Consistía en un circuito de dos vueltas por este pueblecito costero de la provincia de Castellón. La hora de la carrera las 20:00, con 38° y un porcentaje de humedad altísimo, vamos, que sudabas sólo con mover las pestañas.
La carrera era la 35 edición. Carrera con solera que se reflejaba en la participación de la gente, 503 corredores para una carrera de 5 kilçometros, no doy crédito. Pues nada, me coloco en la salida y a zapatear.
Según dan el pistoletazo, entre tantos participantes quedo un poco retrasado y me toca adelantar, aunque hay mucho nivel y no adelanto tanto como yo quería; en la primera vuelta aguanto un ritmo alto hasta que el calor y sobre todo la humedad me obligan en la segunda vuelta a bajar el ritmo. El último kilómetro se me hace cuesta arriba (las vacaciones empiezan a pasar factura). Ahí, en ese momento en que empiezo a flaquear, los ánimos de mis hijos, mi mujer y mis amigos me hacen llegar a la meta con muy buenas sensaciones.
En fín, una carrera corta y divertida, un pueblo volcado, con mucha gente animando y con una organización excelente.
Por otro lado, y para finalizar la crónica, quiero hacer una pequeña reflexión:
Ahora entiendo porque en unas carreras hay 503 corredores y en otras 35. Hay lo dejo.
Nacho
En fín, una carrera corta y divertida, un pueblo volcado, con mucha gente animando y con una organización excelente.
Por otro lado, y para finalizar la crónica, quiero hacer una pequeña reflexión:
Por 3€ que costaba la inscripción, a lo largo del recorrido nos refrescaba con duchas y esponjas para el calor, teníamos 3 avituallamientos, ofreciendo el de meta isotónicos, agua, melón, sandía, donuts, horchata y fartons; una bolsa del corredor con un tetrabrick de un conocido caldo y una camiseta bastante chula.
Nacho
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