Una
carrera más que especial.
A la hora de salir a correr, al menos para mí, siempre hay un motivo, algo o alguien en qué pensar y que tire de ti para ponerte las zapatillas y salir a la calle. Para esta carrera los cordones casi se atan solos. La causa lo vale. Es la tercera edición y da gusto el ambiente que cada año se crea en León, rencillas previas aparte sobre la inscripción de hombres, sobre la cantidad que se dona, etc. Es un acto simbólico, un día en el que nos unimos para apoyar a todas las mujeres enfermas de cáncer de mama y creo que eso hicimos.
El momento de la salida, para quien se propone correr suele ser algo complicado, aunque este año mucho más cómodo al establecerse cajones para andarinas y corredoras. Sin saber muy bien si iba a ser capaz o no, ni siquiera pensé en qué ritmo llevar, entre saludos, risas y aplausos ya estaba corriendo. Cuando quise mirar al reloj, para mi sorpresa…iba más rápido y cómoda de lo que es habitual en mí. Y aunque dejé el carácter competitivo en casa, si es cierto que me picaban los pies pensando en algo: Vamos Tortuga!! Era mi primera carrera como tal y había que dar la talla!! O por lo menos mi talla!! Motivo extra para salir con ganas.
Entre miles y miles de personas, pensé que sería imposible ver a nadie, pero allí estaba Hilario con sus chicos para dar ánimos y al final conseguí encontrarme con Laura, Carlos y Super-Graciela. Laura acababa de correr y allí estaba como una castañuela llena de ánimos para emprender la siguiente.
Espero ya por la cuarta edición de una carrera que al final es para todos. Es una pena pero todos estamos ahí, ya sea con nuestra hermana, tía, madre o amiga. Estas son las batallas por las que merece la pena luchar juntos.
Un aplauso para todas las guerreras! Todos somos rosa!
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