I CARRERA POR MONTAÑA MATALLANA DE TORÍO

Se presentaba como una propuesta diferente en muchos aspectos, ya que hoy en día es difícil encontrar gente que haga algo por amor al arte, sin buscar un beneficio económico en ello. Pues bien en esta carrera la inscripción era gratuita, y no por ello hubo menos atenciones al corredor. En segundo lugar no era una carrera especialmente dura, de esas que están tan de moda últimamente en las que parece que si el recorrido no es radical ya no molan. En este caso era una carrera media montaña como decía la propia organización. Eran 20 km prácticamente corribles al 100%. Tampoco era una carrera masificada y el número de participantes se limitó a 150 por lo que no hubo agobios en la salida.

Por eso, con la ilusión de siempre, Alfredo y yo nos dirigimos a Robles de la Valcueva en una fría mañana de un día otoñal que se prometía ser esplendido. Muy buen ambiente en Robles, con un montón de gente conocida, habituales de las carreras por montaña. Después de un buen calentamiento, imprescindible para no pasar demasiado frío al principio, nos dirigimos a la línea de salida. Nada más salir, después del petardazo inicial, justo a la salida del pueblo empezaba la primera cuesta, que ya fue colocando a cada uno en su sitio. Alfredo- que corría en casa- y yo como siempre salimos juntos y como siempre también yo me adelanté ligeramente en la subida y el me pilló y me pasó en la bajada a toda máquina. Esta primera parte de la carrera discurría por pistas anchas y totalmente corribles por unos bonitos bosques de roble. Tras la bajada, no demasiado técnica, aunque con algunas piedras en el camino, volvimos a juntarnos hasta pasar Pardavé y comenzar la que sería la subida más larga del día. Aunque tampoco era demasiado dura, me propuse hacerla entera corriendo y poco a poco con calma fui adelantando corredores, algunos de los cuales recuperarían sus posiciones en la bajada, entre ellos Alfredo, nos juntamos ya casi al final de la misma y fuimos juntos el tramo llano entre el Km 11 y el 15. Esta fue curiosamente la parte que más larga se nos hizo, a pesar de no tener desnivel, pero el helado viento de norte que nos pillaba de cara nos hizo bajar el ritmo a medida que pasaban los kilómetros.

Ya en Matallana y tras un fugaz paso por la vía badalla comenzamos la subida más dura del día que además contaba con un par de “engaños” en los que cuando ya piensas que va a ser todo el rato hacia abajo te encuentras con un repecho. No hay carrera que no te guarde una sorpresa al final cuando ya vas confiado. El primero de esos repechos era la cuesta conocida como El Calero, un prado con mucha pendiente en el que ya sí que era imposible correr. Antes del segundo de los repechos no vi las marcas y ya tiraba de frente cuesta abajo cuando Alfredo, que estaba a punto de cogerme -como en todas las bajadas- me avisó y volví al camino. Desde allí y ya fuimos juntos por un tramo con escobas primero y matas de roble buscando las marcas para no perdernos porque en esa parte no había camino. Desde allí hasta el final “a fuego” a ver si conseguíamos bajar de 2 horas. Objetivo cumplido a pesar del penalti de libro que una piedra le hizo a Alfredo y que sólo le costó algún rasguño, afortunadamente fue en la parte más mullida en la que había más hojas de todo el recorrido.

Se trata por lo tanto de una carrera de media montaña, no demasiado dura ni física ni técnicamente, al alcance de cualquier amante de las carreras y de la montaña y muy recomendable para todos los que se estén iniciando en el mundo del trail running. Una muy buena primera edición, bien organizada y con comida final para los más rápidos…en apuntarse. Seguro que repetiré en futuras ediciones….si pillo dorsal, que la cosa cada vez es más complicada.

Victor