No os voy a contar los nervios que tenía los días previos… uffffff.
Esta carrera tiene algo muy especial para mí, primero porque tiene unos paisajes alucinantes, y segundo y más importante, quería quitarme esa espinita del año pasado donde por un tropezón me tuvieron que evacuar en helicóptero con la pena de no acabarla y eso que me encontraba fuerte.
Decir que bastantes semanas atrás ya llevaba entrenando para esta carrera pero o por la presión o el miedo, mi cuerpo no iba como yo quería, pero seguía la cuenta atrás y llegaba el día. Las piernas no parecían responderme, la espalda molida, mi corazón siempre a tope y sin embargo, mi cabeza tranquila, aunque con un gran cóctel de sentimientos.
Datos de la carrera: 28 kilómetros y un desnivel de 2.100 metros positivos, con su gran subida al refugio de Collado Jermoso. Que espectáculo llegar y ver esa animación, ufffffffff, pero eso lo dejo para luego.
El caso es que nos apuntamos a este gran acontecimiento, Alfredo, Víctor, Marcos y el menda, que como veis, iba muy bien acompañado: ¡madreeeee que máquinas más bien engrasadas son! También estaban como animación y fotografía: Santi, Ana, Mónica, Lucía, Sonia y Diego. Un poco más tarde se unirían también Katy y su amiga Liane. ¡Vaya pasada! ¡Qué alegría¡ ¡Gracias mil!
Dormí bien pero mal, jajajaja, eso quiere decir que dormí
cómodo pero con muchísimas vueltas en mi cabeza de cómo afrontar la carrera,
pero al final estaba claro, lucharía contra mí mismo, ósea que mi intención era
hacerlo lo mejor posible y, principalmente ACABARLA!!
Tocó diana y arriba que llegó el gran día. Un desayuno al
lado de la iglesia y toca vestirse de romano, siempre mirando que no te falte
nada y con los nervios a mil. Llegamos a Posada de Valdeón y un ambientazo de
miedo con la megafonía a tope, los arcos de salida y llegada ya montados. Algunos
corredores calentando y nosotros tranquilitos a por el dorsal. Lo recogemos y
en la bolsa de corredor nos viene una camiseta, una barrita, un vaso y una cuña
de queso de la zona, así que genial. Tomamos el típico cafecito de antes de la
prueba y así poder ir luego a ver a nuestro amigo y señor Don WC, jajajaja.
Ya van llegando las Tortugas, grandes saludos y abrazos,
hacemos nuestra rueda con unas palabras (todas en positivo) y gritamos al
unisono: “¡¡TORTUGAS!!”. La gente ya sabe que estamos preparados.
Puestos en el arco de salida los cuatro juntos decido si
puedo, ir con ellos hasta Cordiñanes y luego hacer mi carrera, pero fue dar el
pistoletazo de salida y salimos como pollos sin cabeza para coger buena
posición y no pillar tapones. Eso me perece a mí, pero seguro que para los demás
es un ritmo suave, jajajaja, pero mis pulsaciones dicen lo contrario. Nada más
salir del pueblo, a lo lejos, se oyen
las primeras voces y cencerros dándolo todo (si es que no hay nadie como las
Tortugas en animación al corredor, uffffff). Llega la primera subidita y vamos
juntos pero ya noto que mis piernas no van nada bien. Pienso que son los
nervios y aguanto con ellos y como dice la canción, se vannn se vannnnn y me
dejan solo, jajajajaja. Da una cosa chunga el ver que no puedes aguantar su
ritmo ni siquiera 4 kilómetros. Voy viendo como poco a poco, Marcos, Alfredo y
Víctor se hacen más pequeños a mi vista. Corro y corro hasta que llegamos a
Cordiñanes. Sé que me espera una gran alegría al ver que estará allí mi equipo animándome.
No quiero defraudarles y llego corriendo a la subida súper motivado. Una
corredora Cántabra viene a mi lado y flipa de la animación. Ella dice que viene
sola y que le gustaría en sus carreras que fueran así, toda animación por parte
de su equipo. Saludos, besos y empieza lo bueno, una subidita que a más de uno
se nos hizo bola, jajajaja. como ya la conozco voy piano piano. La primera
parte hasta las Vegas de Asotin voy bien, el helicóptero está volando
continuamente en mi cabeza, jajajaja. Ya voy solo desde hace rato y en la
siguiente subidita oigo una voz desde arriba: “¡¡Aitorrr!!”. Miro y resulta que
es Toño, alias el Lobo, jajajaja, que tío más majete. Voy subiendooooo voy
bajandoooo como dice la canción hasta que me encuentro a su lado. El es la
primera vez que hace esta carrera así que me va preguntando sobre el recorrido.
