UA-51285685-1 Equipo leonés de Trail Running : TORTUGAS TRAIL LEÓN: XXII TRAVESÍA TABARCA-SANTA POLA

miércoles, 12 de julio de 2017

XXII TRAVESÍA TABARCA-SANTA POLA

5 años después y en mi peor momento como nadador, el azar, y España, requirieron, que obtuviera plaza como agraciado en el sorteo entre más de 6000 preinscritos, para poder formalizar la inscripción y junto a otros 1400 nadadores y nadadoras, realizar la que decían ser como mejor travesía nacional y una de las 100 mejores del mundo.

Corría el mes de enero, y con mi incondicional compañera de entrenos y amiga, Conchita, comentamos la opción de preinscribirnos. 8 meses después de dar mi última brazada, casi veía más como un castigo que como un premio el ser afortunado en el sorteo, pero como en los 4 años anteriores nunca nos había tocado, este fijo que tampoco, así que vamos a probar suerte.


Todo es siempre susceptible de empeorar, o igual de mejorar, así que el azar nos confirma nuestra plaza, solo queda volver a entrenar y reencontrarme con el medio en el que más a gusto me encuentro.

Nos marcamos los martes como día de entrenamiento, y la opción de sacar un segundo día en el aire, trabajo, estudios, y vida, impiden casi sacar el fijo, y a dos meses creo que he acumulado 11 entrenamientos, ahí han estado mis Ángeles, haciéndome buscar ganas para entrenar cuando no las encontraba por mucho buscar, tensándome la cuerda y no dejándose llevar por mi desidia, poniéndome una sonrisa en la cara y haciendo que volviera a disfrutar de uno de los deportes que más me ha cautivado.

Con Iruelas como piedra de toque, toca tirar de neopreno para no sobrecargar hombros, y tras una prueba dura, todo indica a que en Alicante tocará sufrir de lo lindo. La semana siguiente jornada confraternización en el pantano de Luna, y queda dictada sentencia. Neptuno dará o quitará razones.
Casi sin darnos cuenta, estamos en el coche rumbo al mediterráneo, tras un viaje rápido, cena y tiempo digno de Asturias lloviendo sin parar. El sábado no será tan malo, ya que la lluvia desaparece, pero el viento tiene al mar enrabietado, y las predicciones no son malas, pero tampoco nadaremos en un plato. Vientos de 2´5 km/h laterales, y olas de 0.50 cm cada 5 seg, van a hacer que el modo batidora esté activado desde la salida.

Llega el ansiado domingo y sin apenas dormir, a las 4:30h suena el despertador, ponemos rumbo a Santa Pola, y como todos los eventos tempraneros, es divertidísimo ver a los frikis de la noche Vs los frikis del deporte, será cuestión de prioridades...


Aquí, se empieza a ver la fama de esta prueba, 15 colas diferenciadas para dividir a los nadadores según la centena, hacen que el marcado y la entrega de dorsales sea inmediata, de aquí y siguiendo las instrucciones que vía mail, vídeo, o mensaje ha ido enviando la organización continuamente, no dejan lugar a la improvisación, y el embarque en las "Tabarqueras" hace que en menos de 10 minutos nos estemos desplazando a la Isla donde tendrá lugar la salida.

En la bolsa, una boya de seguridad con el dorsal marcará a cada nadador además del habitual dorsal del gorro. Momento cachondeo, en el que los angustias habituales, se ponen a preparar
todo dando el consiguiente caldo a los compañeros, teniendo en cuenta que falta hora y media...

En el viaje, adelantamos un grupo grande de Paddle surf que nos darían cobertura, vamos viendo el marcaje, y ya vamos sintiendo las olas en nuestro interior. Así llegamos algo mareados, y llega el momento del fin de semana. La gente empieza a tirar de pantalones y dejar la ropa de arriba, y los turbos coloridos, muy coloridos o súper coloridos empiezan a hacer acto de presencia, pequeños, súper pequeños o mínimos, bañadores y bikinis tangueros, y todo el mundo llenándose de vaselina, hace trasportar la imaginación, a que las tabarqueras, fueran carrozas, Tabarca, la castellana, y el colectivo de nadadores y nadadoras una comparsa, peña o como se denomine en el día del orgullo gay, vaya tela!

Superado el tórrido momento de la mañana, bajamos a la playa, allí, a cubierto una legión de paddle y kayacs, dos tabarqueras inmensas llenas de familiares, y una playa con más de 1400 nadadores hacen que se te pongan los pelos como escarpias.


Me alucina el esfuerzo de la organización por conseguir mover a tanta gente en tan poco tiempo, con un déficit de tiempo de no más de 10 minutos en la salida. Cuenta atrás y adelante, ahí los más pros enfundados en sus fast, salen disparados, cada uno con su táctica, un minuto largo o dos después, vamos entrando nosotros, abrazo de rigor y nos zambullimos a nadar... que de gente!, y que respeto, increíble, ni un solo golpe, y estas rodeado. Sensación un poco de agobio, doblamos la isla y enfilamos la line de boyas. Boyas de 2x1 verticales, amarillas, con un globo de helio por encima, y un flotador de seguridad cada 50 metros, cada 200, una roja, y cada kilómetro, marcado en una de estas.

Los kayacs y paddle, realizan otra línea, que crean un canal de nado, que siguiendo los llamativos gorros, y las boyas individuales, hacen que la orientación no sea un problema. Toca nadar y disfrutar, praderas de posidonia, rayos de sol irrumpiendo en un mar verde, burbujas alrededor, hacen que reviva momentos olvidados y recuerde el por qué me gustan tanto las aguas abiertas, relax total, y poco a poco llegamos al primer kilómetro en 20´, 22´ al segundo donde una isla flotante hace las veces de avituallamiento, no paramos, vamos bien, se complica la mar, 1h 15´en los 3 primeros kilómetros, ahí cuando las fuerzas escasean, cada vez se pone peor, el mareo hace acto de presencia, y las ganas de vomitar ya serán continuas hasta terminar el día. Seguimos acompasados, brazada a brazada, estirándonos bien, y fuerte de piernas, en el km 4, trago de agua, que provoca el instinto natural de vaciar mi estomago y dar de comer a los peces, que agarrado a la boya, y con un kayac automáticamente pendiente de mi, hace que no suponga problema ninguno a mi seguridad. Seguimos nadando entrando en la playa de Varadero con mar en contra haciéndonos difícil la llegada, pero poniendo pie al fin en 2h 48´, con una matada buena en las lumbares y los ojos a punto de salirse de sus cuentas por la presión de las gafas, pero muy contento por alcanzar los 6000 metros finales.

Carpa gigante, polo, trofeo y toalla de finisher, mas de 30 masajistas, comida y bebida a reventar... efectivamente, es la mejor travesía de España, o por lo menos de las que he estado.

Toca recuperar y con playas de Gijón este sábado, seguir entrenando y cogiendo ritmo para nadar la II de Roquetas de Mar en septiembre y creo que dar por finalizada la temporada, con una cosa clara, como dijo Terminator, ¡VOLVERÉ!

Fdo. Calili

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