Acabamos de empezar la temporada de running, es hora de
estrenar zapatillas nuevas y surge la gran duda: ¿Qué zapatillas me compro?
Correr es un deporte de impacto, cada zancada que damos
repercute en todo nuestro cuerpo. Tus zapatillas idóneas tienen que ser capaces
de amortiguar bien esos impactos. Sucede en muchas ocasiones, que en el
transcurso del uso de un par de zapatillas, comienzan a aparecer molestias e
incluso lesiones, por una mala elección de las mismas. Por ello, a la hora de
elegir unas zapatillas para correr deberemos tener en cuenta cuatro premisas
fundamentales antes de dejarnos llevar por su parte estética.
- Nuestro
peso.
- Nuestro
tipo de pisada.
- Tipo
de superficie por la que vamos a correr.
- Nuestra
talla.
· Tanto el peso como el sexo son dos factores fundamentales
a la hora de decidirnos por unas zapatillas u otras, porque suele haber
diferencias de hormas, tallas y colores, entre los mismos modelos de hombre y mujer, debiendo elegir el modelo
siguiendo los parámetros de estabilidad, amortiguación, flexibilidad y peso de
la zapatilla, teniendo en cuenta que a mayor grado de protección, mayor peso.
Si llevas unas zapatillas con poca amortiguación en relación a tu peso, tu peso
y la acción de correr harán que los materiales pierdan sus propiedades antes y
necesites cambiarlas en menos tiempos, de otra manera aumenta el riesgo de
lesiones.
Hay tres tipos de corredores en función de la pisada:
Pronador, Supinador y Neutro.
Durante la carrera, en la pisada del
pie se distinguen tres fases:
Primero, una de impacto, en la que el talón choca con el suelo,
una segunda, de apoyo, donde la planta del pie está en contacto con el suelo y
una tercera fase, que es la impulsión, cuando
los dedos provocan el desplazamiento.
La pronación, es una
característica natural del pie, con la que el cuerpo se defiende y que se produce
en la segunda fase. Cuando esta pronación se produce de una manera excesiva,
hablamos de corredor pronador. La supinación
es la reacción contraria, “hundimiento” hacia el exterior, con una ausencia o
disminución del efecto de pronación fisiológica y la pisada neutra es en la que no se produce
ningún hundimiento excesivo del pie, siendo el eje del desplazamiento lineal,
con una disminuida pronación natural.
Entre el 50 y 60% de los corredores, padece sobrepronación, aproximadamente el 40% de los corredores posee pisada neutra y un 10% son supinadores.
¿Cómo saber qué
tipo de corredores somos? No siempre los pies en posición estática se
suelen comportar como en el movimiento al correr, dándonos la huella plantar
una primera impresión de cómo puede comportarte ese mismo pie en movimiento.
Por ello el estudio del tipo de pisada ha de hacerse en movimiento, y si es
posible corriendo. Aunque lo que
realmente nos va a dar la información para saber qué tipo de corredores somos
va a ser el análisis de las
zapatillas usadas.
· Por último a la hora de seleccionar las zapatillas
tendremos que comprobar el ancho de estas. Lo ideal es que el ancho de las
mismas en la zona de los dedos nos permita mover el pie un poco de un lado al
otro sin sentir presión, debe quedar un
espacio de unos 3 a 5 mm a cada lado del pie y unos 7 a 10 mm en la puntera del
pie, ya que éste puede aumentar un poco de tamaño durante las carreras. Es
aconsejable comprar las zapatillas por la tarde pues el pie ha dilatado con el
paso del día y llevar puestos los calcetines con los que correremos. Además
deberemos de prestar atención al tipo de atadura que hacemos, que dependerá de
la altura de nuestro empeine para conseguir que las zapatillas nos sujeten el
pie correctamente sin causarnos lesiones.
Bueno, pues después de todas estas consideraciones llega la
hora de gastarse la pasta, teniendo en cuenta que no siempre las zapatillas más
caras o que por su estética exterior nos parezcan las más chulas, son las que
mejor se adaptan a nuestro pie.
Un saludo, Santi.
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