Yo le digo: “¿ves allí arriba donde hay corredores? Pues todavía queda lo peor…”.
jajajajajaja
Nos vamos haciendo unas guapísimas fotos hasta que llegamos a la última rampa para llegar al refugio. Miro mi reloj y voy en tiempo ya que el año pasado llegué en 2 horas y 45 minutos, así que aprieto en la subida y oigo voces de ánimo de Sergio que hace que te esfuerces un poco más. Llego en un tiempo de 2 horas y 36 minutos. ¡Ole por mí! Bajé mí tiempo del año pasado y eso que no me encuentro nada bien de patas.
Llego al pueblo entre ánimos y gritos como si fuera un pro. Me encuentro a Ana y seguido viene Toño. Los músculos ya no me van muy bien y casi se me suben las bolas, jajajaja, Mónica me da comida y bebida además de apretarme las playeras ya que al mínimo esfuerzo mis piernas gritan. Salgo corriendo con Mónica y Katy que me acompañan hasta pasar por el prado donde el año pasado me dejó el helicóptero, eso sí, con nuestra foto y griterío de animación.
Toca última subida… ¿¿¿¿seguro???? Pues no, jajajaja. Era más bajada que subida pero a poco que hubiera una subida ya parecía un mundo, uffff. Voy muy despacio y con los músculos a flor de piel así que voy con cuidadito de no hacer un esfuerzo, pero me van pasando corredores y eso no mola nada. Malas sensaciones, joooooo. Me paro para dar a un corredor una pastilla de sales ya que va peor que yo. En eso que oigo pasos y es Toño que se ha recuperado y va más fresco que una rosa… así que poco a poco se va pero siempre dándome ánimos.
Última bajadita al pueblo y me encuentro a Mónica y a Luci, guauuuuuuu ahora sí que si es mía la carrera. Me alegro muchísimo de verlas y vienen acompañándome hasta la misma entrada en meta donde ahora si puedo decir que casi tengo que entrar andando por los dolores musculares pero saqué fuerzas que me daban mis Tortugas, para correr aunque fuera despacio. Reto conseguido en 5 horas y 39 minutos. Da lo mismo si mucho o poco pero yo estoy muy satisfecho. Cervecita en la piscina, fotos y abrazos con muchisim@s amigos. La verdad es que es una carrera increíble y muy bonita.
Aitor.
Nos vamos haciendo unas guapísimas fotos hasta que llegamos a la última rampa para llegar al refugio. Miro mi reloj y voy en tiempo ya que el año pasado llegué en 2 horas y 45 minutos, así que aprieto en la subida y oigo voces de ánimo de Sergio que hace que te esfuerces un poco más. Llego en un tiempo de 2 horas y 36 minutos. ¡Ole por mí! Bajé mí tiempo del año pasado y eso que no me encuentro nada bien de patas.
Tomo fruta y bebida (ya que venía con un poco de hambre) y
en eso que llega Lobo también. Charlamos con mogollón de gente conocida, entre
ellos Marta del refugio y Marisina. Me entretengo más de lo normal pero lo
necesitaba. Cuando nos ponemos a correr Toño y yo noto la barriga pesada y
pocas piernas, así que le digo que me pase y que siga, pero afortunadamente en
breve me recompongo y empiezo a correr, aunque me siento pesado y mal, siempre
le tengo a unos 100 metros más o menos y cuando le tengo a tiro… ¡¡alaaaaaa!! ¡¡Qué
vistas!! Me paro y foto al canto, así que se me vuelve a escapar, jajajaja.
Llegada a las Colladinas, ya voy sufriendo un poco más de lo normal, los
nervios me están fastidiando, saben que queda poco para el reencuentro del año
pasado. En una de las bajaditas después de las Colladinas suben dos montañeros
y les oigo gritar: “vamos Aitorrr ánimo” jajajaja ¡Qué sorpresón! son Enoc y
Ernesto que suben al refugio. Un abrazo y me desean toda la fuerza y ánimo para
acabarla, toca correr y veo a Toño que se me ha escapado un poco más, puffff
así es imposible pillarle pero los saludos son impresionantes y bien avenidos.
