Pero quieres coger la P… bolsa!! Esta fue la frase que marcó el inicio de carrera y, en general, el fin de semana tan fantástico por
tierras Asturianas. Luego contaremos de donde salió, jajajajaja
Esta carrera nos la metió en la cabeza un tal
Diego en la carrera de relevos de Allande. Una vez terminada la carrera, y con
las cervecitas en la mano, se acercó y nos dijo sin conocernos: “Tortugas os
quiero ver en el trail Valle de Samuño que es muy guapo”. Y nosotros que somos
muy bien mandados le dijimos que iríamos y más cuando nos comentó que se corría
un kilómetro por dentro de una mina, luego había que subir taitantos escalones
para salir y además tenía unas bonitas vistas. Vamos… que apuntamos la carrera
en el calendario tortuguil.Empezamos el finde por la zona de Gijón y en buena compañía ya que quedamos con Javi y Jayone para comer una buena fabada y un entrecot por la cosa de coger fuerzas para la carrera del día después. Bañito y a recoger el dorsal a un pueblito llamado La Nueva. No se veía mucha gente pero nosotros nos quedamos a la charla técnica junto con nuestra amiga Ana Belén (a la que por cierto, también conocimos en Allande, un encanto de persona).
La carrera consistía en unos 24 kilómetros con 1700 de desnivel positivos, un kilómetro por dentro de una mina de carbón y para terminar 184 escalones que te subían al arco de meta, vamos, UNA PASADA. Calor, ¿quién dijo calor el 23 de septiembre por Asturias? Pues sí y demasiado… casi 30 grados de los buenos, ufff.
Llegó el día.
Ya me encontraba totalmente equipado y Mónica con la cámara de fotos a punto y
disparando de aquí para allá. En esta ocasión nuestras animadoras eran Mónica y
Jayone y los corredores Javi, nuestra amiga Ana Belén y yo. Todo iba sobre
ruedas y con tiempo para saludar a más corredores, fotos, ver el ambiente… sólo
faltaban por llevar Jayo y Javi, ya que ellos durmieron por la zona de Avilés y
nosotros en la furgo en el mismo pueblo de la prueba.
Faltan veinte minutos y no llegan, ufffff, faltan diez minutos y siguen sin llegar y a falta
de cinco minutos llegan, pone el coche en mitad de la carretera justo por donde
es la salida. Se baja Javi y está en chanclas, sin equipar, sin agua, sin
portadorsal… abre el maletero y se pone a buscar las zapas, con los voluntarios
mirando y nerviosos ya que se daba la salida en breve. Nosotros viéndole y
haciéndonos cruces, jajajaja, en eso que desde el asiento del conductor Jayo,
de mala hostia (lógico dadas todas las circunstancias descritas) le dice a Javi
con un bocinazo: “QUIERES COGER LA PUTA BOLSA”, jajajajaja, nosotros nos damos
la vuelta para que no viera nuestras caras pero nos estábamos riendo a
carcajadas. Javi con una cara de poema y Jayo roja y enfurecida. Si es que
donde no hay mata no hay patata, jajajajaja.
No podemos esperar más por él, así que Ana y yo nos ponemos bajo el arco de salida/meta. De repente nos damos cuenta que estamos en la primera fila con los pros, jajajaja, que bueno, por lo menos saldremos en las fotos. Javi sigue sin llegar y empieza la leyenda del pozo San Luis, ufff que emocionante, se ponen los pelos de punta y eso hace que solo queramos correr y correr. En eso que por detrás ha llegado Javi. Cuenta atrás y eso mismo… a correrrrrr. Nada más salir, primeros ánimos de Jayo y más adelante Mónica. En pocos metros llega la primera subida que hace la selección para ir por un caminito a la sombra y en fila de a uno. Se agradece la sombra y el frescor pero la gran humedad hace que sudemos muchísimo y a mí me destroza. Poco a poco voy corriendo, disfrutando del paisaje y con ganas de que llegue el túnel. A Javi le perdí por las primeras rampas pero sé que viene muy cerca de mí. Como no podía ser de otra manera la subida es fácil pero es subida, jajajaja. Después de un buen rato llegamos al que ellos llaman “el repechín” pero que te saca de punto aunque no quieras. Todo son buenas sensaciones pero estoy en baja forma y las piernas lo notan. En las carreras lo que más mola es que cuando estas hecho polvo y crees que ya no puedes más, de repente oyes unas voces en lo más alto y lejano diciéndote “vamos Tortugaaaaaaa”. Es como esa bebida que te da alas, uffffff. Aprietas los dientes, sonríes y tiras para arriba para que te vean que vas de maravilla aunque la procesión vaya por dentro. Eso me pasó cuando vi a las súper animadoras chillando y dando ánimos a TODOS los corredores, ”GRACIAS”. Las saludo, cuento como voy y ellas me dicen: “¿ves aquella montañita?” “sí” contesto, “pues subes, bajas, subes, bajas, subes y vuelves a bajar y allí te espera el avituallamiento”. Solo de oírla me cansó y encima era en la zona del Cascajo que era donde más daba el sol, vamos que no había ni una sombra.
