Fin de semana, equipo, compañerismo, buen rollo, diversión, amigos, nervios, comilona, buen tiempo, natación, creo con esta cantidad de factores no puede existir ni una sola persona del equipo que renuncie al plan.
Duro y largo invierno en el que acumulando muchos metros hemos ido mejorando brazada a brazada y aumentando el número de pececillos mes a mes.
Duro y largo invierno en el que acumulando muchos metros hemos ido mejorando brazada a brazada y aumentando el número de pececillos mes a mes.
Como amante de las aguas abiertas, mucha guerra he dado, y mucha paciencia os he pedido para que día a día flotando entre cloro, siguierais dándole caña con el fin de debutar en aguas abiertas. Aguas más oscuras, o a veces claras, las cuales cada día son una sorpresa y nos brindan un espectáculo totalmente diferente a las losetas azules, la T, los virajes, que para el invierno, puede valer, pero cuando estas nadando y las olas juegan con tu cuerpo en un vaivén, muchas veces incontrolable, los peces nadan tranquilamente a tu alrededor, y los rayos de sol, nos deleitan entrando desde la superficie hasta desaparecer en lo más profundo, que me perdonen los amantes del cloro, ozono, y demás inventos, pero nada tienen que hacer, viva la sal…
El equipo, marca como objetivo el fin de semana del 11-12 de Julio y la idea es realizar las dos travesías que organizan en el Principado, aprovechar el viaje, pasar el fin de semana en la playa, y disfrutar de la experiencia.
La primera cita es en Celorio, al lado de Llanes en una travesía ya consagrada en la que hay dos distancias, 2300 y 1300. En la primera habría que rodear los dos “Castros” y en la más corta solo uno.
Con buen criterio, todos los pececillos salvo Hugo probarán en la corta y luego ya se verá y Hugo en la larga conmigo. La idea es que una vez salga, meterme con los de la corta aportando confianza y ayudando en lo que se pudiera, y sumando metros en el plano individual aunque finalmente no pudiera ser.
Con todo el chiringuito preparado, casi sin darnos cuenta ya estamos calentando en las frías aguas del Cantábrico. Pasamos control de salida y nos situamos debajo del arco de salida, preparados para empezar.
Con el bocinazo, dejamos salir a los que van a disputar la travesía y nosotros a lo nuestro que es terminarla y a ser posible disfrutando. Los principios, nunca fueron fáciles, costándonos entrar un poco, y sobretodo coger el ritmo para enfilar el primer Castro, cuando lo conseguimos, se nota donde estamos, y el mar, por momentos se encarga de recordárnoslo por si acaso se nos olvida. La paliza es considerable, el meneo te hace perder el control totalmente, aun así te deja avanzar, y ese bamboleo, a mi se me hace bastante divertido. Hugo tiene algún problema con el desayuno, y ya se sabe, mejor fuera que dentro… superado el problema y dejando comida a los peces para el fin de semana, nos vemos detrás del segundo Castro y casi enfilando el segundo, para una vez girado, apretar los dientes hacia la meta como que no hubiera mañana.
Con el bocinazo, dejamos salir a los que van a disputar la travesía y nosotros a lo nuestro que es terminarla y a ser posible disfrutando. Los principios, nunca fueron fáciles, costándonos entrar un poco, y sobretodo coger el ritmo para enfilar el primer Castro, cuando lo conseguimos, se nota donde estamos, y el mar, por momentos se encarga de recordárnoslo por si acaso se nos olvida. La paliza es considerable, el meneo te hace perder el control totalmente, aun así te deja avanzar, y ese bamboleo, a mi se me hace bastante divertido. Hugo tiene algún problema con el desayuno, y ya se sabe, mejor fuera que dentro… superado el problema y dejando comida a los peces para el fin de semana, nos vemos detrás del segundo Castro y casi enfilando el segundo, para una vez girado, apretar los dientes hacia la meta como que no hubiera mañana.
Una vez fuera, los efectos de un agua bastante fría, sumado a un ritmo bajo, nos hace que salgamos congelados. Hacía tiempo que no me ponía azul, y no controlaba el castañeo de mandíbula durante más de media hora…
En este estado, lo mejor fue no meterme a nadar la corta, y tampoco hizo falta ya que los pececillos parecía que llevaran haciéndolo toda la vida. La cara de susto inicial, se vió cambiada por una sonrisa gigante al ir saliendo del agua… Anita, Conchita con Alejandro, Antonio, Aroa, Oscar, Inma, Laura y Manu, que pena que no os vierais las caras, no puedo por menos que hartarme a daros voces y disfrutar el momento con vosotros, que bien pececillos!
Contando batallitas varias, nos vamos enterando que hemos tenido a Ana como 2ª y Conchita y Aroa como 3ª, y nosotros agarrados a los ganchitos y la mahou, si es que hay cosas que nunca cambiarán.
Todo estaba por salir perfecto, así que hasta el tiempo era bueno, día de playa perfecto, para que los pezqueñines disfrutaran del día y las familias vieran que esto de las aguas abiertas merece la pena .
Rumbo a Avilés, y una vez alojados, no puedo continuar la crónica sin hacer mención al Pixín, los escalopines con cabrales y el bonito del que dimos buena cuenta para reponer fuerzas y que acompañados por alguna que otra botella de sidrina, nos hizo pasar un rato tan bueno o más que el de la playa.
El domingo, amanecía nublado y con la incertidumbre de participar en una prueba con no muy buena fama en lo que a organización se refiere. No fue tan caótica y al final también la disfrutamos realizando en esta ocasión 1600 m y terminando de meter el gusanillo a nuestros nadado@s, ya que al finalizarla, las mentes corrían solas en busca de nuevos retos. La nocturna de Begoña, Navia, Sanabría, creo que conseguí el objetivo. Mención a Carlos y Silvia, nuestros dos últimos fichajes, aunque creo que con la infraestructura que teníamos montada y los filetes de pollo empanado, era imposible que no ficharais…
Próximo objetivo, Playas de Gijón, 4000 metros por delante sin neopreno, y a menos de 10 días del objetivo del año, Desafío Playa de Llanes… que alguien reparta suerte,
A ENTRENAR!
Fdo. Calili
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