En las bajadas me acerco a él, así que ya le tengo casi casi antes de llegar a
las Vegas de Liordes y vuelvo a oír: “Aitorrrr vamossssss” yo flipo. Son Estrella y Eduardo cargados con
sus mochilas, jajajajaja. Me reconocieron desde lejos por llevar las medias una cada color, jajaja, esa es
mi seña de identidad, jajajaja. Unos besos y abrazos que me dan alas. Por
finnnn cojo a Toño en las vegas y también a una buena amiga de carreras, Ana. Vamos
juntos un buen rato con ella, que por cierto nos llevo a cuchillo, uffffff.
Por fin llego a la bajada de Remoña. Voy el último de los
tres y le voy prestando atención a todo, ellos se van y entonces pienso que no
puede ser que caiga dos veces en la misma piedra, así que decido hacer la
bajada como si no hubiera pasado nada, tomaaaa que gozada de bajada, con
piedras sueltas y en zigzag. Entonces paso a Toño y enseguida encuentro el
lugar del tropezón y mis malos momentos. Me paro a recordar y ver el sitio,
ufffff, le pido a Toño que me haga una
foto para el recuerdo y como si nada, jajajaja ¡¡Miedo superado!! Bajo a fuego
y súper contento, tanto que paso a Ana y a otro corredor en la bajada. Me he
venido arriba, jajajaja. Cuando más estoy disfrutando de la bajada de repente
toca otra subidita que la hago andando y claro me van cogiendo. A lo lejos se
ve ya el avituallamiento y veo algo de color verde. Según me voy acercando veo
que es la Tortuga Diego que ha subido con un todoterreno. Me grita y anima y
para mí es un sorpresón de la leche ya que no esperaba ver a nadie. Fíjate como
sería mi sorpresa que no cogí ni agua en el avituallamiento, jajajaja, además
me pasó Ana como una bala. “¿Salgo raudo y veloz?” pienso… jajajaja, pues no,
salgo raudo y lento de narices y eso que era todo bajada hasta Santa Marina. Preciosa
bajada entre la vegetación y se ven las primeras casas. Tomaaaaa que ya lo
estoy consiguiendo y de repente otro subidón al cuerpo que me viene cuando oigo
a mi club de fans gritando y cencerreando como si no hubiera un mañana. Puffff….
al escribirlo se me ponen los pelos de punta…¡¡GRACIAS A TOD@S!!
Llego al pueblo entre ánimos y gritos como si fuera un pro. Me encuentro a Ana y seguido viene Toño. Los músculos ya no me van muy bien y casi se me suben las bolas, jajajaja, Mónica me da comida y bebida además de apretarme las playeras ya que al mínimo esfuerzo mis piernas gritan. Salgo corriendo con Mónica y Katy que me acompañan hasta pasar por el prado donde el año pasado me dejó el helicóptero, eso sí, con nuestra foto y griterío de animación.
Toca última subida… ¿¿¿¿seguro???? Pues no, jajajaja. Era más bajada que subida pero a poco que hubiera una subida ya parecía un mundo, uffff. Voy muy despacio y con los músculos a flor de piel así que voy con cuidadito de no hacer un esfuerzo, pero me van pasando corredores y eso no mola nada. Malas sensaciones, joooooo. Me paro para dar a un corredor una pastilla de sales ya que va peor que yo. En eso que oigo pasos y es Toño que se ha recuperado y va más fresco que una rosa… así que poco a poco se va pero siempre dándome ánimos.
Última bajadita al pueblo y me encuentro a Mónica y a Luci, guauuuuuuu ahora sí que si es mía la carrera. Me alegro muchísimo de verlas y vienen acompañándome hasta la misma entrada en meta donde ahora si puedo decir que casi tengo que entrar andando por los dolores musculares pero saqué fuerzas que me daban mis Tortugas, para correr aunque fuera despacio. Reto conseguido en 5 horas y 39 minutos. Da lo mismo si mucho o poco pero yo estoy muy satisfecho. Cervecita en la piscina, fotos y abrazos con muchisim@s amigos. La verdad es que es una carrera increíble y muy bonita.
Sé que me quedan muchas cosas por contar pero si no, no
terminaría nunca. Además todo está en “mi neurona”, jajajaja… pues sí, solo
tengo una neurona y hay veces está de vacaciones, jajajaja.
Gracias a tod@s las personas que me animasteis y os acordasteis
de mí en todo momento.
Gracias a mi gran equipo, ¡!somos más que un equipo,
Tortugas Trail León!!
Gracias a mi Churri por sus buenos consejos y por
aguantarme.
Y por fin puedo decir: ¡¡TRANSVALDEONICA… ERES MÍA!!
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