No podemos esperar más por él, así que Ana y yo nos ponemos bajo el arco de salida/meta. De repente nos damos cuenta que estamos en la primera fila con los pros, jajajaja, que bueno, por lo menos saldremos en las fotos. Javi sigue sin llegar y empieza la leyenda del pozo San Luis, ufff que emocionante, se ponen los pelos de punta y eso hace que solo queramos correr y correr. En eso que por detrás ha llegado Javi. Cuenta atrás y eso mismo… a correrrrrr. Nada más salir, primeros ánimos de Jayo y más adelante Mónica. En pocos metros llega la primera subida que hace la selección para ir por un caminito a la sombra y en fila de a uno. Se agradece la sombra y el frescor pero la gran humedad hace que sudemos muchísimo y a mí me destroza. Poco a poco voy corriendo, disfrutando del paisaje y con ganas de que llegue el túnel. A Javi le perdí por las primeras rampas pero sé que viene muy cerca de mí. Como no podía ser de otra manera la subida es fácil pero es subida, jajajaja. Después de un buen rato llegamos al que ellos llaman “el repechín” pero que te saca de punto aunque no quieras. Todo son buenas sensaciones pero estoy en baja forma y las piernas lo notan. En las carreras lo que más mola es que cuando estas hecho polvo y crees que ya no puedes más, de repente oyes unas voces en lo más alto y lejano diciéndote “vamos Tortugaaaaaaa”. Es como esa bebida que te da alas, uffffff. Aprietas los dientes, sonríes y tiras para arriba para que te vean que vas de maravilla aunque la procesión vaya por dentro. Eso me pasó cuando vi a las súper animadoras chillando y dando ánimos a TODOS los corredores, ”GRACIAS”. Las saludo, cuento como voy y ellas me dicen: “¿ves aquella montañita?” “sí” contesto, “pues subes, bajas, subes, bajas, subes y vuelves a bajar y allí te espera el avituallamiento”. Solo de oírla me cansó y encima era en la zona del Cascajo que era donde más daba el sol, vamos que no había ni una sombra.
Después de un rato llego al avituallamiento, relleno los botes y cojo dos vasos de agua y me
los tiro por todo el cuerpo para refrescarme, ¡¡ERROR!! No era agua, era bebida isotónica, así
que imaginaros lo pegajoso que fui todo
el camino, jajajaja. Bajadita guapísima entre bosque. Disfruté a tope aunque bajé
más despacio de lo que yo quisiera. De repente te encuentras con un cartel que
pone: “Cresta de los Fugaos”. No sonaba nada bien y así fue, jajajaja. La
verdad es que molaba pero como ya va uno cansadito pues se le atraganta todo y
esto también fue así. Lo supero y toca otra súper bajada con un barrizal muy
guapo. Como las piaras de cerdos disfrutan, pues así yo… igualito, jajajaja. No
esquivé nada de nada, hasta estuve a punto de perder una zapatilla en un
charco... Que gozada de barro fresquito para mi cutis machacado por el sudor y
el calor, estaba como una antorcha humana.
Tocaba la bajada por la zona llamada “la Jaula”. Impresionante. Habían instalado una cuerda por seguridad de los corredores pero se pasa bastante bien: suelo resbaladizo, mojado, empinado y con árboles donde parar por si te vas demasiado deprisa, jajaja, que fue lo que me pasó, que casi bajo hasta la misma entrada de la mina rodando, jajajaja, pero como soy una súper Tortuga, saqué mi súper poder de anclar mi caparazón en el suelo y me sujeté a tope (pero uffffff… por poco).
