decía… claro estas eran las primeras… todavía faltaban más, jajaja.

Con la bolsa de basura llena de balizas y corriendo por senderitos preciosos, parecía que habíamos robado un jamón y alguien nos persiguiera, jajaja ¡qué estampa!. En otro momento de la carrera volvimos a ver a una persona que nos pregunta si somos los escobas, le decimos que si y el grita a los de más abajo, son el cierreeee, eso quiere decir que si hay voluntarios esperando… es buena bajada… uyyyyyy Mónicaaaaa!! Pero la cosa no es tan complicada y la zona es súper bonita… todo el camino junto al río, todo vegetación, agua, barro, troncos, ramas…resbalones jajajaj. Les preguntamos si tienen un coche cerca para poder dejarles la bolsa de balizar ya que pesaba mucho y nos quedaban unos 5 kilómetros todavía, nos dicen que sí y bajamos juntos un poco por el cauce del río hasta que ellos se van por el atajo al coche y con nuestra bolsa de balizas. Nosotros tenemos que continuar hacia arriba y parece que mejora el terreno, pero no, otra vez volvemos a bajar y con las manos otra vez llenas de banderines. Las meto en la mochila que va a tope y volvemos a oír voces, llega la segunda tanta de cuerdas… más resbaladizas pero no podemos perder tiempo. Hay hasta cuatro voluntarios esperándonos. ¡¡Gracias compañeros!! El de la parte de abajo no iba indicando como colocarnos y hacia dónde dirigirnos para no resbalar. Yo bajo sin problema y espero a Mónica que sin decir ni “mu” baja como una jabata, ¡¡oleeeeee!! Un abrazo, foto en el río y otra vez toca una subidita guapa pero ya se ve que hay menos balizas por que el terreno no tiene pérdida.

Llegamos a una pista y dice Mónica: “¡a lo mejor está ya es la pista que llega a la entrada del pueblo!” Me limpio las gafas, me las pongo para correr por la pista despacio pero sin pausa y…. piiiiiii ¡¡¡¡error!!!! Otra vez toca cuesta arriba por senderín y recogiendo más banderines… madreeeeee no llegamos ni a las mil, jajajaja. Antes de empezar la subida vemos a dos voluntarias con un carro de bebidas así que allí dejamos otro montón de balizas. Una vez arriba paramos para ver las vistas preciosas del valle y veo que me ha llamado Blas tres veces, uffffff. Le llamo y todo bien, me dice que por dónde estamos y según le doy mis explicaciones me comenta que nos quedan 3 kilómetros todo de bajada… oleeeeee ¡que gozada! Pensé, pero claro si se pudiera correr jajaja nosotros seguíamos parándonos cada tres por dos…. Que pena porque era un bosque precioso y el terreno era para ir a tope pero claro…. Allí estaban los banderines diciendo: ¡¡cogedmeeeee!!

Disfrutamos de la bajada y mas al oír la megafonía. Eso quería decir que todavía quedaba gente, jajaja, es que eran las 17:00 de la tarde y nosotros sin comer, jajaja.

Ya por las calles del pueblo y cubiertos de cintas y banderines en nuestras manos, los coches que imaginamos eran corredores, nos van pitando y dándonos las gracias por nuestro trabajo. Hacemos nuestra entrada por la zona de meta y se están dando los premios a los ganadores. Nosotros saludamos a nuestros amigos que están en la entrada y vemos como Blas para la entrega de premios y nos hace subir por la entrada y todos los que estaban allí nos aplauden como si fuéramos los vencedores… uffff Qué emoción y qué alegría…. casi se ruboriza uno solo de pensarlo. ¡¡GRACIAS!!

GRACIAS por vuestros aplausos, fue un placer pertenecer al grupo de voluntarios de la Quiroga Trail Challenge.

Mónica y Aitor