POWERADE RACE LEÓN 2017

Suena el despertador, día 2 de Abril, 07:15 de la mañana... desayuno, preparo las cosas y bajo pitando para León en bici, así caliento un poco.
Me encuentro con mis compis de pedales, mientras se preparan aprovecho para calentar un poco y nos dirigimos a la salida. Nos encontramos con varios conocidos y paramos a saludar y sacarnos alguna que otra foto. Estas maniobras hacen que salgamos mucho mas atrás de lo esperado.

Charlamos un poco y aprovechamos para preparar la siguiente aventura gorda, que se disputara en Mallorca. Parece que esto empieza a moverse, salimos despacio damos las 2 nuevas curvas que este año presiden la salida y gassss, a toda máquina hasta enlazar con el grupo de delante.

Primera subida que afronto con Raúl, mucho mas experimentado y conocedor del terreno que yo, me exprime para entrar lo mas delante posible donde el terreno se estrecha, la verdad que conseguimos superar la zona de a uno muy rota sin ningún tapón. acabamos y a sufrir con los continuos sube y baja.

Sin apenas tiempo para respirar nos vemos subiendo Valsemana, en el alto me esta esperando Fer para cualquier eventualidad que pudiera surgir, lo veo y le dejo la ropa sobrante, al hacerlo pierdo la rueda de Raúl, al que ya no veré hasta entrar en meta.

Me toca rodar solo contra el aire y las subidas que cada vez se me hacen mas duras, en el km 50 me empiezo a encontrar bastante agotado y por suerte llego al último avituallamiento, donde bebo lo que puedo, pues había perdido el bote en la primera bajada, y cojo dos geles de Drasanvi sabor limón y ¡Menudo Acierto! revivo y me permite volver a rodar con buenas sensaciones, (nada mas llegar a casa le mando un Whattsap al creador de los geles y le hago saber que me encantan, a lo que me contesta encantado de mi opinión).

Ya sólo queda bajar, pero aquí nadie regala nada intento agarrarme a las ruedas que me van superando pero me es muy complicado poder aguantar esos ritmos endiablados, voy como puedo y consigo, por fin, entrar en Meta y ver un tiempo que me sorprende.

Me tumbo en el césped y el cuadriceps derecho empieza a quejarse, tanto que me cuesta caminar, decido cercarme a los fisios y descubro que allí esta dando masajes nuestro físio Tortuguil, charlamos un poco y de repente llegan mis peques y mi mujer, que me encanta verlos, ahora si masaje, pata nueva y fin de una mañana intensa y feliz.

Se me olvidaba, al terminar cervecitas de rigor, sin eso no seria lo mismo.

Hilario