La mañana amanecía soleada en el reino, aunque un poco fría, pero todo apuntaba a que iba a
ser un buen día de carrera. Lo primero de todo fue quedar antes con algunas de las tortugas
para ir en un mismo coche hacia Boñar (éramos Henar, Raúl y yo). Una vez llegamos, era hora
de cambiarse y calentar, justo antes de empezar nos encontrábamos ya con Marilo y más tarde
con Pedrito y Santi.
Lo primero era reconocer un poco el circuito (yo no estuve el año pasado, pero este, las
condiciones del circuitos no podían ser mejores, con lo único que te podías mojar era con el
rocío mañanero), desde la línea de meta una recta nos conducía hasta el primer tramo del zig-
zag, las curvas eran bastante cerradas y los maderos en el suelo no facilitaban el correr, aún
así, había que tener mucho cuidado al principio ya que al ser tanta gente se formaba un poco
de tapón, pero hay que reconocer que ese tramo daba mucho juego. Lo peor al principio era
coger las curvas muy cerradas, pero posteriormente opté por cogerlas un poco más abiertas, lo
que me permitió continuar sin frenar y con un ritmo lo suficientemente ágil para arañar alguna
posición. Finalizada esta parte, daba paso la arboleda, que comenzaba con un montículo de
tamaño considerable y que a mi modo de ver era mejor coger del tirón, al igual que para bajar,
y continuaba con algún montículo de menor tamaño hasta que volvíamos a enfilar de nuevo la
recta de camino a la meta. En si el recorrido no era complicado, pero había que andarse con
mil ojos para ver donde pisabas.
He de reconocer que la primera vuelta y parte de la segunda se me hicieron durillas, sobretodo
en algún momento cuando gritaba para dar ánimo a mis compañeros y me acababa quedando
yo sin aire. Tal era la fatiga, que en la tercera vuelta al cruzarme con Raúl, basto un
levantamiento de pulgar por parte de ambos para que mediante una conexión supiéramos que
queríamos decir… “Aprieta un poco, que te están dando caldo en la meta”.
Aun así, esta carrera me ha dejado muy buenas sensaciones y me ayuda a ir aprendiendo cada
día una cosa nueva. Como el empezar mínimo hacia la mitad para poder mantener así bien la
posición, intentar siempre tirar un poco mas de ti (siempre con cabeza claro está), y que arañar
un par de posiciones aunque parezca poco, puede acabar siendo mucho. También tengo que
agradecer a todos por los ánimos, las palabras de aliento y el apoyo, tanto hacia mí como hacia
los demás, pienso que es algo que nos caracteriza como equipo y que jamás deberíamos
olvidar. También agradecer a Ana de igual manera por los ánimos y por las fotos que con su
cámara captan cada uno de esos momentos tortuguiles.
Juveta
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