Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto una carrera como la que el pasado domingo 17 de septiembre realizamos en Pola de Gordón. Como parte de la preparación para el Ultra Maratón Costa de Almería, Carlos y yo nos animamos a participar en la prueba. Es necesario ir metiendo kilómetros a las piernas y si encima son de calidad, esto es montaña, pues mucho mejor.
El día amanecía apacible, los últimos rayos de sol del moribundo verano hacían su aparición pero
sin apenas fuerza. El mercurio marcaba apenas 1 °C y el frío era considerable. Los típicos pensamientos de - ¿Quién me
mandaría meterme en este fregado? -
cruzaban nuestras mentes. Pero eran las 9 de la mañana y entre recoger
dorsales, tomar decisiones de si correr de largo o de corto, o si llevar o no
hidratación, allí estábamos dispuestos a nuestro entreno de calidad en la
salida de la prueba.
La prueba recorre un
bosque de roble en su subida hasta la cima del Fontañán, subida tremenda en su
último medio kilómetro aproximadamente. Allí el primer avituallamiento en el km
7. Se atraviesa la trinchera y se crestea hacia el segundo avituallamiento en
el km 10. La vertiginosa bajada de unos 8 km nos vuelve a dejar en Pola de
Gordón, haciendo coincidir los últimos 3 km de carrera con los 3 primeros de la
misma.
En un primer momento no me explicaba el nombre de la prueba “express”, pero en un recorrido que no dejaba apenas tiempo a respirar y en la que los primeros dejaban el crono en 1h26’ para los 18 km… no había mucho más que decir.
Las sensaciones
tanto de Carlos como mías han sido muy satisfactorias durante toda la prueba,
es normal que exista alguna molestia pero en general hemos aguantado muy
enteros durante todo el recorrido. Muscularmente sin problemas a pesar de la
prolongada bajada, sin ningún contratiempo en forma de torceduras o caídas y ambos
sorprendidos porque contábamos con tener un estado de forma bastante peor que
el demostrado durante toda la mañana. Quizás la última semana de entrenos de
patines hayan surtido efecto. Veremos estos próximos días la “resaca” de la
carrera.
Acierto número 1. Llevar
los recién estrenados manguitos. Obsequio de la prueba, hoy más acertado que
nunca. A la postre ni Carlos ni yo nos los quitaríamos en toda la carrera.
Medio acierto no llevando bastones, Carlos en cambio sí los lleva, que tan solo servirían para el último tramo de subida, pero quizás llegaban a estorbar el resto de la prueba.
En cuanto a la
hidratación, Carlos sí la lleva y la utiliza durante toda la carrera, en cambio
yo fui sin nada y apenas bebí en los avituallamientos. Ambos terminamos contentos
así que acierto por parte de ambos.
Cañita recuperadora con
nuestras animosas tortuguitas Laura, Mariló, Lucía, Pedrito y Graciela; y
nuestro colega “pro”, Rubén Mediavilla, segundo clasificado en línea de meta.
Si a todo esto le añadimos la buena fortuna en un sorteo en el que a Carlos le tocó un cajón con empanada, rosquillas, bizcocho y pastas… el balance final del día rayó el sobresaliente
Divertida, bonita, dura pero no en exceso, una carrera aconsejable para tenerla como fija en el mes de septiembre.
Go Tortugas Go!!
David
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