Como ya ha contado Santi en su crónica de la nocturna, solo deciros que las Tortugas allí donde vamos nos hacemos notar y eso que solo éramos cuatro, jajaja.
La nocturna fue una maravilla de paisaje, ¿que como lo sé si era de noche?, eso se intuye y más notando en tus pies ese recorrido de bajada y su gran subida, menos mal que calentando con Santi ya vi lo que me esperaba de cuesta arriba.
Nos levantamos el domingo muy animados pero es verdad que con las piernas y el cuerpo un poco de aquella manera… el esfuerzo siempre me pasa factura, pero no valen excusas así que toca ponerse la ropa tortuguil y dirigirse a la plaza Mayor de Fermoselle, donde ya íbamos viendo muchas caras conocidas… y eso es lo que hace grande a este deporte… seas del equipo que seas, siempre un buen abrazo y una gran sonrisa.
En la salida ya preparados, Santi se pone en buenas posiciones delanteras. Va a hacer la de 10 km y seguro que sale a fuego, jajaja. Nosotros vamos a hacer la de 23 km con 1100 de desnivel positivo. Saldremos a disfrutar y acabarla, además Mónica lleva un tiempo sin entrenar demasiado y eso que nos llega en poco tiempo la Transilvania 30km, jajajaja y yo no estoy en buena forma, solo entrenamos y no mejoramos, pero como dice un amigo mío “Dios solo me dio ojos bonitos” lo de correr se lo dio a otros, jajajaja.
Salida por las calles de Fermoselle, vuelta a la iglesia y empieza la bajada hasta casi el mismo río. Todo va muy bien hasta que descerebrados que creo que no se les puede llamar corredores, te empujan adelantándote por encima de ti, incluso pisándote, les llamas la atención y encima se sienten indignados. Llamada de atención corredores: SI VAS A GANAR, SAL DE LOS PRIMEROS Y RESPETA A LOS DEMAS CORREDORES!!.
Nos centramos en la bajadita rápida y preciosa disfrutando también de las vistas. Uno de los bastones no se abre y me toca cargar con él toda la carrera y claro, Mónica solo va con uno, lo que hace que no vaya muy a gusto. Yo como dice Moni, se me nota cuando no voy bien y en este caso así es, voy sufriendo y con las piernas como varas de avellano, uffff, intento recupérame pero creo que va a peor, nos quedan todavía unas 3 subidas y una de ellas, la última, la más larga, pero recuerdo que soy Tortuga, lenta pero fiable.
Mi Churri parece un tomate reventón en la subida y yo voy reventado, jajajaja pero entre los dos nos vamos dando ánimos. Gracias a los avituallamientos, en los cuales que tenían de todo aun a pesar de ir en la cola del grupo, pudimos descansar y recuperar fuerzas… aún me viene a la mente esa bota de vino bien fresquito uhhhhh!!!! (Y por cierto, no sería el último trago de bota que di en la carrera, jajaja).
El recorrido es por unos paisajes alucinantes, cierto lo de los Arribes Ocultos, tendríamos que venir mas y dar a conocer estas maravillas…. nosotros volveremos el año que viene a este evento, pero sin duda a reconocer en más ocasiones este fantástico paraje.
Por la orilla del rio íbamos a nuestro lento paso y eso que a nosotros mismos nos parecía que íbamos a mil, que ilusos somos, jajaja. Empezamos a ver senderistas y yo que iba como podía me paré frente a uno y le dije, te cambio mi bastón por tu bota de vino!! Y así fue, tiré de bota al cielo y dejé regar mi garganta hasta el fondo… ¡¡que gustazoooooo!! pero claro, me devolvió el bastón y me pidió la bota, jajajaja. Poco a poco llegamos al km 18, avituallamiento del puente que es donde empezaba la última subida y allí nos encontramos a Coque, un fiera de los trail, solo que esta vez le estaba de voluntario, eso sí, nos dio lo mejor de lo mejor, barritas, bebidas, su alegría y ánimos para afrontar los últimos kilómetros. Justo cuando vamos a salir del avituallamiento llega una corredora y el escoba, uffffffff que bajón y que presión ya que nunca quieres llegar el último, así que tocaba darlo todo… y vamos que lo dimos, de hecho adelantamos a tres corredores más, jajaja ya por las calles del pueblo y como siempre en su tónica, Mónica le pone más ritmo a sus piernas y la tengo que parar los pies jajajajaja, más que nada porque entraría sola y yo atrás, ya que hoy tocó sufrir más de lo normal.
Nos esperan en meta Ana y Santi y unas cervezas con el cortador de jamón que había puesto la organización… madreeeeeee casi no me separo de él, jajajaja, eso me dió la vida y un besazo de mi gran compañera de carrera, MI CHURRI.
Volveremos Arribes Ocultos, te buscaremos pero de mientras disfrutaremos de los productos
típicos de la estupenda bolsa de corredor.
Aitor.
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