IV TRAIL VALLE DE SAMUÑO

Nos lo habían contado Aitor Y Mónica, preciosa carrera con muchos alicientes, de hecho, ellos junto a Javi iban a repetir la experiencia, aunque el recorrido era diferente al del año pasado. Este año 22 kilómetros y 3000 metros de desnivel acumulados, ahora os cuento el recorrido…

Cuando llegué a por el dorsal Aitor y Mónica ya estaban tomándose un café en el local de la Asociación de Vecinos, me comentaron que pensaban correr con Javi a un ritmo cómodo para todos e ir disfrutando del recorrido, yo les dije que esperaba no tardar más de cuatro horas ya que entraba a trabajar a las dos, ¡esto sí que es correr con presión!

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Recogida de dorsales perfectamente organizada para que sea fácil y rápida. Vaya pedazo de bolsa del corredor, tengo que decir que no es ni mucho menos mi principal aliciente para elegir una carrera, pero esta vez es digno de mención: en una bolsa de publicidad del Caldo Aneto de estás reutilizables para hacer la compra (o para lo que quieras vamos), un Brick del mencionado caldo, una preciosa camiseta técnica de la carrera, unos manguitos, unos guantes técnicos, un vaso comprimible de TPU, un vale descuento de zapatería Don Tacón, otro del balneario de Las Caldas y dos vales para la espicha de después de la carrera (que me perdí por tener que ir a currar); o sea un espectáculo de bolsa.

Salida a las 9:00, temperatura algo fresca perfecta para correr, salida por el pueblo ya picando para arriba y enseguida sendero en el que se formaron unos pequeños tapones. Voy a aprovechar para criticar a los “ansias” que te meten el codo en los tapones pretendiendo adelantar en los embotellamientos, como si el resto estuviéramos parados o lentos por gusto, ¡me tocan mucho las partes sensibles!, si quieres adelantar gánatelo en los primeros metros y si no a hacer cola como todo hijo de vecino. He dicho.

En los primeros 6 kilómetros de carrera te meriendas más de la mitad del desnivel positivo, se intercala con pequeñas bajadas y algún rapidísimo llaneo, mucho barro y grandes charcos, pendientes de todo tipo. Lo cierto es que el recorrido es muy bonito y variado. Cuando te acercas a las cotas altas empiezas a tener unas extraordinarias vistas del Aramo, Cordillera cantábrica, Redes… después de alcanzar los mil metros de altitud seguimos un sube baja constante por una línea de pequeñas cumbres; en una de ellas se recortaba la silueta de un gaitero y un tambor que ya se empezaban a escuchar muchos cientos de metros antes, ¡vaya estampa! Al hacer cumbre pasabas junto a ellos y seguías escuchándoles también muchos metros después, lo dicho, precioso.

Poco después uno de los tres avituallamientos, que estaban bastante bien situados, quitando el primero que estaba demasiado pronto para mi gusto; además muy bien surtidos y atendidos.

Las bajadas más fuertes están en la segunda mitad de la carrera interrumpidas por pequeñas subidas y por la segunda subida larga, hay pendientes de todo tipo, pero hay tramos que se hacen bastante delicados sobre todo debido al barro y grandes piedras sueltas; aquí he de decir que hay señales advirtiendo de las zonas peligrosas, incluso con el nombre del punto de la carrera, el balizamiento para mí, que soy bastante despistado, de diez. Bien, por una vez he sabido regular mis fuerzas y trato de volar, aunque sin forzar demasiado que queda mucha bajada, voy disfrutando un montón de todos estos tramos, en algunos han puesto cuerdas pero no las necesito (¡con dos partes sensibles!), ya solo pienso en la mina, me apetece un montón llegar y correr el kilómetro de galería. Y llega por fín.

Un kilómetro de galería completamente recta en la que no se ve el final hasta que lo tienes a cincuenta metros, iluminación justa para correr con seguridad pero con sensación de oscuridad en el que solo oyes tus pisadas, en el suelo las vías, el techo de la galería salpicado de raíces y escurriendo agua, una maravilla de final. Para alcanzar la superficie tienes que salvar 184 escalones en tramos de 6 en zig zag, que se me hicieron largos la verdad, me emocioné en la galería y lo di todo, y claro… Sales directamente a unos 100 metros de la meta con un montón de gente aplaudiendo y, speaker, medalla de finisher, y agua, isotónicos, empanada, bizcocho, frutas, chocolate, gominolas, bollos, yogures de proteínas… avituallamiento final que ilustra lo completo de esta carrera, absolutamente recomendable.

No volví a ver a mis compañeros Tortugas (salvo a Jayone que estaba en meta animando ¡VAMOS TORTUGAS!) aunque sé que disfrutaron de lo lindo, yo me tenía que ir a trabajar, tenía tanta prisa que tardé poco más de tres horas, supercontento con mi actuación, se me dio mucho mejor de lo que esperaba; con una gran sonrisa en la cara, a currar (se me vienen de nuevo a la mente mis partes sensibles) cojones!

PABLO

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