Quedamos a tomar café, Aitor, Calili, Jose, Víctor, Diego y yo, todos super monos con nuestras equitaciones. Nos falta Henar, que tras una larga noche de trabajo, se une a nosotros directamente en Pola de Gordon, y también nos acompañan Cris y la pequeña y simpática Graciela. Nos ponen un montón de dulces, si me pilla en otro momento los devoro, pero con los nervios, apenas me entra uno (¡qué rabia! con la buena pinta que tienen, o ¡qué bien! eso menos que me pesa para subir jajaja). Aquí ya empezamos a divagar y a intentar intuir cuál es el pico Fontañán y por donde subiremos…
Llegamos a Pola, de momento no hay mucho jaleo pero poco a poco el ambiente va mejorando. Vamos a por nuestro dorsal, y a Víctor le dan… ¿uno de andarines? Jajaja es el único diferente al resto, así que se acerca a preguntar para ver si estaba bien. Todo correcto, pero vaya susto ¿eh?
Seguido nos vamos a poner nuestros atuendos, y hoy además
estreno mallas. Toma! Toma! y verdes corporativas, para que no se diga…
Preparados en la línea de salida, unos 150, y todas las tortugas formando piña y tarareando nuestro grito de guerra. Termina la cuenta atrás y comienza el trail. Prácticamente desde línea de salida y salvo unos cientos de metros el camino va tirando hacia arriba con pocas zonas para tener un corto aliento hasta la cumbre del Fontañán. Al poco de salir, entramos ya en zona de bosque (menos mal que casi toda la subida es por sombra porque menudo calor y eso que ya estamos a mediados de Septiembre). De momento vamos relativamente agrupados (claro que no veo la cabeza del pelotón, igual ya están en cima… jejeje) y en fila india, el senderito no da más de sí. El camino es realmente bonito, bosque de robles y hayas que sin duda merece la pena una visita aunque sea un día sin carrera. Vamos avanzando en los kms y ya me voy quedando sola… pero no importa, yo a lo mío. Un grupito de gente va delante de mí, y algunos trozos se animan a correr. Yo decido que no, que mi estrategia es ir subiendo a paso ligero y constante, sino, quizás pierda más tiempo en recuperar ese sobre esfuerzo. Veo el primer tronco caído en el camino, mi primer pensamiento es saltarlo, pero me acerco y me digo: “¿Dónde vas? Si ya no tienes fuerzas, tía lista”, así que lo rodeo. Ya el resto ni dudo, repito jugada. Seguimos avanzando y me encuentro con una rama a la altura de la cabeza, me agacho y genial, pero al levantarme no me doy cuenta y otra rama a la misma altura, así que esta vez me la zampo enterica y ramazo que me llevo, pero sin consecuencias. De repente giramos y dios!! Vaya rampa me encuentro, me acuerdo del track y me digo, vale, esto ya es llegando a la cima, pero madre!! Está empinado de narices, todo son hojas secas y tierrilla, pero menos mal que está seco que sino eso sería un auténtico tobagán. Últimos metros para llegar al Fontañán… Miro hacia arriba y veo a Henar, pero no tengo fuerzas ni para darla un buen grito y animarla. Avituallamiento, trago de agua y recreación con las estupendas vistas que tenemos en un día tan despejado.
Tramo de enlace por el cresterío, en teoría, hasta otro collado… pero no, nos cambian el recorrido y nos hacen subir también al pico Miezca que en un principio se rodeaba. Madre… otra “rampita”, “qué bien”… pero no importa, ahora ya sí, desde aquí prácticamente todo es bajada. Además ahora me encuentro con Henar, y ya vamos compartiendo camino… Empezamos a bajar el Miezca por un trozo realmente incómodo, y de repente no sé como, me veo en el suelo, un buen caderazo (que no culazo). Por unos segundos me muevo en el suelo analizando si todo está bien. Me pongo en pie, y pienso que todo quedará en algunos moratones que se pasarán en unos días.
Segundo avituallamiento, más agua, que calor hace, y eso que
de vez en cuando, muy de vez en cuando, viene algo de aire. Ahora me acuerdo
que en la subida, a la sombra de los árboles, me iban molestando las dichosas
moscas, pero jolines, en estos momentos, cuánto las echo de menos….
Parece que no avanzan los kms… ya se van haciendo un poco
pesados y hay ganas de terminar. Además por un par de veces que pasábamos por
zonas de voluntarios nos informan de que nos quedan 3 kms, ¿estaremos dando
vueltas en círculo y no nos hemos enterado? jejeje A Henar la huele a filete,
¿será que está pensando en la comida que nos espera? ¿o quizás las barbacoas
del pueblo que ya se va acercando…?
Se acerca el final y allí están el resto de tortugas para
recibirnos: ole, ole y ole. Ya en la línea de meta, entramos triunfales y nos
fundimos en un abrazo. ¡Reto conseguido!
Ahora toca duchita y riquísimo homenaje gastronómico, que por supuesto, nos lo hemos merecido.
Hoy me lo he tomado con otra filosofía y he decidido
disfrutar de la carrera, pero de mi carrera, “sin preocuparme” de lo que pasaba
a mi alrededor, y la verdad es que ha sido un acierto porque lo he dado todo y
he sufrido, pero no me he agobiado como en otras ocasiones y he vivido este
trail de forma distinta, muy distinta, y me ha gustado… ha sido una ruta
durilla, pero muy bonita, perfectamente señalizada y con voluntarios que
continuamente te animaban y gritaban para transmitirnos sus fuerzas.
Nada más que decir, simplemente, dar las gracias a nuestro
gran equipazo por el estupendo día vivido.
Nos vemos en la siguiente Tortugas!!
Mónica
Tomaaaaaaaaaaaaaa!!, que genial ademas de haberlo pasado en grande, jajajaja, "huele a filete", pero en que pensabassss?, Cada dia vas a mejor Tortu, sigue asi.
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