UA-51285685-1 Equipo leonés de Trail Running : TORTUGAS TRAIL LEÓN: UTMB, la Meca de los corredores de montaña.

martes, 12 de septiembre de 2017

UTMB, la Meca de los corredores de montaña.


En alguna parte leí que el UTMB era como La Meca para los corredores de montaña y había que ir al menos una vez en la vida. Por eso a finales del año pasado me lo planteé en serio. Teniendo en cuenta mis condiciones, mis posibilidades de preparación, mi manera de entender las carreras por montaña y también cómo no, los puntos que tenía del año anterior, la carrera elegida fue la OCC que va desde Orsières a Chamonix, un total de 56 Km y un desnivel positivo de 3.500 m.
 
Antes de llegar a Chamonix ya te das cuenta de la importancia del evento para la zona, del apoyo institucional y de la potencia de la organización. El pueblo es un hervidero de gente de muchísimas nacionalidades en la semana del UTMB, con cinco carreras de diferentes distancias y niveles de dificultad.
El miércoles lo primero que hicimos fue ir a por el dorsal, pasando antes por la impresionante feria del corredor llena de estands de todas las marcas presentando sus novedades, de la que mi mujer y mis hijas me tuvieron que sacar a rastras para evitar que quemara la tarjeta de crédito. También había unos 60 estands de carreras de todas partes del mundo, Asia, África, América, Europa… en la que no faltaba representación de alguna de las mejores carreras de España (Haria Extrem, Transgrancanaria, Bluetrail, Penyagolosa, Ehunmilak…) en resumen,  también me tuvieron que sacar a rastras de aquí y por fin fuimos a por el dorsal. Antes de recogerlo te marcan 5 prendas del material obligatorio, a mí me tocó sacar las mallas largas, chaqueta impermeable, móvil, silbato y manta térmica para revisarlas a conciencia y luego te dan tu dorsal, en mi caso el 10751. Después pasamos el resto del día por Chamonix, que es realmente bonito y luego al hotel a descansar, que al día siguiente me tenía que levantar a las 4:00 de la mañana para coger el autobús a Orsières.

Justo al lado de la parada había un avituallamiento de la carrera TDS y pude animar a corredores que llevaban casi 24 horas corriendo después de 111 km y a unos 8 km de meta. Ya en Orsières el ambiente era espectacular, pero eché de menos el café previo con las Tortugas, la piña, el grito TOR-TU-GAS antes de empezar y el correr la mayor parte de la carrera con las tortugas madrugadoras.
Había unos 1.500 corredores inscritos, así que fui pronto a la línea de salida a coger un buen sitio para evitar demasiados tapones. Al igual que en meta, la megafonía era en francés, inglés y español como gran gesto de cortesía hacia los corredores venidos de fuera.
Las previsiones meteorológicas aciertan y justo 10 minutos antes de la salida empieza a llover. Me pongo “La Benita” pero nada más empezar la carrera me la quito porque aunque llueva hace calor y voy más cómodo sin ella. Anuncian más lluvia y sobre todo barro antes de llegar a Trient por lo que me alegro de haber elegido mis “Response Trail” y sus pedazo tacos de 9 mm. Los primeros kilómetros son muy corribles por pistas anchas y el ritmo es bastante bueno aunque la gran cantidad de corredores no permite ir todo lo rápido que se podría. Sin grandes desniveles llegamos a la preciosa localidad de Champex-Lac, situada como su propio nombre indica alrededor de un bonito lago de montaña en el que se pueden realizar diferentes actividades acuáticas. Allí, como en el resto de la carrera, el público es muy ruidoso, hay mucha gente con los típicos cencerros y en los pueblos de Suiza varias personas tocando todo tipo de instrumentos, incluido el “Alpenhorn”. Los kilómetros van pasando rápidamente, todavía quedan unos 5 kilómetros hasta el comienzo de la primera gran subida del día (una de las tres que hay), me encuentro fenomenal y voy adelantando corredores, buscando mi sitio en carrera. Cada vez llueve con más fuerza y hay ratos de verdadero diluvio pero sigue sin hacer frío por lo que todavía no me pongo la chaqueta. Quedan 16 km hasta el siguiente avituallamiento así que cargo un soft flash adicional por si las moscas.
Desde el principio me marco una pauta de una cápsula de sal y un gel por hora para evitar calambres y desfallecimientos, ya me funcionó bien en la Traveserina y creo que es la estrategia acertada. La subida a La Giète de 1.884 m no es demasiado dura pero cada vez llueve más, voy a buen ritmo, adelantando corredores y algún otro me adelanta a mí.  Con el tiempo que hace me sorprende la cantidad de gente haciendo senderismo por aquí y la cantidad de gente que ha subido a ver la carrera, incluidos niños de bastante corta edad. Desde aquí la primera gran bajada la hago “a fuego” voy volando y adelanto corredores (22 según la aplicación de la carrera) y me voy animando cada vez más. Es una bajada muy  bonita por un bosque de abetos y es muy asequible comparada con las que solemos entrenar y correr por nuestras montañas. La temperatura empieza a bajar y al acercarme a Trient donde está el siguiente avituallamiento ya me pongo “La Benita” y la llevo casi hasta Chamonix. Antes de llegar al pueblo justo al acabar la bajada me llevo la gran sorpresa de recibir los ánimos de Geru, Emma y Nonia, no las esperaba tan pronto y me hace muchísima ilusión verlas lo cual me da muchos ánimos para seguir corriendo. La segunda sorpresa, en este caso negativa, es que mi GPS Suunto me falla en la medición y a esas alturas (casi a mitad de carrera) ya me marca 4 km de menos. Es el segundo disgusto que me da este dispositivo después de la rotura de la correa y la falta de respuesta por parte del servicio técnico.
 
