Había visto la cartelera de esta carrera hace meses en la página de la Itra, me acordaba porque me había llamado la atención ya que conocía la zona por donde transcurría la distancia y desnivel acumulado.
A sabiendas que estaba fuera de plazo para la inscripción les envío correo electrónico a la organización Club de Montaña Anyera comentando mi situación, a partir de ahí todo fueron facilidades por parte de ellos y en horas estaba inscrito en la modalidad larga distancia, por lo cual les doy las gracias desde aquí.
Domingo, día de la carrera con salida a las 8:00, toca madrugar para llegar pronto al control de material, pero al salir del hotel se confirma la previsión del tiempo, lluvia y muchísimo viento que es lo que peor llevo.
Salida puntual, se agradece porque está jarreando agua como si se fuera acabar el mundo en el norte de Africa, el speaker repite varias veces que mucho cuidado con las primeras curvas que son especialmente resbaladizas, pero los primeros salen como aviones y empiezan las primeras caídas.
Hace tiempo que no participo en una prueba de esta distancia y no sé cómo me voy a encontrar a medida que transcurran los kilómetros, pero noto que estoy tranquilo, mi objetivo es claro, acabar sin lesionarme. Empiezo a correr intentando coger ritmo, pero este viento me zarandea en varias ocasiones que casi me tira, menudo fastidio. Enseguida me doy cuenta que tenía que haber traído los bastones como la mayoría de corredores, me hubieran ayudado en las subidas y para habituarme a ellos de cara al objetivo de esta temporada la Traveserina. Poco a poco cojo ritmo con mi compi andalú de carrera que me la hace muy amena, como verdaderos frikis no paramos de hablar de todo relativo a carreras de montaña, voy disfrutando y eso me gusta.
Jose
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