10 KM CIUDAD DE LEÓN
Pese a no tener buenas sensaciones en mis
piernas desde hace ya unas semanas…. llegó el día de enfrentarse de nuevo a la
primera carrera “seria” que había corrido.
Esta carrera, sin duda, tiene un encanto especial. No sólo porque transcurre entre las calles de esta preciosa ciudad, ni porque en su día fuera la primera que corrí (el año pasado exactamente), nisiquiera por la increíble sensación que experimentas al llegar a meta justo enfrente de la imponente catedral….. lo que hace especial ese día para mí es sentir un caluroso apoyo y ánimo por parte de los leoneses, que siempre desafiando a la lluvia y el mal tiempo, salen a la calle a animar a una cuadrilla de locos que se ponen a correr aunque nieve, llueva o truene.
Así que llegado el día, los compis tortugas
nos encontramos en el estadio hispánico, centro neurálgico de todas las citas
running leonesas. Allí nos desprendemos de sudadera, chubasquero, etc..jajaj y
nos disponemos a calentar. Esta vez no tenemos mucho tiempo hasta el comienzo,
a las 11 de la mañana, pero es más que suficiente para ponerse un poco a tono,
saludar a todas esas caras conocidas de cada carrera, y colocarse en el cajón
asignado a nuestras marcas personales.
En este caso, Marcos y Victor fueron hácia
adelante, y yo me coloqué alrededor del globo del 55 para comenzar tranquilita
(o por lo menos, eso pensaba yo…jiji)
Sin más aviso se oye el pistoletazo de
salida, esto empieza! Salgo despacio, con la mente clara en que mis piernas no
van a responderme muy bien, pero con la esperanza de equivocarme,jaja.
La lluvia nos respeta y la temperatura es la
idónea para correr, vamos Vero! Esto hay que aprovecharlo! Mis sensaciones al
comenzar fueron buenas, poco a poco vamos recorriendo los metros hasta llegar a
Santo Domingo, Guzman y para San Marcos. Desde allí comenzaba la parte “durilla” pues la subida hasta Carvajal
era el peor tramo que recordaba en la edición del año pasado. Sólo pensaba:
venga, después de esto es ya todo cuesta abajo.
Seguía aferrada al globo de 55 con la
intención de dejarlo atrás después del ecuador de la prueba, que siempre es
cuando mejor me empiezo a encontrar. Pero tras la vuelta en Carvajal y ya
cuesta abajo, me dí cuenta de que se alejaba. No era mi día y los planes de
carrera que llevaba se estaban yendo al traste. Y casi sin darme cuenta estaba
sin aire, me costaba respirar y empecé a pensar en parar. Menos mal que tuve un
ápice de lucidez y me dije: Vero tranquilízate, no estás aquí para ganar ni
pasarlo mal, no pasa nada por llegar algo más tarde de lo previsto. Disfruta!
Que para eso empezaste a correr! Y….comencé a disfrutar. Ya con menos sensación
de ahogo dejé que mis piernas me llevaran.
Antes de llegar a la recta final veo a Lucía,
incansable tortuga que nos persiguió durante la carrera para animarnos. Cuánto
ayuda ver una cara amiga que te da fuerzas cuando tú crees que no las tienes!
Ya nos estábamos acercando al final, y de
pronto todos mis pelos se pusieron de punta. La calle Ancha y sus alrededores
estaban repletos de gente animando, dando golpecitos en las vallas de
seguridad, a modo de aplausos gigantes, exactamente igual que cuando el primer
clasificado pasó por allí. Entonces, sonríes y dejas que esas fantásticas
emociones te lleven hasta la línea de meta.
Los tortugas veloces Marcos y Victor llegaron
juntos a meta a los 43 min y yo conseguí terminar en 56 y pico. Sé que mis
buenas sensaciones volverán, estoy segura. Pero mientras tanto, saldré a
disfrutar de esto del running!!
Sin duda el apoyo mental de uno mismo es uno
de los factores más importantes, si no el que más, junto con el entrenamiento y
la nutrición, desde mi punto de vista. Pues sin duda, tanto si crees que
puedes, como si crees que no, estás en lo cierto!
Go tortugas go!
Vero.
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