  El avituallamiento de Trient,  al igual que el de Champex-Lac, está situado en una carpa muy cómoda con mesas y bancos en los que te puedes cambiar, descansar un rato y reponer fuerzas. Me hago una foto que mando a las Tortugas ya que dentro de la carpa es el único sitio donde puedo sacar el móvil si no quiero cargármelo con la lluvia. Lo malo de que las carpas sean tan cómodas y calentitas es que te quedas un poco frío al salir se ellas y cuesta un poco coger el ritmo, pero salgo pitando para que no me dé pereza.
Puesto que no me puedo fiar ya de mi GPS me voy guiando por las distancias entre avituallamientos, el próximo está a 10 Km. Ahora tengo por delante la segunda gran subida hasta Catogne, donde está la frontera con Francia. Sigo muy animado y a buen ritmo. En un momento abre un poco la niebla y puedo contemplar la belleza del paisaje, es una pena que llueva tanto porque la zona es preciosa, incluso la organización tiene marcados varios puntos en el recorrido donde se ven diferentes picos para que puedas disfrutar del paisaje y hacerte fotos, pero con el día que hace no se ve nada. De todos modos sigo disfrutando de lo lindo de la carrera y de los ánimos que te va dando el muy ruidoso público, se nota la afición al deporte que hay tanto en Francia como en Suiza. Te animan en varios idiomas: “Allez allez allez”, “Bravó Victor”, “Allez l´Espagne”, “Bravó l´Espagne”, “Courage”, “Keep going”, “Good job”, “Avanti Victor” y algún “Vamos Víctor ánimo”, ya que hay muchos corredores españoles y también mucho público español animando a los suyos….es una gozada de carrera, aunque se echa de menos el típico grito de “VAMOS TORTUGASSSSS!!!!!” que se oye desde varios kilómetros a la redonda.
 
  El tiempo empieza a empeorar, a la lluvia se le suma el viento hasta ahora imperceptible, pero que va a más a medida que nos acercamos al punto más alto de la carrera, Catogne a 2.065 m. Echo de menos terreno algo más técnico  y algo de roca y piedras en el recorrido, pero sigo disfrutando un montón. Empieza a hacer algo más de frío, me pongo el buff (que no es marca Buff, por supuesto) y  me planteo sacar los guantes, pero al final tiro para adelante ya que calculo que no quedará demasiado para empezar a bajar. La segunda bajada fuerte es un calco de la primera y vuelvo a ir a tope, curiosamente gano el mismo número de posiciones que en la bajada anterior. Voy contentísimo con el agarre de mi suela Continental y veo gente con más problemas con sus zapatillas, aquí se ven muchas zapas pisteras y con lo que ha caído hay demasiado barro, nada comparable a la Transcandamia claro,  así que yo puedo volar. No me entero de cuando paso la frontera y casi sin darme cuenta ya estoy en Vallorcine donde está el siguiente avituallamiento. Aquí se me olvida sacar el móvil para mandar la foto a las Tortugas que aunque no están físicamente conmigo siento sus ánimos en todo momento y eso me ayuda a sacar fuerzas.
Quedan 8 km para el siguiente avituallamiento que está situado en Argentiére  donde también me espera mi familia, pero soy consciente de que se acerca el peor tramo para mí. Como de costumbre en las carreras de montaña después de subir y bajar como una cabra, los tramos llanos se me atragantan y ahora estoy en uno de esos. Algunos corredores me van adelantando y me cuesta coger el ritmo de carrera así que decido ir corriendo-andando a ratos. Sigo sin poder fiarme de mi GPS y con pocas referencias, estos 8 km se me hacen bastante largos. Continúo tomando sales y geles pero de momento no necesito recurrir a las barritas que tengo preparadas por si me da un bajón. Por fin llego a Argentiére donde vuelvo a recibir los ánimos de mi mujer y mis hijas, están refugiadas de la lluvia con un grupo de sevillanos y otro de asturianos que también me animan y me dan fuerzas.
 
