Fin de semana extraño, y digo extraño por no decir otra
cosa. El sábado, inscrito en el Triatlón olímpico de Lantadilla, decidí no ir
al no estar recuperado de los estragos que mis músculos, en especial los cuádriceps,
habían sufrido en la Villalfeide - Polvoreda. Por lo tanto, espantada, o mejor
dicho, escuché mi cuerpo, y aprovechamos a ir avanzando kilómetros y pernoctar
en Villaviciosa de cara a la travesía del domingo.
La mañana del domingo, difícil. Te enteras que cuatro compañeros han sufrido un accidente que puede
resultar bastante grave, y uno de ellos, puede ser un intimo amigo…tras la
confusión inicial, conseguimos hablar con él, estaba en casa, pero se cumplen
las peores expectativas, y 3 de los 4 componentes del GREIM de León y UHEL
León, han sufrido un accidente mientras cumplían con su deber. Nudo en la garganta,
y ya el cuerpo cortado, al ser gente muy cercana, con la que muchas Tortugas
compartimos momentos laborales, de una u otra manera, hasta siempre compañeros.
Entre llamada y llamada, nos colocamos en Gijón en la Playa
del Arbeyal, lugar donde se desarrollaría la travesía, penúltima del Calendario
Asturiano, con 1400 metros por delante, en una playa, que personalmente no
conocía, pero que me parece que no será la última vez que lo haga.
A la travesía, acudía con uno de mis Pececillos favoritos,
Bea. Compañera de fatigas en todos y cada uno de los entrenamientos del larguísimo
invierno, y el “cálido” verano. Era su debut, y la travesía llevaba tiempo
planificada de cara, a que fuera una distancia apropiada y que la quedaran ganas de repetir.
Tras coger el gorro, y ser pintarrajeados en el brazo con el
dorsal, entramos a calentar un poco y el agua estaba a una temperatura ideal,
tenía buena pinta.
Puntuales, y entre pocos nadadores, sobre 50, a las 18:00,
daban la salida, y los más pros, a la carrera entraban al agua para salir a
reacción. Nosotros, con todo estudiado, salíamos a nuestra bola, tranquilamente
y con rumbo de crucero a buscar la primera boya a unos 200 metros, haciendo la
playa entera. En paralelo, tuvimos algún problema, ya que en un momento, al
adelantar, y ser adelantados, parecía que podían hacer que nos perdiéramos,
pero pasando ese momento, ya pudimos seguir a lo nuestro.
El día espectacular, solecito, pero sin calor, el agua,
fresca al entrar, pero los 20-21º, ideales. Se veía el fondo, cosa que ayuda a
que pasen los metros, y por poner alguna pega, el oleaje, que nos meneaba de un
lado a otro y hacia que de vez en cuando echases un trago de agua salada, puagh!
Al doblar la primera boya, teníamos la distancia más larga,
unos 600 metros a una gran boya amarilla, la cual llego pronto, casi sin darnos
cuenta, para girar hacia el espigón y rodearlo para afrontar la recta de meta. En
este, nuestros incondicionales, Laura, Nieves, Ara y Batu, a los cuales al
escuchar el ya mítico, “Vamos Tortugas” no puedo por menos que saludar.
Últimos metros, y haciendo caso a consejos “post avería”
hasta que las yemas de los dedos no rozan la arena, no nos incorporamos. Abrazo
y reto conseguido! Y lo mejor, que quedan ganas de repetir!
GO TORTUGAS GO!
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