¿Una carrera con encanto y en el Reino?, ¡¡NOS APUNTAMOS!!
jajajajajaja
Pues a ello que nos pusimos y empezó el día muy bien porque hacía solazo, así que con toda la ilusión a estrenar mi equipación de verano y Mónica su nueva camiseta (también de verano claro).
De camino a la carrera parada a tomar un cafecito y a pasar las hoces de Vegacervera: IMPRESIONANTES para la vista. Subidita del puerto hasta el pueblo y ya se veían muchos coches y corredores rodando para calentar y eso que quedaba casi una hora para la salida (sería que el trail les iba a saber a poco!!).
Aparcamos y directos a por el bonito dorsal que se curraron y de regalo una bonita camiseta, garbanzos, lentejas, alubias y un bote muy chulo de los de antes que se utilizaban para meter las legumbres… una gozada.
Esta carrera fue una pasada por que nos encontramos a gente
amiga de Valladolid, de Palencia, de Zamora y compañeros de cursos de León. Además
de que ya nos vamos conociendo y saludando con otros corredores, y sólo de
vernos de carrera en carrera… parece que ya no somos tan novatos, jajajaja y
eso presta muchísimo, es un ambiente alucinante.
Ya con la equipación puesta y preparados en la salida,
pensamos en los casi 12 kilómetros que tenemos por delante, con un desnivel de
800 metros y con entrada a la cueva de Valporquero. Es flipante y estamos con
ganas de empezar… 5, 4, 3, 2, 1,
salidaaaaaaaaa!!, ¿¿¿pero dónde vaisssss??? que es para disfrutarrrrrr!!,
pues no, la gente sale endiablada y eso que el primer kilómetro doscientos es
cuesta arriba, por un bosque precioso, pero que se hace duro y ahí ya, empieza
la primera selección. Mis amigos poco a poco se van pero yo me quedo con mi
Churri ya que hemos decidido salir a disfrutar a tope. Llegamos al collado,
donde pensamos que termina el bosque y la subida, pero no, aún hay que seguir ascendiendo
más por roca, aunque eso sí, ya se hace más asequible a nuestros gemelos,
jajaja.
Pasado un rato, toca bajada suave pero con muchísimas rocas
sueltas y escondidas entre la vegetación, cosa que nos hace ir más despacio de
lo que quisiéramos, pero la verdad es que el terreno no nos gusto por no ser
muy corrible a nuestro parecer, pero con unas vistas preciosas y el cielo súper
despejado.
Vemos como los corredores se van haciendo una hilera a lo lejos y vemos que nos llega la segunda subida gorda del día, el Pico del Águila, uffffff, era durita y veníamos un poco plof con los gemelos, pero… ¿qué somos? ¿Leones o huevones? jajajaja, ni uno ni otro somos Tortugassss! así que a seguir subiendo despacito y a nuestro paso, jajaja
Ya en la salida nos resulta curioso que en esta carrera la mayoría de los participantes no llevan mochilas o riñoneras con agua y comida… pero nosotros somos precavidos y vamos equipados. En el camino doy agua a una chica que estaba bastante fastidiada, me lo agradece y más tarde me vuelve a pedir, se la vuelvo a dar y… ¡me quedó sin nada! Menos mal que Mónica llevaba la mochila con bastante y nos quedaban sólo dos kilómetros para el avituallamiento.
Somos
unos héroes para esa chica, ya que luego quedó tercera en su categoría y nos lo
agradeció y además qué sorpresa cuando al llegar a meta me entero de que es la
mujer de un amigo mío, jajajaja ¡¡Qué casualidad!! Para compensar, cuando acabó la carrera,
ellos nos dieron unos buenos trozos de empanada casera, los cuales nos supieron a gloria
acompañados del chirizo y la cerveza que ofrecía la organización.
Retomamos la carrera que nos desviamos… Llegamos a la cima del pico y bajada libre, cada uno por donde quiera, jajajaja, sí que estaba marcada, pero era todo por brezos, jaras, etc., etc. Ya con ansias de llegar a la cueva, vemos un refugio a lo lejos y allí está el avituallamiento. POBRE, muy pobre, sólo agua, y encima para mí, mal situado ya que está ubicado en el kilómetro 8 y son casi 12. Debería haber estado bastante antes, pero bueno… la organización manda. Bebemos un poco y entonces sí que el camino es corrible, a topeeeeeeeeeeeeee!! Vamos corriendo y ya se ve a lo lejos el pueblo y el arco de entrada pero queda una bonita bajada con mucha hierba resbaladiza, así que hay que ir con cuidadito para no embarrarse el caparazón.
Cruzamos un pequeño río y TACHANNNN!! la entrada a la cueva de Valporquero. Qué subidón! Los turistas que salían y nosotros que entrábamos corriendo, conos entre medias para no mezclarnos y una animación alucinante, jajaja, seguro que no se esperaban una carrera por acompañándoles en la visita a la cueva. Todos son gritos de ánimo, VAMOS TORTUGASSSS!! Y eso que no conocíamos a la gente pero fue alucinante. Mónica tenía que dejar los bastones a la entrada (estaba prohibido entrar con ellos) y vamos bajando por la cueva: muchos escalones y el suelo mojado, vamos muy despacio y además disfrutamos de la vista, foto aquí, video allá… no quiero que se acabe, pero el juez me dice que haga la rotonda y camino hacia la salida, joooooooooooo!!