 A tope de ánimo comienzo la última subida, me quedan 5 km hacia arriba y luego otros 8 km hacia abajo. Las fuerzas empiezan a escasear y aunque la primera parte de la subida voy bastante bien, al final se me hace demasiado larga. Sigo sin poder fiarme de las referencias de mi Suunto que a estas alturas marca 8 km de menos y eso me perjudica. Hago casi toda la subida sólo pero no hay problema, la carrera está perfectamente marcada. Cerca del final de la subida, ya en la estación de La Flegere, me adelanta un autobús de corredores que vienen muy fuertes desde abajo. Estoy en el último avituallamiento en el que cargo agua y bebo bastante, sólo me quedan 8 km a Chamonix y todos son hacia abajo en la tercera gran bajada.
La primera parte es bastante diferente a las anteriores, al principio no hay abetos, vamos por las pistas de la estación de esquí. La pendiente es mayor que en las otras bajadas pero sigo teniendo piernas así que voy a tope, este terreno me es muy favorable y vuelvo a adelantar a un montón de gente. Después nos internamos de nuevo en un bosque por una senda muy bonita y también con bastante barro. Yo voy a lo mío, también en esta parte voy prácticamente sólo hasta llegar a una pista ancha que me llevara a Chamonix. Por fin ha parado de llover, despeja un poco y se pueden ver al fondo las espectaculares agujas de Chamonix, nunca las había visto desde este ángulo. Ha subido la temperatura así que me quito la chaqueta y me preparo para entrar en meta. Se entra en Chamonix justo por donde está la feria del corredor, justo por donde están los stands de las carreras y allí mismo recibes los ánimos de los corredores de la CCC y de la UTMB que han ido a recoger sus dorsales para las carreras que salen por la tarde y al día siguiente
La entrada en el pueblo es realmente emocionante con muchísima gente gritando sin parar, haciendo mucho ruido y animando a tope. Justo antes de donde empieza el vallado recojo a Nonia que me acompañará los últimos 300 metros en los que el griterío y el ruido son espectaculares. Finalmente ya estoy en meta y recibo emocionado las felicitaciones de mi familia, me hacen una foto en el pódium y allí me espera la última sorpresa del día, cuando voy a mandar esta foto a las Tortugas veo que ya me están dando la enhorabuena ¡Ya sabían que había terminado la carrera! Me pongo a leer los mensajes anteriores y descubro una foto mía entrando con Nonia en meta. ¡No me lo puedo creer pero si casi se han enterado antes que yo! Sigo leyendo los mensajes anteriores y me entero de que me han estado siguiendo todo el día por la aplicación que tiene la organización, hay un montón de fotos y videos míos por diferentes puntos de la carrera y saben en tiempo real por dónde voy y en qué posición. Con razón iba sintiendo sus ánimos durante toda la carrera.
 
 La vuelta a por la ropa seca también es muy emocionante para mí porque está junto a la recogida del dorsal por lo que voy pasando primero por el pueblo y luego por la feria del corredor y en todo este recorrido todo el mundo te va dando la enhorabuena por acabar la carrera. Después, antes de volver al hotel, compramos uno de esos cencerros en una tienda de suvenires para incorporarlo al equipo de animación tortuguil.
En fin, ha sido una carrera espectacular en todos los aspectos de las que te engancha a este deporte. Es verdad que hay que ir al menos una vez en la vida. Os lo recomiendo a todas las Tortugas y a todos los que estéis leyendo esta crónica, yo por mi parte espero volver a disfrutar tanto de todo lo que pude ver y sentir, como de los paisajes que me perdí en esta ocasión.

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