Si esta carrera tenía fama de dura en sus ediciones anteriores, con un trazado ampliado al de
sus orígenes, este año los corredores hemos podido llevarnos la palma, con el factor calor,
haciendo mella en todo el colectivo que tomamos la salida.
En principio, íbamos a reunirnos Victor, Alfredo y el que suscribe, pero Alfredo causa baja de
última hora por lesión, que le impide estar con nosotros en carrera; en su lugar, pero sólo
como “supporter”, estuvo Diego para animarnos en las cotas mas altas y más duras de carrera;
gracias Diego.
El trazado de esta carrera, tiene 3 partes bien diferenciadas, que si no las gestionas con
cabeza, te quedas fuera, o bien por los tiempos de corte, que al ser una carrera del
campeonato de CYL, no son excesivamente holgados, o bien porque se te acabe la gasolina y
no dosifiques tus fuerzas para todo lo que te va viniendo por delante.
La primera parte, son casi 16 kms, en la que en los 8 primeros completas un bucle con regreso
a la salida, corriendo por zonas de bosque, con sombras la mayor parte, pendientes asequibles
y en la que las sendas te permiten llevar buen ritmo y el estado de las mismas es hasta bueno.
El segundo bucle de estos 16 kms, los siguientes ocho, transcurren por sendas más abiertas,
con pocas sombras y más desniveles. Aquí empezamos a notar el calor de manera
preocupante porque la temperatura a partir de las 10 de la mañana está subiendo rápido. Esta
parte hasta completar los 16 kms, es suficiente para cansarte, perder bastante liquido y perder
hasta la bravura para lo que viene, como se va a ver después.
Del kilómetro 16 en adelante y hasta el 20, tenemos por delante un desnivel sin pausa de
1.000 metros, sin anestesia, que es lo que hace peculiar a esta carrera, y que, o por
desconocimiento de lo que realmente supone, o por exceso de confianza, o de preparación
mínima adecuada para una ascensión tan larga y continuada, puede dejar fuera a muchos
corredores, como así fue.
Mi forma de encarar carreras de cierta distancia como esta, y más con tiempos de corte
acechándote, es ir con la calculadora encendida todo el tiempo, por una parte porque me
entretiene y por otra me da la tranquilidad de apretar en los tramos que se me dan mejor o
descansar donde voy mas rilado, y siempre con el fin de correr riesgo “0”,sin lesiones,
caídas,etc.., ya que me gustaría seguir activo muuuuchos mas años en esto y disfrutándolo.
Comienzo la subida del Correcillas al “tran tran”, sin pausa, pero suave, con el objetivo que al
final consigo, de ganar 15 o 20 minutos al tiempo de corte en la cumbre. Desde el principio de
la ascensión y hasta la cima, comienza una procesión de abandonos, con más gente bajando
que subiendo. El calor es terrible, las moscas nos comen y la subida, es mucha subida, y mucha
gente en los 16 kms anteriores se ha dejado lo que traían, para correr un par de horas,y ya, y
para lo que viene ahora por delante, necesitas ¾ de depósito disponibles para no sufrir más de
lo necesario.
Si la subida tenía lo suyo, la bajada para mi fue peor, con mucha piedra suelta y grande,con
desnivel es serios, en los que te podías ir fácilmente y hacerte daño de verdad, con lo cual, a
partir de ese momento, y con el tiempo de margen que llevo, aflojo todo lo que puedo por mi
seguridad y para los 7 kms aproximadamente que tengo por delante y a pesar de que entre el
kilómetro 20 y el 24 casi no se puede correr, busco el ritmo que me permita entrar por debajo
de las 5 horas en meta.
A pesar de estar en el último tramo de carrera, aquí se empiezan a ver los abandonos más
severos, caídas fuertes y pájaras con desplome incluido y con el 112 al rescate monte a
través… que mal rollo cuando se ven estas cosas.
Finalmente, y deseando terminar, que aunque la ingesta de líquido fue por litros, la pérdida
debió ser incluso superior, y 3900 calorías se quedaron por el camino, cruzo la meta en 4,59h
exactos, con el objetivo cumplido y la promesa de no volver a correr aquí con 30 grados un 14
de agosto.
Mención especial y felicitación a los organizadores de la carrera y a los voluntarios/as,
impresionante despliegue, con más voluntarios que corredores y mejor trato y atención
todavía. Un diez, gracias a todos y cada uno de vosotros y al pueblo de Villalfeide volcado con
la carrera.
En cuanto a la parte numérica y estadística de la carrera, hacer mención de algunos datos, que
llaman la atención; en cuanto a la participación, tomamos la salida sólo 139 corredores, de los
300 dorsales disponibles, quizás la fecha no es la mejor, quizás el calor en esta fecha no es el
mejor, quizás la carrera es mucha carrera y sumado a los dos factores anteriores, la dejan más
limitada en participación porque asusta un poquito…y con razón.
El número de abandonos y descalificados fue de 35 sobre 139, es decir, un 25%, que puede ser
alto si no se entra en más valoraciones, o bajo, viendo como terminaron muchos corredores, a
pesar de que más de la mitad de la parrilla de salida eran “gallos” con buen palmarés.
Enhorabuena a mi compañero Victor, bajando de 4 horas; pero no era menos, porque corría en
casa, en su lugar de entreno y la podría haber hecho hasta de noche en menos tiempo.
Si pensáis realizar este carrera en sus próximas ediciones, pisad el terreno antes, Villalfeide-
Polvoreda no es una carrera convencional, es única.
Juanjo
Club de running, trail running, duatlón, triatlón, ciclismo, natación en aguas abiertas y todo lo relacionado con el deporte, desde la amistad y el buen rollo, porque aunque llegues el último en una prueba, siempre tendrás por detrás a los que no se atrevieron a correrla.
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