IV TRAIL MINERO DE LANGREO

Fin de semana de relax, buen tiempo, playita, descanso y Trail Minero en Langreo, jajajaja, no podía faltar un poco de marcha al cuerpo, así que dejaremos el domingo para disfrutar corriendo por unos parajes preciosos.

Aunque la mañana amaneció con una bruma y una niebla que no nos dejaría en todo el día hasta que terminó el Trail, sinceramente lo preferí, ya que se hizo dura por la humedad… había un 86%, ahí es nada...

Llegamos a Langreo y no tenemos ni idea de dónde hay que ir, así que toca preguntar… y menos mal que lo hicimos, que si no, no hubiéramos llegado ni a la entrega de premios. madreee donde estaba el pueblico!! En un cruce vimos un muchacho con pintas de deportista, así que le abordamos y casualidad era de la organización (gente genial por cierto) y uno de los que cerraría el Trail. Muy amablemente nos dijo que estaba esperando que le recogieran y se dirigían hacia el pueblo en cuestión, por lo que nos esperamos y les seguimos.

Aparcamos y vamos a recoger el dorsal. El pueblo es pequeño pero se lo tenían muy bien montado, además eran las fiestas así que todo una gozada. Al coger la bolsa de corredor, SORPRESA!! Una toalla con el dibujo del cartel de la carrera impreso, una verdadera pasada de bonito, original y práctico. También una lata de bebida, un llavero minero, un vaso portátil, mucha publicidad de más carreras y como no, siendo un trail minero, ”UNA ROCA DE CARBÓN DULCE”, rica, ricaaaaaaaaaa.

Preparados ya, chupinazo de salida y a subirrrrrrr!!, pero vamos… que vaya subida nada más empezar!! pero lo cojo despacito y tranquilo que queda mucha carrera y encima me había dicho Mónica que han anunciado por megafonía que este año han añadido 2 kilómetros más, jajajajaja, me río y a seguir, no queda otra, por dos kilómetros más no me voy a retirar, no?

La carrera transcurre por sitios preciosos, dentro de bosques de eucaliptos, robledales… pena de niebla que no nos dejaba ver los paisajes y además muchísima humedad que hacía que sudaras muchísimo. Esta vez la mochila camelback me vino realmente bien porque bebí muchísima agua, incluso en los avituallamientos, que por cierto estaban bien surtiditos: gominolas, frutas, chocolates, bebidas isotónicas, refrescos, agua, etc. etc. Llegamos a un lago precioso que hacia las delicias de la vista, aunque en ese momento tocara otra vez subir, jajajaja. Me junto a unos canarios (me doy cuenta por sus camisetas y su acento) e intento no perderlos. Buena y rápida bajada y llegamos a un pueblito con piscina y otra vez a subir. Nos quedan unos 5 kilómetros así que ya vamos un poco cansaditos. Tiro para arriba y se pega la chica canaria, subimos juntos por el bosque y quedando 2 kilómetros se queda en una fuente a beber, se oye la megafonía y eso quiere decir que queda pocooooooo!! Aprieto un poco más y entro por las últimas RAMPAS del pueblo, sí, RAMPAS con mayúsculas, ufffffff que duras y empinadas. En la última de ellas (porque había unas cuantas) me da la bienvenida Mónica con sus gritos de ánimo. Hace que saque fuerzas para seguir corriendo hasta el final, GRACIAS CHURRI!!

Por fin entro por el arco en 2 horas y 17 minutos en una distancia de 17 kilómetros y 1800 metros acumulados de desnivel. Según entro me tumbo para descansar (sinceramente no tenía muchas fuerzas, jajajajaja). En esto que suena un chupinazo, y dios!!! Que susto me llevo. Mónica ya está conmigo y me da mi merecido beso.

Ya en el tercer tiempo, me voy a cambiar, hablamos de mis impresiones, que por cierto, no cogí ritmo en toda la carrera, que mal corrí, a golpes todo el tiempo, pero bueno… es momento de sidritas y de la entrega de trofeos a los ganadores. Por cierto un tío genial Alberto González, con el cual pudimos hablar largo y tendido en la comida, una rica espicha asturiana para todo el mundo: empanadas, pizzas, huevos cocidos, embutidos varios, hornazos, etc. etc. Que rico estaba todo!!!

Un Trail que me encantó y que espero volver a hacer el próximo año.

Aitor.