Y llegó el momento cumbre de la carrera: después de la Jaula llegas a unos escaloncitos y
estaba la voluntaria diciéndote, disfruta de la sombra y el fresquito de la
mina. Pues tocaba eso, disfrutar y ya empecé a hacerlo cuando vi la entrada de
la mina. Que subidón, ya que nunca había corrido por dentro de una. La primera
impresión era de emoción y me hubiera gustado en ese momento que Mónica hubiera
estado corriendo conmigo y sentir lo mismo pero no pudo ser ya que en pocos
días tenemos un reto para ella como distancia más larga y desnivel a correr en
la Benemérita Trail en Granada, pero esta queda pendiente para el próximo año.
Tocaba la bajada por la zona llamada “la Jaula”. Impresionante. Habían instalado una cuerda por seguridad de los corredores pero se pasa bastante bien: suelo resbaladizo, mojado, empinado y con árboles donde parar por si te vas demasiado deprisa, jajaja, que fue lo que me pasó, que casi bajo hasta la misma entrada de la mina rodando, jajajaja, pero como soy una súper Tortuga, saqué mi súper poder de anclar mi caparazón en el suelo y me sujeté a tope (pero uffffff… por poco).
Llega la entrada al Pozo San Luis. Por mucho que
os narre como es correr bajo tierra hay que venir a sentirlo. Oscuridad casi
total, solo unas luces que hacen que veas la zona por donde pones los pies y
con mucho cuidado ya que no es todo uniforme. Tubos de ventilación que los
pasas rozando con la cabeza, plantas que cuelgan y te dan en la cabeza al pasar
y te das un sustito (jajajaja), agua que cae por el medio por donde tu pasas y
te calas, agujeros en las paredes que dejan ver los entresijos interiores de la
mina, vagonetas, excavadoras y de repente un flashazo, jajajaja, no lo
esperaba, estaba tan atontado disfrutando que ni vi al fotógrafo. Un kilómetro
bajo tierra que hace que te salgan lágrimas de emoción. Se va terminando la
galería y queda de subir los 184 escalones que te harán llegar a la gloria,
seas el primero o el último de la carrera. Piensas que te va a costar subirlos
pero en mi caso como venía en una nube, creo que los subí volando y sin
cansarme. Según subes vas escuchando los aplausos y las voces de la gente que
espera arriba, me preparo y………. miles de sensaciones recorren tu cuerpo al ver
como todos te aplauden como si fueras el primero y ganador y con un extra como
el de ver a Mónica y Jayo dejándose la garganta con sus ánimos, ufffffff.
Me coloco un poco la ropa, gafas y hago una entrada triunfal con brazos abiertos y dándole
las gracias al speaker Diego de habernos invitado a venir a correr en el Valle
de Samuño.
Me ponen mi merecida medalla de finisher, me abrazo a Mónica y tomo mi merecida cervecita,
jajajaja. Toca esperar a Javi que viene un poco más atrás, pero mientras aprovecho
el tiempo y me doy un masajito a cuatro manos, jajaja (que suerte tengo). Vemos
que entra Javi por el arco de meta y nos damos un gran abrazo. Hoy tocó sufrir
por calor.
Muchísimas gracias a toda la organización, voluntarios y al gran speaker Diego del gran
Trail Valle de Samuño TVS.
Entrega de premios, y Ana ha quedado primera en su categoría. Toma, toma!! Enhorabuena
campeona.
Toca duchita rápida y a por la espicha dentro del centro social del pueblo. Todo muy bien
montado y bien que comimos, jajaja, solo una pega… madre mía, madre mía que
calor hacía dentro, incluso más calor que en la carrera, ufffff, pero nadie se movía
de las mesas, jajaja, nosotros tampoco. Todo muy rico, rico.
Después de tomarnos
unas sidriñas en el bar y recordar los momentos duros y buenos de la carrera,
terminamos pensando en volver el año que viene, al menos yo.
Javi, Jayo, Ana Belén y Mónica un placer disfrutar con vosotr@s.
Nos vemos en la siguiente!!
Churriiiiii mil gracias por ese acompañamiento por las crestas corriendo a mi lado.
¡! CORRED, CORRED!! Decía el Pozo San Luis…
Aitor
No hay comentarios :
Publicar un comentario