Tengo que decir que me animó al ver a Marcos apuntado y oírle decir que era una pasada, y claro, como me caliento muy rápido (esto es top secret jajaja) me apunté… y quería que Mónica también la corriera ya que Sonia estaba apuntada a la de 21 km, aunque al final por distintos motivos ni una ni otra disputaron la carrera … No pasa nada, seguro que habrá más oportunidades.
Pasamos el puente por la zona de Buitrago de Lozoya, Montejo del la Sierra, La Hiruela… zonas que nos gustaron mucho y que siempre se aprende algo… ¡¡QUE FRIIIIIO HACE EN LA SIERRA JAJAJAJAJA!!
21 km por delante y un desnivel de 1800 metros positivos por la zona de la Cabrera. Mónica y yo dormimos en la furgo en la mismita zona de salida y allí mismo nos encontramos con Marcos, Sonia y Robe (fiel compañero) para tomarnos un cafecito y esperar la salida.
Tengo que decirlo y sino no me quedo a gusto… en Madrid son de otra pasta…. qué cuerpos, no pueden ser normales (o por lo menos son muy distintos al mío) jajajaja, así como no van a volar… digo a correr.
Dan la salida y paso de Marcos… jajajaja (sin acritud ehhhh!). Que forma de vivir la vida, siempre a toda pastilla jajajaja… yo me lo tomo de otra forma…. (pero que conste que sin dormirme en los laureles.
Nada más salir ya todo para arriba, aunque muy suavecito, hacia el Pico de la Miel. Ya estoy colocado en mi grupeta y voy viendo quienes serán mis compañeros de viaje: a veces se me van y otras doy con ellos y les paso, pero es un tira y afloja continuo… Se hace fácil pero con las pulsaciones a tope para no quedarme atrás. Llega una gran bajada, pienso en no darlo todo pero que al final mi mente es débil y se pierde en el limbo… jajaja.
Llego a un avituallamiento en el que no paro y a continuación toca subidón de los buenos… poco a poco algunos de mis compis me van dejando atrás, buahhhhhh, pero no cambio mi ritmo y sigo a lo mío. Que pasada de vistas desde lo alto: un balcón hacia la Sierra impresionante y más la bajada por piedras grandes sueltas y un desnivel bestial, cosa que me sube el ánimo y la adrenalina y me tiro a tumba abierta. Paso a varios corredores que me van dejando paso (creo que bajé como una cabra, jajaja, pero es que el cuerpo me lo pedía), con lo cual recuperé varios puestos y volví a coger a mi grupeta de salida. Llaneamos y veo varias caídas por hielo en las piedras que hace que vaya con más cuidado. Sin darme cuenta me encuentro en el monasterio de San Antonio y allí están Mónica, Sonia y Robe dándome esos brutales ánimos, jajaja, gracias club de fans!! Y sorpresa cuando me dicen que tengo a Marcos a solo 10 minutos, vamos que lo iba haciendo muy bien… Cometo el error de no comer nada y salir rápido para ver si podía mantener esa referencia con Marcos, ¡¡ERROR!! En la siguiente subida que era la más larga y dura, aprieto un poco, me desfondo, pierdo las piernas y tiempo y al llegar arriba del todo no estoy en mí, tanto que me bebí un litro de agua solo en esa subida y me quedé sin nada hasta el siguiente avituallamiento. Comienzo la bajada y tuve una caída sin consecuencias, solo la pierna con rasguños, estoy plof y sin fuerzas así que decido parar para hacerme unas fotos y recuperarme.
Disfruto de la bajada sabiendo que todavía queda otra subida… y de las buenas. Llego al tercer avituallamiento, a las puertas de la que le llaman “la subida maravillosa”, así que imaginaros como es, jajajaja de maravillosa nada, de dura bastante, jajaja. Como tres pastelitos, unas galletas y dos vasos de Coca Cola, vamos que iba vacío y rellené bastante para coger fuerzas suficientes para enfrentarme a la subida final. Me pongo en “modo automático” y atrapo a un corredor con el que hago la subida de charleta y así nos vamos contando batallitas. Cuando me toca a mí contar la mía le relato mi experiencia por la OCC en Chamonix, jajaja (estoy súper orgulloso) y al oírlo se dio la vuelta como si hubiera visto un fantasma o algo así, jajaja y va y en mitad de la subida me dice que si se puede hacer una foto conmigo, que le hace mucha ilusión, jajaja, claro, ¿Cómo voy a negarme?
Tanto fuimos hablando que nos despistamos y nos salimos de la señalización de la carrera, así que nos tocó volver atrás para retomar el camino, jajaja. Llego fresco a lo más alto y continuo solo, mi compañero de fatiga decide quedarse a esperar a un compañero suyo que venía pisándonos los talones. Todo bajada y con ganas de terminar la media maratón más dura de la Comunidad de Madrid. Venga, venga… por el camino de piedras me asombro al ver a un grupo de corredores que vienen de la distancia de 10 km y van dando muchas explicaciones: “piedra, rama, agua etc. etc.”. Me resulta familiar, y me hace mirar para atrás… Cual es mi sorpresa cuando me percato de que se trata de una persona invidente y sus guías… alucino y no quiero parar para no entorpecer (ya se lo que es eso). Me vienen a la cabeza los recuerdos con mi cuñado Iván y las carreras que nos hacemos juntos y en compañía de Mónica, ufffff.
Oigo la megafonía y la música… madreeeee que subidón tengo en el cuerpo. Allí esperándome y animándome están Marcos, Sonia, Robe y Mónica. Voy tan exaltado que hago una entrada en meta bailando “El Baño” al ritmo de Enrique Iglesias, jajajaja.
Toda una maravilla de carrera: bien organizada y señalizada, además al finalizar, aunque daban comida, como no nos enteramos por no leer el reglamento, nos dimos un mega homenaje a base de chuletón y buen solomillo, jajajaja. Me quedé para poder hablar con el corredor invidente, animarle y darle la enhorabuena por ser tan grande!!
En general una pasada de carrera que seguro que el año que viene repetiremos, eso sí, Sonia, Mónica, Marcos, yo y algunas Tortugas más!!
GRACIAS POR ESOS ÁNIMOS CHICAS!!
GO TORTUGAS GO!!
Aitor.
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