Poco a poco y en subida vamos saliendo y viendo la luz… es una pena pero también es una carrera, así que cambiamos el chip en la cabeza y a pasar por el túnel que da acceso a la última cuesta antes de llegar a meta. Ánimos, muchos ánimos de la gente que ya ha terminado y está bajando, todos diciendo: “¡VAMOS TORTUGAS!” Es como si fuéramos los primeros, que subidón, jajaja, pero me da a mí que no lo éramos, pero nos venimos arriba. Cruzamos la carretera y a 50 metros de la llegada, nos cogemos de la mano y pasamos el arco de meta en 2h y 4minutos. No es un tiempazo, pero para nosotros una maravilla… abrazos y besos. Nos esperan amigos arriba, reponemos fuerzas con sandía, melón, palmeritas, bebida y nos toca bajar a la entrega de trofeos y por supuesto, a la chorizada que no queremos perdemos, jajaja.
Vemos como los corredores se van haciendo una hilera a lo lejos y vemos que nos llega la segunda subida gorda del día, el Pico del Águila, uffffff, era durita y veníamos un poco plof con los gemelos, pero… ¿qué somos? ¿Leones o huevones? jajajaja, ni uno ni otro somos Tortugassss! así que a seguir subiendo despacito y a nuestro paso, jajaja
Ya en la salida nos resulta curioso que en esta carrera la mayoría de los participantes no llevan mochilas o riñoneras con agua y comida… pero nosotros somos precavidos y vamos equipados. En el camino doy agua a una chica que estaba bastante fastidiada, me lo agradece y más tarde me vuelve a pedir, se la vuelvo a dar y… ¡me quedó sin nada! Menos mal que Mónica llevaba la mochila con bastante y nos quedaban sólo dos kilómetros para el avituallamiento.
Retomamos la carrera que nos desviamos… Llegamos a la cima del pico y bajada libre, cada uno por donde quiera, jajajaja, sí que estaba marcada, pero era todo por brezos, jaras, etc., etc. Ya con ansias de llegar a la cueva, vemos un refugio a lo lejos y allí está el avituallamiento. POBRE, muy pobre, sólo agua, y encima para mí, mal situado ya que está ubicado en el kilómetro 8 y son casi 12. Debería haber estado bastante antes, pero bueno… la organización manda. Bebemos un poco y entonces sí que el camino es corrible, a topeeeeeeeeeeeeee!! Vamos corriendo y ya se ve a lo lejos el pueblo y el arco de entrada pero queda una bonita bajada con mucha hierba resbaladiza, así que hay que ir con cuidadito para no embarrarse el caparazón.
Cruzamos un pequeño río y TACHANNNN!! la entrada a la cueva de Valporquero. Qué subidón! Los turistas que salían y nosotros que entrábamos corriendo, conos entre medias para no mezclarnos y una animación alucinante, jajaja, seguro que no se esperaban una carrera por acompañándoles en la visita a la cueva. Todos son gritos de ánimo, VAMOS TORTUGASSSS!! Y eso que no conocíamos a la gente pero fue alucinante. Mónica tenía que dejar los bastones a la entrada (estaba prohibido entrar con ellos) y vamos bajando por la cueva: muchos escalones y el suelo mojado, vamos muy despacio y además disfrutamos de la vista, foto aquí, video allá… no quiero que se acabe, pero el juez me dice que haga la rotonda y camino hacia la salida, joooooooooooo!!
Poco a poco y en subida vamos saliendo y viendo la luz… es una pena pero también es una carrera, así que cambiamos el chip en la cabeza y a pasar por el túnel que da acceso a la última cuesta antes de llegar a meta. Ánimos, muchos ánimos de la gente que ya ha terminado y está bajando, todos diciendo: “¡VAMOS TORTUGAS!” Es como si fuéramos los primeros, que subidón, jajaja, pero me da a mí que no lo éramos, pero nos venimos arriba. Cruzamos la carretera y a 50 metros de la llegada, nos cogemos de la mano y pasamos el arco de meta en 2h y 4minutos. No es un tiempazo, pero para nosotros una maravilla… abrazos y besos. Nos esperan amigos arriba, reponemos fuerzas con sandía, melón, palmeritas, bebida y nos toca bajar a la entrega de trofeos y por supuesto, a la chorizada que no queremos perdemos, jajaja.
Vemos la lista de tiempos y sorpresa! Mónica en su categoría
es la 5, que subidón para mí y eso que hoy la ha tocado sufrir bastante. Pero
es muy grande… para la próxima Podium.
Espero volver a repetir el año que viene con más TORTUGAS.
Aitor y Mónica
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