Y es que no levantabas mucho más de lo que levantan estos dos, y poco a poco fuiste creciendo a nuestro lado. Entre carreras, montañas, viajes y bares, ahí te tocó aguantar estoicamente las chapas de tus padres y sus colegas. Que frio chupábamos en los "crosses" y ahí llegabas siempre echando una sonrisa, sin levantar ruido y sin protestar.
En nuestros principios, no tardabas en calzarte las zapatillas y darlo todo en chupetines, prebenjamines... de hecho las primeras subidas al cajón del equipo fueron tuyas, y nosotros desde abajo, celebrándolo por todo lo alto, apuntabas maneras.
Con una vida en la que te ha tocado viajar más de la cuenta, y saber lo que es no tener a tu Padre todas las noches en la habitación de al lado, o a tu madre dando un ejemplo de sacrificio estudiando hasta el último momento, has tenido un ejemplo continuo de todo lo que España exige a sus servidores, por lo que el premio, al esfuerzo, trabajo y entrega, no puede haber llegado a nadie mejor...
Has conseguido un sueño, el de todos los que amamos el deporte, dejar de representar a tu equipo, por representar al de todos, por lo que ahora te toca, trabajar más, estudiar más, ser más constante, estar más centrado, hacer más caso a tus padres, tener fe ciega en tus entrenadores y seguir siendo todo lo que desde niño has sido, un tío de la ostia, y los momentos inolvidables, vendrán de la mano,
¡ Enhorabuena Carlitos!, por que aunque cuando vistas de rojo y amarillo, seas Don Carlos, para las Tortugas, siempre serás Carlitos, ¡disfruta el momento!
Fdo. Calili
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